Crearemos un mundo donde ambos seamos felices.
Donde despertemos juntos cada mañana y seas la razón de que siga con vida, donde nos tengamos que enamorar cada minuto sin la necesidad de decirlo en voz alta, comunicandonos con una sola mirada para s...
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Baji se quedó a dormir platicando toda la noche con Udai hasta quedarse dormidos, y despertar para ir sus escuelas cada quién. El peli negro cocinaba por ambos mientras retomaban su plática de ayer.
—No vuelvas a ir sola. Si quieres golpear ha alguien dejame acompañarte—regaño sin verla a la cara, concentrado en no quemar nada—Que egoísta, te quedaste con toda la diversión.
—Aún así no estaba el líder... No valió mucho la pena más que tomar cosas gratis en la tienda—suspiro pegando su cabeza a la mesa.
Miraba la espalda del más alto atenta. Todos habían crecido menos ella, alado de Draken parecía una pulga llegando más abajo del hombro, hasta tenían el cabello más bonito y largo.
Pero era un paraíso para la albina. Agradecía por la pubertad y a Dios por tener amigos tan lindos.
—Wow, espera. ¿Puedes tomar cosas gratis por patear a unos debiluchos?
—No abuses—conociendolo la utilizaría para llevarse frituras de la tienda—Solo una o dos cosas por día. Lo demás pagaré.
—Que estafa—bramó chasqueando la lengua molesto.
—¿Discutiendo tan temprano? Es bueno verte nuevamente Baji—bostezo Tenma sentándose a un lado de su hermana.
—Parece un vagabundo, Tenma-san—declaró sincero el chico—Ni sabía que estabas en la casa.
—Está estudiando aquí en Japón gracias a un intercambio, es la razón de por que pude regresar así que dale las gracias y no le digas vagabundo al ojeroso—dijo Oyuki dándole caricias al cabello de su hermano que parecía derrotado.
Agradecía mucho a su hermano por traerla con él y lo consentia trayendole dulces o postres a su habitación.
Verlo estudiar casí todo el día y noche le preocupaba su salud, pero parecía gustarle su carrera.
En conclusión. Un buen hermano que cuida de ella y que le gusta que le rasquen la cabeza mientras duerme.
—Quiero café...—gruño levantándose sin ganas hasta la cocina. Parece que no había escuchado como le dijieron—¿Por que esta abollado la caja del cereal?
Oh los recuerdos de anoche....
—Se cayó de la bolsa.
—Casí todo el mandado esta igual—fruncio el ceñi—¿A quien golpearon?
—A nadie... Sólo se cayó toda la bolsa—alzó los hombros despreocupada, escondiendo sus manos por debajo de la mesa—Deberíamos desayunar ya o se nos hará tarde a los tres.
—¿Querían desayunar? Yo prepare nuestros almuerzos para la escuela—mostro los bentos perfectamente acomodados.
Era increíble como estaban acomodados a detalle, recordando como era el chico y su poca paciencia en general.
