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Luego de varios años una vez más estaban reunidos completamente los Baji y Udai

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Luego de varios años una vez más estaban reunidos completamente los Baji y Udai.

Sus esperanzas en la madre de su amigo se había resuelto. Su madre no la había dejado sola tan fácil.

Logró susperar la depresión que tenía o más bien a sobrellevar.

Habían logrado llevarla a terapia. Sonaba horrible por como la gente lo contaba pero era todo lo contrario y había funcionado.

Feliz acomodo el vestido rojo quemado que tenía.

Iban a cenar los cuatro juntos en un restaurante. Su madre había insistido mucho por eso y todos terminaron aceptando.

—¿Cuando crecimos tanto?—pregunto el chico acostado en su cama, sus brazos estaban detrás de su cabeza y miraba a la albina con intensidad.

Vestía con un traje negro y su cabello apenas alcanzaba una mini coleta, que fue muy difícil de hacer ya que los cabellos se salían por los lados.

—Lo dices por ti, por que parece que ahora eres más alto que yo—respondió abrochando la delgada pulsera en su muñeca—No me parece justo pero tu si que vas a ser mucho más alto.

Una sonrisa de orgullo se ensanchó en la cara del muchacho. Se levanto y camino hasta estar detrás de su amiga, ambos se miraron en el enorme espejo.

—Te vez preciosa.

—Eso es obvio.

Baji bajo un poco su mirada hasta los hombros de la chica, se veían unas pequeñas cicatrices como puntos, paso las yemas de sus dedos por ellas con delicadeza.

—No te culpes, tus colmillos son geniales—aclaró al verlo decaído, a el nunca le habían gustado e incremento su odio por su dentadura al ver toda la sangre que le había sacado en ese entonces—Éramos niños Kei.

—Te dejaron marcas...

—Y se ven geniales. Puedo decir que las obtuve por pelear con un vampiro—ssonrio de vuelta para esta frente a frente—Uno con rabia.

—Osi, y con mucha rabia—negro con la cabeza divertido.

Ambos caminaron a la sala esperando a ambas mujeres que se estaba arreglando como desde hace media hora.

—En unos días visitaré a mi padre y hermano... Me preguntaba si quisieras ir conmigo—murmuro jugando con sus manos—Ellos están enterados y no les molesta conocerte.

—Suena bien para mí.

—¡Vamonos, vamonos!—exclamó la mujer empujando a la madre de Keisuke. Pobrecita, apenas podia ponerse las zapatillas—¡Es tarde!

Luego de tantos años porfin su madre había logrado sacar un auto, estaba orgullosa de ella. Había visto como tomaba horas extra en las tardes para sacar el carro que quería.

𝙌𝙪𝙚𝙚𝙣 𝙁𝙧𝙤𝙨𝙩 || Baji Keisuke ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora