Capítulo 16

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Esa fue una de las veces que sentí la muerte tan cerca. Me estaba quemando por dentro, el magma me estaba haciendo sufrir poco a poco.

Akainu me había atacado por detrás con su puño de magma, que entró practicamente en todo mi cuerpo. Todavía no entendía cómo podía seguir viva. Lo último que oí fueron los gritos de Ace y Luffy.

Lo veía todo negro, pero había una luz al fondo. Parecía otro mundo, no se oía nada en absoluto, era como estar en la nada. Fui acercándome a la luz, y entonces pude oir algo. No lo distinguía bien, parecía que alguien estaba gritando en otro idioma.

Sentí cómo me apretaban el pecho, más de una persona, estaba segura.

- ¡Aguanta!

No conocía aquella voz, me dolía mucho el pecho, los pies, todo el cuerpo en general. Tenía demasiado calor, estaba ardiendo. Levanté el brazo y apoyé mi mano en la cara de una persona, no podía abrir los ojos, así que no sabía quién era. Tenía la cara mojada, llena de lágrimas.

- Por favor, no te mueras.

Era Ace. Estaba destrozado, se le notaba en la voz. Era la primera vez que lo oía hablar así. Estaba suplicandome que viviese. Y así lo haría. Abrí los ojos poco a poco, dolía mucho, e intenté sonreir, pero me salió una mueca rara.

- Tranquilo. - susurré, y empecé a toser.

Le quité las lágrimas de la cara, pude hacerle sonreir. Todavía seguíamos en Marineford, podía distinguir el sonido de las pistolas y espadas. Estaba a punto de morir, mi cuerpo lo decía y si no hacía algo al respecto, no sobreviviría.

- Estoy segura de que no voy a salir... de esta. - empecé.

- Janna, no vas a morir. - dijo Ace.

Luffy estaba tendido en el suelo, desmayado y lleno de heridas. No tenía ni idea de lo que había pasado, pero tenía que centrarme.

- Espera. - dije, y respiré lo más profundo que pude - Sólo quería deciros que gracias por todo. Díselo a Luffy también. No se qué habría pasado si no me hubieras rescatado aquel día. Ahora no estaría aquí, estorbando, como siempre lo hago.

- ¡Estás diciendo tonterías! - dijo Ace, desesperado. - Nunca has estorbado, ¿estás loca? Yo nunca habría seguido adelante si no hubiese sido por tí. El doctor está intentando salvarte, así que haz el favor de callarte, por favor.

Señaló al doctor, era un pirata de la banda de Shirohige, estaba segura. Y no estaba muy felíz, que digamos. Al ver mis heridas, casi se desmayó el también. Empezaron a detener la hemorragia, y yo hacía todo lo posible para poder respirar.

- No creo que pueda aguantar más... - pude decir después de un rato, Ace no me hacía caso- Ace, por favor.

Tosía sangre sin parar, no entendía cómo podía seguir viva después de perder tanta sangre. Al parecer, el mundo no quería que yo muriese.

Ace puso su dedo índice sobre mis labios para que me callase, y tuve que hacerle caso.

- Voy a ir a matar a ese idiota. 

Empezó a levantarse, pero le agarré de la mano.

- Señorita, ¡no se mueva! - dijo el doctor, pero lo ignoré.

Me levanté. Ni Dios sabe cómo lo hice. Ace iba a ir a por Akainu, pero no le iba a dejar.

- No lo hagas, Ace. Es lo último que te pido.

- No voy a dejar que se vaya así sin más después de que casi te mate.- dijo, y se fue corriendo hacia él.

- ¡Idiota! ¡No vayas!

Pero no me oía nada. Era un idiota. Después de hacer tantas cosas por él, no me hacía ni caso. Sólo esperaba que se diese la vuelta y volviese conmigo, pero no lo hizo. Así que andando poco a poco, fui a por él.

- ¡Oye! - otra vez el doctor, segunda y última vez que lo ignoré. 

No veía nada bien, era como si estuviese en un barco, todo se movía a cada paso que daba. Estaba a punto de caer, cuando alguien me pudo agarrar. Sus manos eran cálidas, se me hacían familiares. No pude verle la cara, pero me cogió y corrió a un lugar conmigo en sus brazos. 

Me dormí al instante.

**************

Una risa espantosa. Como la de un villano, llena todel pasillo. No tengo ni idea de quién es, pero he tenido que hacerles caso a esos hombres y hemos entrado en un sitio muy extraño. El niño llamado Law también esta conmigo, al lado, con la mirada fría.

Yo estoy muerta de miedo, mientras que él esta como en su propia casa. No entiendo por qué. Tal vez él viva ahí, tal vez él sea malo como ellos, y no me he dado cuenta todavía. Aunque cuando hemos estado encerrados en el barco, me ha consolado. De alguna forma, me he sentido mejor gracias a él.

- No tengas miedo. - susurra, para que los hombres no le oigan.

Asiento para hacerle saber que le he oído, pero sigo con miedo. Yo sólo quiero volver a casa, con mis padres. Espero que estén bien. Aunque yo no esté, tendrán que seguir con su vida.

Los hombres nos meten en una habitación muy colorida. El techo esta pintado de manera que parece el cielo, y hay muchos juguetes en él.

- ¿Dónde estamos? - digo, cuando nos cierran la puerta.

- En un laboratorio.- responde Law.

- ¿Por qué me han traido aquí?

- Tienes dentro de tí un poder increíble.

- Pero... yo sólo...

Se acerca a mí y me acaricia la cabeza. Para ser un niño de seis años, es bastante maduro, igual que yo.

- Tú... ¿no eres como ellos? - pude al fin preguntar.

- Yo nunca te haría daño. - dice, muy seguro, como si me lo jurase.

 

LOST [One Piece fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora