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El ceño fruncido de Oyuki mostraba su irritación ante lo que presenciaba

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El ceño fruncido de Oyuki mostraba su irritación ante lo que presenciaba.

—¡Gracias tía!

Su madre había decorado toda la casa y comprado un pastel en su ausencia. Se sentía traicionada, había sido utilizada como distracción para Keisuke mientras ella hizo todo.

Quería ser quien eligiera el pastel y diera el grito de sorpresa.

Congelada miro como su plan fríamente calculado había sido arruinado y tirado a la basura.

Al menos aún le podía entregar sus regalos.

—¡Estos son tus regalos!—exclamó la mujer sacando todas las bolsas de su cuarto—Los consiguio Oyuki especialmente par ti.

Ese fue el colmo.

—¡Mamá!—le grito molesta.

—¿Qué?—pregunto inocentemente con una sonrisa—No estes avergonzada cariño, vi las tarjetas en tu escritorio.

—Oh por... Mamá guarda silencio—el enojo se convirtió en pena.

—¿Cartas? Me hiciste una carta confesando tus sentimientos Uki-chan—se burló hablando al rededor de ella—Quiero ver las, anda Uki-chan.

—Fastidioso—murmuro empujandolo de la cara—Solo decía feliz cumple años y qué te bañes por qué apestas como un perro salvaje.

—Yo si me baño—gruño oliendo su ropa para hacer un gesto con asco—Bueno, hoy si no me bañe.

—Apestoso.

—Tonta.

—Oigan niños... No es bueno pelear tan temprano—murmuro la mujer nerviosa, pero fue brutalmente ignorada por ambos que de immediato se lanzaron a golpearse.

—Muere salvaje—grito la niña con la vena remarcada en su rostro.

—¡Tú primero loca!

—Niños

Muy tarde, el sonido seco había cayado a los tres.

Baji recibió una buena cachetada... Pero en su trasero.

—¡Eres una pervertida!—señalo a la niña acusativo.

Tenía unas pequeñas lágrimas en sus ojos y se sentía muy avergonzado.

—Fue un accidente, te mueves demaciado—defendió agitando los brazos sonrojada.

—No te me acerques pervertida.

—Fue un accidente Keisuke—reía la mamá tomando de los hombros al mencionado—Mi hija no es una pervertida.

—M-mejor abre tus regalos.

Sin quitarle la mirada avanzó hasta donde estaban las bolsas y achinando sus ojos abrió el regalo.

—¡Una chaqueta!

𝙌𝙪𝙚𝙚𝙣 𝙁𝙧𝙤𝙨𝙩 || Baji Keisuke ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora