Capítulo 11: Buscándote

163 31 4
                                    

DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 11: "Buscándote"

Lo miró de reojo y su mano se tensó tanto que el tenedor se dobló contra la mesa. Miroku sabía quien era el causante de su furia. Era obvio, demasiado obvio y al otro parecía gustarle provocarlo. Kouga Koizumi realmente detestaba a Inuyasha y no encontraba mejor forma que mirarlo con una media sonrisa cínica haciéndole saber que él y sólo él, por alguna misteriosa razón, estaba con la chica que era la dueña del corazón del piloto.

- Maldito bastardo...- Gruñó el de ojos dorados con la vista fija e hiriente sobre el otro que sonreía aun. Inuyasha no dudaba que se fanfarroneaba del baile, aquel imbécil era el acompañante de Kagome, pero él sabría como arrebatársela. Aquella muchacha era suya, de nadie más. - ... me esta desafiando...

- Inuyasha, cálmate- Repicó Miroku algo incómodo porque el ambiente era horriblemente asfixiante- Deja ya de mirarlo.

El Teniente asintió y ladeó el rostro concentrando sus ojos en la comida que tenía en frente, sin embargo ya ni siquiera tenía apetito y por alguna rara sensación sentía la mirada de hielo de Kouga en la nuca. El otro se había sentado cerca de donde estaban ellos junto a sus acompañantes y se complació de saber que al fin el piloto se molestaba con su presencia. Siempre lo había detestado por su increíble ascenso en la carrera de aviación. Era menor que él y tenía su mismo grado, ¡eso era inaceptable!

- Pues sí... - Dijo con la voz provocativamente elevada-... es un Baile de Presentación en el Palacio Imperial, nada más y nada menos...

- ¡Pero qué suerte! Es el evento más esperado de la Alta Sociedad- Acotó el compañero siguiéndole el juego. El chico se encogió de hombros y se recostó en su silla.

- La suerte es ser el acompañante de la hija única de los Higurashi, la heredera...- Musitó con voz ronca. Inuyasha se tensó de inmediato y contrajo la mandíbula fuertemente. Miroku tragó con fuerza, ¡diablos! Estaba a punto de estallar la bomba atómica, pensó.

- Miroku... – Murmuró Inuyasha poniéndose finalmente de pie- Vámonos de aquí o no respondo...

El otro asintió rápidamente y lo imitó tomando su bandeja de comida. Kouga, en cuanto, al ver a Inuyasha ponerse de pie sonrió abierta y triunfalmente.

- Es la chica más bella que he conocido, lo malo es que algunos creen que pueden conquistarla, cuando saben que no son dignos siquiera de rozarle un sólo cabello...

Inuyasha soltó la bandeja y volteó, Miroku se aproximo rápidamente a él deteniéndolo todo lo que pudo. Kouga en cambio, que estaba sentado, lo observó haciéndose el desentendido y entonces frunció el ceño.

- ¿Le pasa algo, Teniente?

- ¿Qué cree usted, Teniente?- Preguntó el de ojos dorados clavando una mirada asesina en el otro. Si Kouga aceptaba su desafío, bien, que se pusiera de pie y pelearan como hombres. Sin embargo el otro luego de unos segundos se encogió de hombros. Realmente no estaba dispuesto a arriesgar días de castigo si en una semana más debía ser el acompañante de la heredera Higurashi. Eso ni pensarlo, era su deber encomendado y lo iba a hacer, con el mayor de los placeres.

- No sé de qué habla- Murmuró dándole la espalda y sonriendo a sus cómplices con ironía. Inuyasha apretó los puños de ambas manos dispuesto a levantarlo de su asiento pero su amigo fue más rápido y le susurró cerca del oído.

Irresistible ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora