Capítulo 17
Desperté llena de tubos extraños, todos conectados a mi cuerpo. Un pitido sonaba cada segundo, al ritmo de mi corazón. Incluso tenía una especie de máscara tapándome la boca y nariz. Reconocí la sala. Estaba en el submarino de Law.
Me acordé de Ace, intenté levantarme, pero no podía por esos malditos tubos. Tuve que arrancármelos, y dolió. Estaba semidesnuda, una especie de camiseta gigante me tapaba todo el cuerpo. Pude ver mi herida. Era tremenda, todavía podía ver algunos trozos de carne, y seguía sangrando, pero menos. Eso no me importaba en absoluto.
No sabía si estaba debajo del agua o fuera, pero el submarino no se movía, ni oía el fondo del mar. Abrí la puerta y la luz iluminó mi cara. Estaba en una isla, exactamente en una pequeña playa, pero no me sonaba de nada.
- Tengo que... encontrarlos. - me dije a mi misma.
Sólo había estado cinco minutos de pie, y ya estaba jadeando. En las condiciones que estaba, no sería nada bueno estar de pie y sin conectar a aquellos extraños aparatos.
- ¡Janna! ¿Qué haces?
Tenía a Law detrás, y no me había dado ni cuenta.
- ¿Dónde están Ace y Luffy? - dije.
- Eso no importa ahora. Tienes que descansar, y ya.
- ¿¡Por qué no me respondes!?
- ¡¿Es que quieres morir desangrada si se te abre la herida otra vez?!
- ¡DÓNDE ESTÁN! - ya no era una pregunta, era una orden.
Me lancé sobre él y empecé a pegarle lo más fuerte posible, ni siquiera sabía de dónde había sacado esa rabia, no quería pegarle, pero mi cuerpo lo hacía por sí sólo.
Cuando paré, a punto de ahogarme sin poder respirar, ví la cara de Law. No le había hecho gran cosa, pero le sangraba la naríz. No me reconocía a mí misma.
- Law yo...
No me dijo nada, simplemente me miró. No sabía lo que significaba esa mirada, nunca lo había sabido. Pero estaba segura de que estaba muy enfadado conmigo, tanto que seguro que se atrevería a matarme en ese mismo instante.
Sólo quería ver a Luffy y Ace sano y salvo, tenía tantas emociones encerradas dentro de mí que empecé a llorar descontrolada, primero había estado agresiva, y luego me sentía totalmente débil.
- Vamos.
Law me tendió la mano, y le ayudé a levantarse. Antes de entrar en el submarino, hice que se parase.
- Lo siento. Me has salvado, y en vez de agradecértelo yo he sido una estúpida.
- No pasa nada.
- ¿Por qué me perdonas?
- Por que te quiero, vamos, entra.
No sabía si lo había dicho de verdad, o sólo para que me callase, pero esas palabras me habían dejado muy confundida.
Me ayudó a tumbarme en la camilla, y volvió a conectarme aquellos extraños aparatos otra vez. Se había quedado de piedra cuando vió cómo me los había arrancado. Sólo esperaba que no volviese a despertarme tan alterada, no quería hacerle daño a Law, nunca más.
- Law, he recordado más cosas, cuando me salvaste en Marineford. Cuando me sujetaste en tus brazos, volví a recordar más cosas. - dije, mientras me ponía un tubo por el que se metía sangre.
- ¿Que has recordado? - paró para oirme.
- La promesa.
Al parecer, él también lo recordaba, por que sonrió al oir aquellas palabras salir de mi boca. Me encantaba verle sonreír.
- ¿Tú también te acuerdas? - pregunté.
- Pues claro, me alegro de que te hayas acordado, aunque todavía te falta mucho.- me puso la mascarilla- Ahora tienes que descansar, con esto te dormirás.
- Espera. - me quité la mascarilla para poder hablar - ¿Estaré bien?
- Confía en mi.
Cogí su mano para tranquilizarme, y volvió a ponerme la mascarilla. Empecé a cerrar los ojos automáticamente, y en cuestión de minutos ya estaba dormida, con la sonrisa de Law grabada en mi mente.
Me desperté y vi a Law sujetandome la mano para quitarme uno de los tubos. Al verme despierta, soltó mi mano.
- ¿Me vas a quitarlos todos? - pregunté.
- Sí, pero es importante que no te muevas mucho.
- Tengo ganas de andar.
- Sólo júrame que no harás movimientos bruscos.
- Vale...
- Tienes ropa en mi habitación.
Llevaba bastante tiempo con la misma ropa, así que me duché. La herida seguía igual, pero un poco mejor. Si me movía mucho, podría volver a abrirse, así que me duché con cuidado.
Law me ayudó a salir al exterior, seguíamos en la misma isla.
- ¿Dónde estamos?
- Es la isla de Boa Hancock. No olvides que no te tienes que mover mucho.
Y, dicho eso, se volvió a meter en el submarino. Creía que ibamos a andar juntos, pero al parecer no. Escuche pasos cerca mío, no creía que alguien malo estuviese ahí, así que pregunté lo más relajada posible.
- ¿Hola?
Nada más girarme un poco, no pude creer lo que veía. Eran Luffy y Ace, saliendo del bosque.
- ¡Janna! - gritaron los dos a la vez.
Me abrazaron tan fuerte que casi me ahogaron, pero yo hice igual. Así que por eso Law me había dejado a solas... estaba muy contenta por volverlos a ver.
- ¿Quieres venir a por comida? - dijo Luffy, mientras corría detrás de un cangrejo.
- No puedo moverme mucho, así que será mejor que no lo haga.
- Vamos, sólo tendrás que mirar. - dijo Ace, y me guiñó.
- Bueno, en ese caso estaré bien.
Parecía que volvíamos a tener once años otra vez, hacía mucho tiempo que no andabamos los tres juntos. Corriendo por el bosque, en busca de comida.
-¡Ahí!
Luffy vio a un jabalí gigante, y empezó a pegarlo como un loco, pero al parecer el animal era muy fuerte.
- Si Ace lucha con él lo quemará. - bromeé.
- Ace, ¡no lo toques! ¡no quemes mi carne! - gritó Luffy, corriendo tras Ace.
No paraba de reír, los dos chicos eran como niños, pero peleando por comida. Me senté en una roca para ver cómo discutían por un jabalí. Luffy no quería que Ace lo quemase.
- Puedo controlar la temperatura del fuego ¿sabes?
- ¡Lo mataré yo! - gritó Luffy, cuando era por comida, se ponía serio de verdad- Janna, ¿tú qué crees?
- Yo no quiero comer un jabalí chamuscado. - bromeé, para mosquear a Ace.
- Te has metido en un buen lío. - bufó Ace.
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LOST [One Piece fanfic]
FanfictionJanna conoce a Ace desde que tenía 10 años, pero ahora que tiene 17 no le ha visto en mucho tiempo. Todavía se arrepiente porque no se había despedido de él correctamente, pero no puede ir a por él de un día para otro. Hasta que un día todo cambia...