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Los pocos días felices que vivieron juntos se esfumó

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Los pocos días felices que vivieron juntos se esfumó.

Nozel junto a Tema llegaron frente a la casa tocando la puerta. Llevándose de ella a su hija y todas sus cosas.

La albina escuchaba llorar a la mejor amiga de su madre... Incluso intento quedarse con la custodia, pero claramente no pudo contra el abogado. Le pedía perdón mientras la abrazaba fuertemente, y no entendía por que; esa mujer no tenía la culpa de nada.

En cambio ella...

Después de haber escuchado todo el accidente ya no pudo árticular palabra alguna.

Veía pérdida a su amigo, no le ponía atención a lo que decía. Recordaba en cada momento el grito y el choque de impacto, también alucinaba a su madre algunas veces.

La mujer aparecía igual como la encontró en el hospital.

Recordaba tan bien como llegó al hospital en la moto y desde lo lejos miro como llevaban a su madre en la camilla, grabando en su memoria su apariencia impactante.

Sin poder dormir por las pesadillas se mantenía despierta escuchando las canciones que tenía su madre en un cassette de música, reproduciendo una y otra vez las canciones.

Así por días, semanas... meses.

La llamaban a cada rato sus amigos pero no les contestaba por miedo de volver a escuchar el choque. Después de todo ya no podía articular ninguna palabra.

Ahora en su nuevo cuarto admiro la radio que su madre siempre tenía con ella.

Dejó de asistir a clases por un tiempo, su padre lo había permitido.

—Oyuki.... Te traje comida—su preocupado hermano siempre iba a su cuarto con excusas, buscando que le respondiera algo.

El mayor noto los demás platos con comida, estos aún con su contenido completo.

Nisiquiera lo había volteado a ver, simplemente miraba pérdida la pared del techo con los audífonos de su difunta madre puestos.

—¿Quieres salir por una nieve?—pregunto sin recibir aún una respuesta—¿Que tal si vemos una película?

Su insistencia la había hecho llorar; la mujer también la invitaba a ver películas juntas por las noches.

—¡No llores Oyuki!—exclamó asustado y nervioso—No era mi intensión, voy a dejarte pero no llores hermanita.

Se marchó apresuradamente de la habitación dejándola nuevamente sola. Hundiéndose entre las cobijas, soltando las lágrimas que aún salían de vez en cuando.

Quería a su mamá.

Deprimida y con las emociones al flote jalo con desesperación  su cabello albino, se levantó a tropezones hasta llegar a su escritorio y tomar las tijeras...

𝙌𝙪𝙚𝙚𝙣 𝙁𝙧𝙤𝙨𝙩 || Baji Keisuke ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora