Capítulo 31: La Primera Noche Juntos

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

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Capítulo 31: "La Primera Noche Juntos"

Bajo el haz de la luz de la luna que se colaba por entre los velos de las cortinas, él la observó una vez más sin poder creer el vínculo que ambos tenían ahora. Ella era su joven esposa, a pesar de las adversidades del inicio de aquella relación. Sin embargo sonrió complacido al recordarlo y deslizó entonces su mano sobre sus cabellos, acariciándolos con suavidad hasta que sus dedos se enredaron en las puntas onduladas. Kagome se acercó más a él con las manos que se aferraban a su espalda baja, su nariz aspiró el aroma de su loción sintiéndose embriagada y entonces sin más, posó sus labios sobre su pecho desnudo. Inuyasha bajó su mano y desabotonó el vestido tan lentamente que las pausas que empleaba le parecían a la chica eternas, bajó la vista permitiendo que su frente reposara sobre el pecho de él y cerró los ojos, esperando nerviosamente, el siguiente paso.

- Kagome...- Susurró de pronto el joven hombre deslizando una mano por su costado hasta subir a su rostro, obligándola a levantar la vista a él, su pulgar acarició su mejilla enrojecida mientras ella se fundía en la mirada cálida de sus ojos-... preciosa... ¿vas a amarme siempre?

- Sí- Respondió seria y sus manos apenas se movieron tras la espalda del piloto, estaba paralizada. Inuyasha le sonrió ampliamente y eso provocó el acelerado latido de su corazón.

- Genial...- Suspiró Inuyasha acercando sus labios a sus mejillas, depositando un beso tierno, luego otro más cerca de su oído. Kagome respiró fuertemente y sus manos temblaron.-... Genial...- Volvió a murmurar en su oído. Las manos de él deslizaron su vestido con lentitud y este cayó al piso. La chica tembló y se acurrucó más en su pecho incapaz de mirarlo, sus ojos castaños estaban fijos en un punto indeterminado de la pared, lo escuchaba respirar y resoplar en su oído, demasiado cerca, tan cerca que le erizaba la piel, sus labios al fin se posaron en sus hombros y Kagome cerró los ojos, dejándose hacer, dejando que su cuerpo cesara de tensionarse para dejarse llevar por la pasión y el delirio que Inuyasha le provocaba. Entonces él caminó llevándola hasta la cama y la chica cayó suavemente en ella mientras Inuyasha la besaba en la boca otra vez.

- Inuyasha...- Lo llamó en un susurro que le aceleró al piloto más el corazón y la sangre, desvió sus labios de la boca hambrienta de ella a su garganta y bajando poco a poco hasta llegar a su pecho, ahí sus dedos se colaron bajo el delicado brasier y Kagome arqueó la espalda dejando escapar un agitado estertor. Sus brazos se aferraron con fuerza a su cuello sin querer soltarse de él, mientras sentía las caricias que le provocaban reacciones casi eléctricas. Inuyasha percibió el aire cálido emanado de la boca de la muchacha que chocaba contra su cuello y tubo que resoplar conteniendo el deseo que lo estaba consumiendo, bajó besando nuevamente, recorriendo la piel suave y nívea de ella que se le presentaba ante sus ojos, pura y sólo de él, pensó, reteniendo el aliento y masajeando sus pechos, la chica volvió a arquear su espalda y de pronto sus piernas apresaron sus caderas, obligándolo a acercarse tanto que su pelvis chocó contra la de Kagome, sobresaltándola y perturbándola sólo un segundo, él levantó la vista y sus pupilas de detuvieron en las de ella, un fuego abrasador parecía consumirla, la chica tenía la piel caliente, igual a la de él, su respiración fuerte y dificultosa pareció despertarlo de su ensueño, pero los besos castos que Kagome le dio en el pecho parecieron volverlo a sumergir en el delirio, no supo en que instante dejó que ella estuviera sobre él, besando su pecho una y otra vez, sonrió apenas y luego tuvo dolor en la ingle cuando Kagome se sentó sobre él, se levantó quedando sentado y la rodeó de la cintura haciendo un movimiento rápido provocando la risa de ambos. Cuando se volvieron a mirar callaron de pronto, Inuyasha una vez más deslizó su mano otras su espalda deshaciéndose del brasier y acercando sus labios a la boca de Kagome.

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