Capítulo 27

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Tras dar mil vueltas en la cama, pensando en tantas cosas, el Den Den Mushi empezó a sonar otra vez. No lo iba a coger, estaba claro. Mi madre entró a la habitación, y me hice la dormida. Cogió el pequeño caracol y se lo llevó. Susurré gracias cuando cerró la puerta, pero estaba claro que no me había oído.

Lo único que quería hacer era olvidar todo lo que había pasado, pero era imposible para mi olvidar tal cosa. ¿Cómo se olvida algo? Estoy segura de que es una pregunta que nadie puede responder.

Al final, después de media hora y cien posturas diferentes, me rendí y fui a la cocina. Mi madre estaba sirviendo la sopa en los platos.

- ¿Papá también va a comer? - pregunté, al ver tres platos.

- Así es. ¿Puedes ir a recoger el correo? Suele llegar a esta hora. - dijo mi madre, señalando la puerta.

Corrí a fuera, literalmente, ya que me acordé de que había escrito una carta a Ace. No tenía esperanzas de que me hubiese respondido ya, sólo habían pasado al rededor de diez horas, ya era casi de noche. Me senté en un pequeño banco que estaba al lado de casa, y escuché un graznido. Era el pájaropelícanoextraño de la mañana. Parecía lleno de cartas, así que volé hacia arriba.

- ¿Te ayudo? - parecía estúpida hablando con un pájaro.

Me dio el periódico y una carta para mi madre.

- ¿No hay nada para mí?

Abrí su pequeña mochila que estaba llena de papeles, y había una con fuego pintado. Estaba claro que era el de Ace. Grité de alegría, y el pájaro salió volando, asustado.

- ¡Gracias! - grité, despidiéndome con la mano.

- ¡Janna! - era la voz de un hombre.

Miré hacia abajo. Era mi padre. Casi me da un infarto al verlo. No había cambiado mucho, pero podía notar una cicatriz aunque estuviese volando. Bajé y aterricé para abrazarlo. Empezó a llorar de alegría al verme, y no pude evitar hacer lo mismo.

- ¡Puedes volar! - dijo, entusiasmado. - ¿Es por la fruta?

- Así es, un poder increíble.

- Sabía que te gustaría. - entonces su cara se entristeció de golpe - Pero si no te lo hubiese dado...

- Papá, olvídalo. Vivamos el presente, ¿sí?

Entramos en casa, y mi madre se alegró mucho de volver a ver a mi padre, aunque sólo había estado fuera medio día.

- Ahora te pareces mucho más a tu madre - dijo mi padre, mientras cenábamos- Menos en los ojos.

Era verdad, tenía los ojos de mi padre, azules como el mar. Me encantaban sus ojos, no eran iguales como los míos, tenían algo especial.

- ¿Para bien? - dijo mi madre, sonriendo.

- Tan bella como tú. - respondió mi padre, mirando a mi madre.

Pensé que sería mejor dejarlos solos, así que salí a fuera con la excusa de que quería tomar un poco el aire. Cogí la carta de Ace y me senté sobre la hierba, a pocos metros de mi casa. La noche era muy cálida, el viento me relajaba y calentaba a la vez.

Abrí la carta con mucho cuidado, por el miedo a romperla. Decía así:

Querida Janna: (no me esperaba eso)

Estás en serios problemas, ojalá pudiese romperle la cara a ese chico. Al principio sabía que tramaba algo malo, pero me convenciste. La verdad es que me alegro de que te traicionase, así puedo ir a verte con la excusa de que estás en peligro.

LOST [One Piece fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora