Capítulo 10

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Me desperté en seguida, o eso me pareció a mí. Me di cuenta de que todavía no me había puesto la camiseta, y que todavía la tenía Law. Había estado como cinco horas sin la camiseta, y ni me había enterado. Eso no era propio de mí. Y lo peor era que seguro que no había más camisetas decentes en aquel submarino.

Me laventé para verme en el espejo, y me horrorizó lo que ví. La herida estaba aún peor, Law tenía razón. No tenía ni idea de cómo, pero ahora estaba mucho más grande y había vuelto a sangrar. Me la toqué para saber si me hacía daño con el contacto, y lo hizo. Un dolor espantoso. Tuve que morderme el brazo para no gritar, y cómo no, se me quedó otra marca.

Sabía que necesitaba ayuda, lo tenía que admitir, así que fui a buscar a Law. No estaba en la sala de controles ni en su habitación, y me dí cuenta de que el submarino no se movía. ¿Habíamos llegado a la isla ya?

Abrí la puerta y subí las escaleras, se me hizo muy raro ver la luz después de tanto tiempo, y a mis ojos les costó acostumbrarse. Era una isla preciosa. El sol transmitía un calor que hacía que me sintiese relajada. Cada vez me encontraba más débil, estaba perdiendo sangre poco a poco, así que tenía que encontrar a Law lo más rápido.

— Viento, pásale este mensaje a Law -  creé una ráfaga de viento -  Estoy en apuros

El viento se adentró en la isla, mientras yo esperaba en la playa a que Law no tardase mucho en venir a por mí. Tal vez había exagerado un poco con lo de 'apuros', pero él había dicho que podía morir, así que tendría que venir lo más rápido posible.

Intenté seguir el rastro del viento, y al final encontré a Law, que al verme empezó a correr hacia mí.

—¿Estás bien?

— No mucho.

Me tiré a sus brazos y corrió hacia el submarino cargandome en su espalda. Entramos y Law me llevó a la sala del médico. Me paró la hemorragia y sacó una aguja y un poco de hilo.

— Esto te va a doler.

— Esta bien. - intenté sonreír, pero me salió una mueca extraña.

Law cosió la herida para que no se abriese más, tardo más de lo normal porque no paraba de gemir, al parecer se sentía fatal cuando sufría.

— Listo. - me miró y empezó a acariciarme el pelo suavemente.

— No has terminado aún. - dije.

— ¿Por qué? - miró otra vez a la herida, para comprobar que estaba bien.

— ¿No te acuerdas? Cuando eramos pequeños siempre me dabas un beso en la herida.

No tenía ni idea de cómo me había acordado de eso, pero simplemente me acordé. Law sonrió al instante.

—Janna, ¿de verdad te acuerdas?

Asentí. Era increíble verle sonreír así, era una sonrisa de verdad, con muchos sentimientos escondidos tras ella.

Me besó suavemente la herida y me hizo feliz al instante. Recordé a Law de pequeño, por primera vez después de tantos años, y las ganas de encontrar la flor de la memoria se hicieron mas grandes.

Tuvimos que pasarnos un día más sin hacer nada, ya que según Law tenía que descansar antes de empezar a buscar la flor.

A la mañana siguiente, llené una mochila que me dejó Law de comida, un mapa de la isla y una brújula. Me vestí con unos pantalones cortos y una camiseta normal y corriente, ya que hacía mucho calor.

Empezamos a adentrarnos en el bosque de la isla, los pájaros no dejaban de cantar, incluso pude oir a un loro o algo parecido. Law era el que llevaba la brújula, y no paraba de suspirar desesperado.

— ¿No funciona?

— No, al parecer hay que hacer algo para que funcione, pero no se el qué.

La brújula tenía la flor de la memoria dibujada en ella, le dí la vuelta y pude ver un mensaje en ella.

—“El que de verdad quiera encontrarme será capaz de lograrlo.”  - leí para que Law me escuchara.

— ¿Qué significa eso?

Yo de verdad quería encontrarla, pero tal vez a la brújula no le parecía así. Cerré los ojos mientras la sujetaba con mis manos, y deseé que la brújula funcionase. Y así lo hizo. La flecha empezó a girar y al final paró.

— ¿Cómo lo has hecho?

— Simplemente he seguido las indicaciones.

Nos orientamos fácilmente ya que al final funcionaba bien, y sentía que cada vez estabamos más cerca de alcanzar nuestra meta. Estaba muy nerviosa, de algún modo sentía la llamada de la flor en mi interior.

Al final, llegamos a un enorme césped lleno de diferentes flores, había tantas que no sabía a cual mirar. Era increíble, como si estuviesemos en un museo de flores, pero todas estaban juntas, como si fuesen una familia.

—¿Cómo vamos a encontrar a la flor entre tantas? - dije, al volver a la realidad.

—Todas son distintas, pero estoy seguro que la que estamos buscando se distinguirá entre todas las demás.

Y era verdad, la flor estaba en el centro de todas ellas, sin duda era la misma, era igual que el dibujo que tenía la brújula, y apuntaba hacia ella fijamente.

Corrí hacia ella, y me quedé mirándola. Era preciosa, brillaba por sí sola, de verdad era una flor única en el mundo.

— Así que es esta... —dijo Law, al sentarse a mi lado.

—¿Qué tengo que hacer con ella?

— Es muy complicado...

— ¿No me dijiste que sólo me la tenía que comer? - dije, sorprendida.

— Eh... he buscado más información y no es así. La flor decide si puedes comerla o no.

— Esta bien. — suspiré— Podrías dejarme un rato a solas.

— ¿Estás segura? — asentí—Esta bien.

Y me dejó a solas con la flor. Me parecía que tenía vida, que era humana.

La acaricié con delicadeza, con miedo a arrancarla, y cerré los ojos. ” Por favor”  susurre. Un brillo salió de ella, y pude ver a una humana.

— ¿De verdad quieres recordar tu pasado? — me preguntó — Si es malo o bueno, horrible, no hay vuelta atrás.

— De verdad.

Puse las manos sobre mi pecho, y cerré los ojos. Una ráfaga de viento entró en mi cabeza, eran todos mis recuerdos del pasado, lo recordaba todo, y no había vuelta atrás.

Law corrió hacia mí, me dijo algo, pero yo estaba simplemente en otro mundo, así que no oí ni una palabra que dijo.

''Ahora lo sé todo sobre mí, y no hay vuelta atrás'' pensé.

LOST [One Piece fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora