LOST [One Piece fanfic]

Capítulo 41

Luffy se vuelve loco cuando tiene hambre, y justo ahora mismo está corriendo sólo por buscar comida. Cuando el viento se alza, un ligero aroma de sopa invade toda la isla, y estoy segura de que Luffy va en busca de ella.

- ¿No has desayunado?

- Si, pero ya sabes que siempre tengo hambre.

Cuando por fin llegamos al centro de la ciudad, ésta está llena de turistas y tritones que nos miran raro. Entramos en un bar en el que las sirvientas son sirenas.

- ¡Dame cualquier cosa! - pide Luffy, y yo río.

- Estás loco.

Cuando le sirven un montón de comida, empieza a comer como un loco, y empiezo a preocuparme por los demás, no tengo ni idea de dónde podrían estar en este mismo instante.

- Por cierto, ¿de quién era la carta? - pregunta Luffy, con la boca llena de carne.

- Eh ...

¿Debería decirle la verdad? No tengo ni idea de qué decirle, y me quedo mirándole como una tonta hasta que me mira raro.

- ¿No me lo quieres decir? - pregunta, y traga la comida.

- Yo...

Ojalá pudiese parar el tiempo en ese mismo momento. Los segundos pasaban, que para mi eran como horas, y Luffy me miraba con cara de 'te puedes mover, por favor'.

- Si no quieres decírmelo no pasa nada, pero recuerda que puedes confiar en mí.

Vale, ahora sé que tengo que decírselo.

- Era de Law. - digo por fin.

- ¿De Torao? ¿Qué decía?

- Pues que... está 'bien'. - hice comillas con los dedos.

- Por lo menos sigue vivo, eso está bien. - dice, y sonríe. Se nota que está feliz.

- Lo peor es que no me ha dicho dónde está. - suspiro frustrada, y Luffy me mira sonriente.

- Eso es porque irías a por él. Y podría ser peligroso.

- Si está en peligro, tendré que ir a por él...

- Pero... - dijo, para que siguiera hablando.

- Pero le prometí que no iría. - no sé por qué pero me entran ganas de llorar. - Esto me está volviendo loca.

- Torao es un buen tipo, sabe lo que hace, confía en él.

Me sirvo un poco de sake y lo bebo de un tirón. También prometí que no bebería sake, pero ese ya es otro tema.

- ¿Crees que aquí habrá enemigos? - pregunto, quiero saber si tendré que luchar.

- Supongo.

Cuando salimos del bar, nos encontramos con Zoro, que se ha perdido como siempre. No sé cómo lo hace, pero acaba en el lugar al que no tenía que ir.

- No sé dónde se han metido los demás.

- Qué raro. - digo, irónica.

De repente, muchos habitantes empiezan a correr como locos, como si un monstruo gigante les estuviese siguiendo.

- ¿Qué pasa? - pregunto, confundida.

- ¡ Son piratas ! - grita una sirena.

Mi corazón empieza a latir mucho más deprisa, espero que sean pacíficos. Aunque no haya muchos piratas que no busquen derramar sangre a cualquier ser humano. De repente, dos personas aparecen de la nada. No tengo ni idea de quiénes son, ni siquiera me suenan. Nada más verles, me fijo en los dientes del hombre. Tiene el símbolo de los piratas de Doflamingo grabado en sus dientes. Increíble. La rabia recorre todo mi cuerpo.