Al despertar, aún me dolía bastante el brazo, pero traté de ignorarlo y el dolor empezó a disminuirse.
No veía a Ace cerca, así que me levanté. Había sido agradable dormir con el sonido de las olas, no sabía ni que hora era. Lo único de lo que estaba segura era de que estaba muriendome de hambre, necesitaba comida.
Volé arriba para localizar a Ace, y empecé a volar por toda la isla, pero no lo encontraba. Me había encontrado con muchos animales muy raros y fuertes, pero era más rápida que ellos y los dejaba atrás fácilmente.
Creé un torbellino y en él metí mi voz para que el viento transmitiese mi voz por toda la isla, para encontrar a Ace más rápido.
Tras pasarme media hora volando, encontré a Ace al lado de un río, no muy lejos de la playa donde aterrizamos la noche anterior, así que decidí ir a por él.
— ¿Cómo has hecho eso? — me preguntó al verme.
— ¿El qué?
— Tu voz a sonado por todos lados.
— He aprendido bastantes cosas durante estos años...
— Ya.
Ví que estaba llenando de agua una botella bastante pequeña, quise preguntarle para qué, pero no me atreví.
Entonces, salió una especie de dinosaurio gigante de entre los árboles, y al vernos, en seguida empezó a caminar hacia nosotros.
— ¿Viene a atacarnos? — dije, sonando lo más tranquila posible.
— Es tu primer rival.
— ¿QUÉ?
Era demasiado tarde, Ace se había subido a un árbol muy alto, y era demasiado tarde como para que subiese yo, asi que empecé a correr.
— Ni se te ocurra huir. — gritó Ace — Si lo haces, te quemaré — y tras decir eso, creó una llama y vino hacia mi. Logré esquivarla, pero me rozó el brazo herido, y grité.
— ¿Estás loco?
Él solo se reía, parecía que disfrutaba con verme morir lentamente. Tenía que luchar contra aquella criatura extraña, no tenía ninguna otra opción. Me puse en posición para atacar.
Le tiré una especie de remolino con pinchos, pero al llegar hasta él no le hizo ningún rasguño. Maldecí a todo el mundo al ver lo fuerte que era.
Suspiré, crucé las dos manos y cerré los ojos, trantando concentrarme.
— ¿Crees que podrás matarlo con tu mente? — dijo Ace, riendose demasiado fuerte.
— ¡CALLATE!
Me estaba poniendo nerviosa, pero tenía que olvidarlo todo: quien era, donde estaba. Solo tenía que concentrarme en mi oponente.
Lo ví en mi mente, y llamé a los vientos más fuertes, haciendo que la criatura se elevase sobre el aire, dí con los puños al aire y el animal salió volando, hasta quedar inconsciente tras chocar contra una roca enorme. Rápidamente, saqué mi pequeña espada y se la clave justo en el corazón.
Ace saltó y aterrizó al aldo mío.
— Ha estado bien, no me esperaba eso. — dijo — Esta será nuestra comida hoy.
— Lo he matado yo — dije, furiosa — Entonces, es mi comida.
Ace me miró y rió, agarró de la cola al ser que maté y lo llevó hasta la playa como si fuese una pluma. No entendía cómo podía ser tan fuerte.
Ya era de noche, así que Ace hizo una hoguera, y yo me puse al rededor. Hacía mucho frío, no paraba de temblar.
No podía dejar de pensar en Luffy, en todos y cada uno de mis compañeros. Los echaba demasiado de menos, no debería de estar en esa maldita isla, sino con ellos, todos juntos. Había pasado tantos momentos tan especiales con ellos que ya no podía estar tanto tiempo separada de ellos. Era como estar en la cárcel.
Mi brazo iba de mal en peor, estaba demasiado hinchado, y me dolía cada vez más.
— ¿Te duele? — dijo Ace.
— No.
Ni siquiera sabía por qué le había mentido, pero él se lo había creído. Empezamos a comer, pero había perdido el apetito. Estaba cada vez más triste, y estar con Ace no ayudaba, ya que todavía no confiaba en él del todo. Era como si nos acabasemos de conocer, todos los años que habíamos pasado juntos habían desaparecido de repente.
— Yo... me voy a dar un paseo. — dije, y él asintió.
Empecé a andar por la playa, simplemente pensando en todo lo que me había pasado en tan solo tres días, todo había pasado demasiado rápido. Pero para cuando había llegado al límite de la playa, no me había dado cuenta de que un barco de la marina acababa de aparecer en la playa, a simples metros de mí. No me lo podía creer.
Empecé a correr, pero fue demasiado tarde. Sus espadas estaban hechas de Kairouseki.
— ¡ACE! ¡CORRE! — grité como nunca lo había hecho, solo para que saliese vivo.
— Es Janna Windy, capitán. — dijo uno de ellos, tras agarrarme del brazo herido. Grité de dolor.
Era la tropa del capitán Smoker. No tenía ni idea de qué hacían allí.
— 200,000 beries, no está nada mal. — dijo otro.— Ha sido fácil pillarla.
— Es imposible que ella esté sola. — dijo Smoker — Buscad a más personas.
— Estoy sola — mentí.
— ¡Cállate!
Me hicieron un corte en el otro brazo, y no paraba de sangrar.
— Dejadla, no podrá escapar.
El soldado me soltó y caí sobre la arena como un saco de patatas. Me dolía todo el cuerpo. Y estaba tan nerviosa por Ace que ni podía respirar. Pero con disimulo logré enviar un mensaje gracias al viento a Ace. ''Huye''.
Solo deseaba que huyese, sería peor que cogiesen a Ace, él era más importante para la Marina.
Pero entonces, los marines empezaron a caer de uno en uno, hasta que sólo quedó de pie Smoker, y Ace salió de la nada, en frente del comandante.
Los dos empezaron a luchar como locos, hasta que Ace tomó ventaja y me agarró en sus brazos.
— Dime por favor que puedes hacerme volar — dijo, suplicándome.
Cerré los ojos y hice que el viento nos llevase hasta el otro lado de la isla.
— Janna — dijo Ace, al ver que se me cerraban los ojos. Me tumbó sobre la hierba. — Por favor, sobrevive.
Apoyó su frente sobre la mía y no pude evitar recordar el día en el que Ace casi murió.
— Lo haré. — susurré.
— Tienes que hacerte cada vez más fuerte. — dijo, mirándome fijamente a los ojos.
— Estamos en ello. — sonreí, y me besó la mejilla.
Juro que fue uno de los momentos más bonitos de mi vida.
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LOST [One Piece fanfic]
FanfictionJanna conoce a Ace desde que tenía 10 años, pero ahora que tiene 17 no le ha visto en mucho tiempo. Todavía se arrepiente porque no se había despedido de él correctamente, pero no puede ir a por él de un día para otro. Hasta que un día todo cambia...