Moví las manos lo más fuerte que podía, tratando de soltar las cuerdas, pero era imposible. Tampoco podía usar mi habilidad, ya que al parecer la mesa en la que estaba tumbada estaba hecha con Kairouseki.
- ¡SOCORRO! - grité lo más fuerte posible.
De entre la oscuridad salió Law, sin su gorro, y entonces me dí cuenta de que me lo había dejado y todavía lo tenía en la cabeza. No me había dado cuenta. Él empezó a soltarme las cuerdas con cuidado, trató de ayudarme levantar, pero no le dejé.
-No te voy a hacer nada.- dijo.
- Eso dijiste hace nada, y me has atado con cuerdas y puesto encima de una mesa que me debilita. - bufé.
- Gritabas en sueños, y no parabas de moverte.
- Yo...
Así que habían vuelto. Solía ser sonámbula a los diez años, pero luego paró. Luffy me solía decir que gritaba y lloraba como una loca, pero al despertar yo no me acordaba del sueño. Nunca me acordaba, y eso era lo que me mosqueaba. El sueño debía de ser horrible para que lo pasase tan mal.
Me agarró de las dos manos y me ayudó a levantarme, al estar tantas horas con el contacto del Kairouseki me costaba bastante andar, así que Law me cogió en sus brazos. Era un chico bastante extraño, pero no me sentía para nada insegura junto a él.
Abrió la puerta de aquella sala y ví un pasillo bastante largo, también rodeado de metal. Aquel sitio era muy extraño, y podía oir el fondo del mar.
- ¿Dónde estamos? - pregunté.
- En mi submarino.
Así que por eso el interior era tan oscuro... no era la primera vez que estaba en un submarino, pero se me hizo raro.
Entonces recordé la tormenta. La barca que robé estaba a punto de hundirse, pero ví a un chico (aunque no pude verle la cara por lo iluminado que estaba).
- Así que eras tú... - susurré.
- ¿Quién?
- ¿Me has salvado?
- Digamos que sí. - estaba muy serio.
Me llevó a la sala de los controles, desde ahí se podía mover el submarino, y estaba lleno de pantallas donde se podía ver el fondo del mar, lleno de peces y tiburones que pasaban sobre el submarino. Me ayudó a sentarme en una silla, y me dió una manta. No entendía por qué me cuidaba tanto.
- Casi esto se cayó al fondo del mar. - dijo, sujetando mi diario entre sus manos- Tranquila, no lo he leido. - dijo al ver mi cara de asesina.
- Espera... ¿que has hecho con mi ropa?
Hasta aquel momento no me había dado cuenta de que estaba vestida con una bata blanca enorme, más bien parecía una sabana.
- ¿Preferías morirte de hipotermia? - dijo sarcástico.
- No...
Me miré los brazos. Los tenía vendados, y no tenía ni idea de por qué. Miré a Law esperando respuesta.
- Casi te arrancas la piel al soñar. Por eso te he atado y todo eso.
Estaba aterrorizada. ¿Y si volvía a hacerlo? No quería matarme a mí misma mientras dormía, pensé que nunca más volverían aquellas malditas pesadillas, pero habían vuelto, y peor que nunca. Hundí mi cabeza sobre mis piernas, haciendome una bola, y traté de respirar normal, ya que estaba empezando a ponerme muy nerviosa.
- Janna. - dijo Law- Olvídalo, por favor.
- Ni siquiera se por qué hago esto. Ni tú.- estaba a punto de llorar- ¿Por que me pasa todo lo malo a mí?
Se acercó a mí y levantó mi cabeza, para que lo mirase a los ojos. Tenía los ojos cristalinos, parecía que estaba a punto de llorar, y me sentí estúpida en un momento. Me abrazó, primero no pude reaccionar, pero después le abracé con todas mis fuerzas, hasta quedarme débil. Se sentó a mi lado.
- Ya sabes que algunas de las páginas de tu diario están arrancadas...
- Has dicho que no lo has leido.- le interrumpí.
- Sólo lo he mirado. - dijo, seguro - Se tu pasado. Todo sobre él. Sólo que no te acuerdas de nada. Y quiero que te acuerdes, para eso te he estado buscando.
- ¿Qué va a tener de raro mi pasado? Si te hubiese conocido cuando era pequeña, me acordaría, ¿sabes? - todavía no le creía. No confiaba tanto en él.
- ¿No es raro que no te acuerdes de nada? ¿De tus padres? ¿De lo que hacías? ¿De mí? Vamos, Janna, por algo no te acuerdas de nada.
- Me dijeron que tragué demasiada agua y estuve a punto de morir cuando el barco se hundió.
- Nadie olvida su vida cuando se ahoga.
En realidad tenía miedo, miedo de mi pasado. Parecía oscuro, muy triste y horrible. No quería recordar, si tan malo fue, ¿para qué recordarlo?
- Tienes que conocer tu verdadera historia.
- ¡No quiero! - chillé histérica - ¿Es que no lo entiendes? Algo dentro de mí dice que no lo haga, pero...
- ¿Pero qué?
- Me acuerdo de una cosa.
Law me miró con curiosidad. Era verdad, sólo me acordaba de una cosa.
- Me acuerdo de pequeños momentos. Yo corriendo, luchando y aprendiendo a usar la espada. Con un niño, pero no le veo la cara.
Era la primera vez que se lo contaba a alguien, y me sentía aliviada. Era un recuerdo muy bonito, sonreía al recordarlo, pero no me acuerdo por qué.
- Parece que era un gran amigo. - dije.
- Lo era. - dijo Law, mirando al suelo. - Me acuerdo perfectamente.
- ¿Puedes decirme quién es?
- Janna, era yo.
- No puede ser, si hace nada fue la primera vez que te ví la cara ¿quién me quitó los recuerdos? ¡¿Por qué me hicieron esto?!
- Para eso te he buscado, quiero que matemos juntos a la persona que te hizo todo esto, aunque tu no quieras, lo haré solo.
- Lo haremos juntos.
Levanté el dedo meñique para hacer una promesa.
- Prometido queda.- los dos entrelazamos nuestros dedos.
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LOST [One Piece fanfic]
FanfictionJanna conoce a Ace desde que tenía 10 años, pero ahora que tiene 17 no le ha visto en mucho tiempo. Todavía se arrepiente porque no se había despedido de él correctamente, pero no puede ir a por él de un día para otro. Hasta que un día todo cambia...