Capítulo 30

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Me desperté, serían como las tres de la mañana, había tenido una pesadilla en la que tuve que matar a Law. Estaba sudando, el sueño había sido horrible, no quería ver nunca más algo tan cruel.


Me senté en la cama, pero Law no estaba en ella. ¿Dónde se había metido? No había dejado nada suyo en mi habitación, así que decidí vestirme. Me puse el vestido que había comprado con mi madre hace unos días. Era precioso.

Abrí la puerta con mucho cuidado, no quería despertar a mis padres. Salí a fuera, todo estaba muy oscuro, pero la luna iluminaba un poco el camino hacia la playa.


- ¿Law? - pregunté, pero nadie respondió.


No estaba segura de si ir a la playa o no, estaba demasiado oscuro, hasta los árboles daban miedo. Cualquiera podía estar escondido detrás de uno.

Pero quería encontrar a Law, así que empecé a caminar hacia la playa. Incluso el simple sonido de un búho casi me mató del susto. Sí, era una miedica, no paraba de temblar, tenía muchísimas ganas de llegar a la playa de una vez por todas, tal vez no sería tan siniestra como el bosque.


Al sentir la arena bajo mis pies me sentí relajada, y suspiré aliviada. Por fin había dejado atrás el bosque.


Miré en todas las direcciones, pero no había ni rastro de Law. Sólo pude ver a un cangrejo, nada más. Sólo se oían las olas.


- ¿Dónde se ha metido? - pensé en voz alta.


De repente, sentí que alguien me tapo los ojos, y, para defenderme, le dí a la persona una patada en el pie. Grité histérica.


- ¡Law! - grité - Pensaba que eras alguien que quería hacerme daño.


Ni siquiera me dí cuenta de que estaba dando vueltas en el suelo, apretándose el pie. Le había hecho daño. Me acerqué rápidamente hacia él y puse la mano sobre su pie.


- ¡Lo siento! ¿Estás bien?


- Buena patada. - dijo, y se levantó. - Tengo una sorpresa para tí.


- ¿Qué es?


- Cierra los ojos.


Al principio dudé, pero le hice caso. Cerré los ojos, y me agarró de la cintura. Mi corazón empezó a latir aún más rápido, sólo esperaba que no lo notase. Me ayudó a andar hacia no sé dónde, y paramos. Todavía no había retirado sus manos de mi cintura.


- Ahora, ábrelos. - susurró.


Abrí los ojos, y me encontré con un mantel enorme puesto sobre la arena, y en él estaba un ramo de flores y un paquete muy grande.


- ¿Por qué...? - pregunté.


- Feliz cumpleaños. - dijo, y me abrazó.

LOST [One Piece fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora