LOST [One Piece fanfic]

Capítulo 37

- Hace nada estaba en mi pueblo, viniste a por mi, ahora voy a pasar unos meses con la tripulación de Shirohige, ayer bebí demasiado sake y...

- Espera, ¿te acuerdas? - se levantó al instante, y yo me dí con la cabeza contra la dura tierra.

- Sólo me acuerdo de que... - pensé lo más rápido que pude - Bailé como una loca. - intenté sonreír, pero me salió una mueca.

- Mientes. - dijo - ¿Crees que soy idiota?

- Espera.

Noté que el viento había cambiado bruscamente, y me levanté. Los árboles habían empezado a moverse rápidamente, y el sombrero de Ace casi salió volando.

- ¿Qué pasa? - preguntó.

Cerré los ojos y me concentré en el camino del viento. Sin duda alguna, un ciclón se estaba acercando. El cielo azul se estaba cubriendo de negras nubes. La fuerza del viento era increíble.

- Tenemos que salir de aquí. Es un ciclón, y no tardaremos en salir volando.

- ¿A dónde? - preguntó.

Empezamos a correr hacia el pueblo, los ciudadanos estaban entrando a sus casas y metiendo toda la ropa tendida dentro. Algunos hasta protegían su casa con trozos de madera. Aquello era un caos. El ciclón era grande, pero no era para tanto. 'Por ahora' pensé.

Después de que todo el cielo se vistiera de negro, llegamos al barco. Todo el mundo estaba metiendo la comida a la despensa.

- Janna. - dijo Ace, y apoyó su mano sobre mi hombro - ¿Crees que el ciclón será peligroso?

- Va a peor. - miré al cielo - El viento está cada vez más fuerte, y pronto empezará a llover.

- ¿Estaremos seguros aquí?

- Estaremos bien. - dije, tranquilizándolo - Las olas no llegarán hasta el puerto, supongo.

- Respecto a lo de ayer...

- ¡JANNA! - gritó alguien, interrumpiendo a Ace. - ¿Estás bien?

- Sí, tranquilo. - dije, era John.

Todavía no sabía si debería contarle a la gente que casi me habían violado, y no quería hablar sobre ello.

- Está un poco mareada, la voy a acompañar a la habitación. - dijo Ace.

Me agarró de la cadera y fuimos hacia mi habitación, dejando atrás a John mirándonos confuso. Entramos, y Ace cerró la puerta. Me senté en la cama.

- ¿Por qué le has dicho eso? - pregunté.

- Quiero hablar contigo.

Esas tres palabras nunca significaban nada bueno, e hicieron que me pusiese muy nerviosa. ¿Qué me quería decir? Mi cabeza se llenó de preguntas sin respuesta alguna.

- No le digas a nadie lo que ha pasado hoy.

- Está bien. - dije, y le miré a sus ojos. Estaba sentado en una silla, a unos metros de mi - No quiero recordarlo. Ha sido una experiencia horrible.

Mi vista empezó a nublarse, y todo se volvió negro. De repente, la habitación había desaparecido. Estaba en otra que no me sonaba de nada. Nunca antes había estado en esa habitación.

Me sentía muy mal. No tenía ni idea de por qué, pero esa habitación me daba escalofríos. Sólo tenía una cama. Nada más. Entonces, alguien entró en mi habitación. Era el hombre que intentó violarme. Grité como nunca antes lo hice, y empecé a sudar repentinamente. Aquel hombre me dirigió una sonrisa malévola. Empezó a acercarse hacia mi, y le dí una bofetada lo más fuerte que pudo. Ni se movió. Era como si acabase de pegar a un saco enorme de boxeo. No se movió ni un pelo. Rió muy fuerte y me empujó a la cama. Le supliqué mil veces que me dejase en paz, pero no funcionaba. No podía hacer nada.