Cuando regreso a Japón y su nueva vida inicio no pensó que habrían más problemas con la Tokyo Manji.
Apenas ingreso a la escuela se enteró sobre peleas clandestinas organizadas por un pequeño grupo perteneciente a la pandilla que habían formado hace años.
Que deshonra se llevó.
Puede que ya no estába dentro luego de tanto tiempo, pero seguía siendo una fundadora, o así se sentía
Caminaba firme entre todos los chicos que gritaban emocionados por la pelea, apostando dinero como unos locos.
Veía al frágil chico de su escuela en una pobre posición de pelea.
Mando mensajes apurada a Draken, no sería un buen recuentro pero tenían que parar esto de inmediato.
Fue justo cuando alguien grito a todo pulmón ofreciendo mejor pelear por su amigo contra el líder.
El chico todo golpeado parecía querer morir. Recibía los golpes y no se defendía para nada.
Fruncio el ceño y se fue metiendo entre las personas hasta llegar al frente y jalar del cabello al peli morado que tenía una navaja listo para meterse y detener la pelea. La diferencia de estatura era notable, pero no le fue complicado detenerlo.
—¿Acaso quieres cometer homicidio?—le preguntó sujetando su muñeca con fuerza para que soltara la navaja. Esa no era la forma correcta de detener la pelea—Mira a tu al rededor—señalo a todos los presentes.
Ya no estaban eufóricos como en un principio, solo sorprendidos y shockeados por lo que presenciaban. La violencia era tanta que hasta ellos mismos parecían aver recapacitado.
—Las cosas se ponen interesantes... —susurro al escuchar las palabras del chico rubio.
Motivador.
Ya estaba llorando, pobrecito.
—¡Tráiganme un bate!
Eso si que era jugar sucio. Su propia gente estaban asustados, no era justo y lo hacía ver débil.
Iba a hablar pero retrocedió al ver la cara de Draken y detrás suya a Mikey comiendo dorayakis, quejándose de que se le acabaron.
No los había visto desde el accidente, más que algunos mensajes que se mandaban casi todos los días.
—Imposible, me ganó—murmuro sentándose en el escalón, todos se habían inclinado mostrando respeto al comandante de la Tokyo Manji menos un grupito de amigos—Crecieron...
Ver a Mikey más alto que ella si que le había dolido. Tenía una sonrisa idiota al verlo, orgullosa de ver que no había perdido su toque.
¡Hasta se había dejado el cabello largo!
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𝙌𝙪𝙚𝙚𝙣 𝙁𝙧𝙤𝙨𝙩 || Baji Keisuke ||
FanfictionCrearemos un mundo donde ambos seamos felices. Donde despertemos juntos cada mañana y seas la razón de que siga con vida, donde nos tengamos que enamorar cada minuto sin la necesidad de decirlo en voz alta, comunicandonos con una sola mirada para s...