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Miraba con nostalgia la casa enfrente suya

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Miraba con nostalgia la casa enfrente suya.

Recordándole el primer día que llegaron con los muebles y como los cuatro se acostaron con cansancio en el sillón por un rato para luego ponerse a la orden y decorar su nuevo hogar. Ella había durado horas desempacando mientras Keisuke dormía en el cuarto de a lado.

Sonrió tocando el timbre, siendo recibida por la mujer que fue y será amiga de su madre para toda la vida; se veía cansada y desarreglada.

—Cariño... —susurro mirándola sorprendida. Tenían tiempo sin verse.

—Hola tía—no tardo ni un minuto para que fuera abrazada por los brazos de la mayor, apricionada mientras escuchaba sus sollozos.

Ella también sufrió demasiado.

—La vas a dejar sin aire mamá—llegó Keisuke dándole unos suaves golpesitos—No es una ilusión, sí es ella realmente—comentó jalando levemente a la mujer que a regañadientes la soltó limpiando sus lágrimas.

—¿Van a salir?—pregunto abrazándose a ella misma, retomando su postura.

—Bingo—trono los dedos hacia su madre—Regresamos en un rato.

—Les cocinare algo delicioso para cuando regresen. Tenemos muchas cosas de que hablar, quiero contarte todo Oyuki-chan—sonrió cariñosa—¡Un momento entre mujeres sería fantástico por tu llegada!

—Me agrada esa idea. Necesito pasar tiempo urgentemente con mujeres y no con salvajes—miro de reojo al chico que tenía el ceño fruncido.

—De seguro es muy cansado lidiar con Keisuke—murmuro cansada—Está en esa etapa adolescente donde no quiere que me meta en sus asuntos, pero no se da cuenta de que sólo me preocupó por él.

—No es cierto.

—La entiendo, yo personalmente lo estaré vigilando para que no se meta en problemas sí eso la deja más tranquila.

—Estoy tan agradecida de verte de nuevo. Keisuke no me dijo que regresaste a Japón, es un insensible—hizo un puchero—Pero ya no les quito tiempo, cuida de ella Keisuke, y no lleguen tan tarde.

—Ella debería cuidarme a mí, no al revés—exclamó empujando de los hombros a la albina para que fueran avanzando.

—¡Adiós tía!—de despidió agitando la mano.

Caminaron juntos por la ciudad, viendo tiendas sin saber muy bien que hacer. Un poco incómodos por el sepulcral silencio que los abrazaba en cada calle por la que pasaban.

—Talvez ubiera sido mejor idea que acompañaras a Draken y a Mikey, la diversión no es mi especialidad—comentó Baji pateando una piedra del camino.

—Pero yo quería estar contigo—sonrió tomando su mano—Recuperaremos el tiempo perdido.

Habían llegado al parque de su infancia, lo miraban recordando cada día que iban a ese lugar para jugar sin preocupaciones, pasando hermosos momentos de su niñez en ese lugar.

𝙌𝙪𝙚𝙚𝙣 𝙁𝙧𝙤𝙨𝙩 || Baji Keisuke ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora