• Él me trajo de vuelta •

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Puede escuchar las sirenas. Siento unas manos tocando mi vientre y escucho una voz que me pide que me esfuerce para no morir.

- Resiste, mi niña. Ya te van a ayudar.

- Señora, necesito que se tranquilice. Sabe cuál es el tipo de sangre de la paciente?

- Yo... no lo sé- lloraba- sólo sé que ella es novia del hombre que vive aquí. No dejen que se muera, se los ruego.
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No podía verlo, pero yo sentía cada cosa que Preston sentía en ese momento cuando dejé de luchar. Él tenía miedo; él sabía que había tocado fondo.

Tomo mi cuerpo y lo envolvió en una sábana blanca. Mi sangre mancho hasta el último pedazo de sabana.

Él estaba aterrado y no sabía que hacer. Era fácil, sabía que me había matado.

- TÚ ME HICISTE HACER ESTO. YO NO QUERÍA HACERTE ESTO.- gritaba y aventaba cosas al suelo- Y AHORA VAS A MORIR?, NO LE PERMITIRÉ. TÚ NO MORIRÁS, NO LO HARÁS.

Me cargó entre sus brazos y salió a la calle. Le pido ayuda a la primera persona que vio: su vecina de 69 años.

Me dejó en el pavimento, a media calle y le dijo a la señora que llamara a los servicios de emergencia.

La señora estaba aterrada, y lo hizo. Preston perdió en control, y por primera vez me dejo ir.

Él huyó de la cuidad, y se llevó consigo una parte de mí.
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Me levanté de golpe de mi cama. Estaba empapada en sudor y mi corazón estaba muy acelerado.

Hacía ya hace dos meses que no tenía ese sueño en donde Preston casi termina con mi vida.

Me levanté por completo de mi cama y camine hacia el espejo. Me quite mi gran blusa y me quedé solo con el sostén.

Las cicatrices del pasado seguían ahí. Todo se había quedado marcado en mi cuerpo y sería algo que me acompañaría toda mi vida.

Toque las cicatrices de mi abdomen, y de nuevo sentí la sensación de como una navaja entraba y salía con gran fuerza.

Unas manos frías tomaron mi cintura y mire hacia el espejo.

Él estaba ahí, justo detrás de mí.

Movió sus manos hacia mi vientre y comenzó a dar pequeñas caricias en mis cicatrices. Cada toque que me daba era delicado.

Yo lo miraba en el reflejo del espejo. En eso se sentó en la cama y me giro para acercarme más él.

Levantó su cara para verme. Nadie me había visto como él lo hizo.

Comenzó a dar pequeños besos en mi cicatrices. Me sentía como en el cielo.

Yo odiaba mi cuerpo, pero al fin había encontrado ha alguien que lo amaba.

Sabía que era él la persona que había estado esperando todo el tiempo.

En ese momento supe que había tomado la mejor desición de mi vida.

Alessandra: Te quiero mucho...

•Black out days•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora