Capítulo 7: Inesperada Cita

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 7: "Inesperada Cita"

- ¿Te duele mucho?

Miroku lo miró de reojo y luego desvió la vista hacia su costado lleno de cardenales lilas y algunos rojos, posó la punta de sus dedos en las costillas, sólo un leve tacto, pero que lo hizo hacer una mueca de dolor, entonces se bajó la camisa y respiró profundamente.

- Sólo cuando me río y respiro, nada más.

- ¿Tienes control en el hospital hoy?- Preguntó con voz extraña y muy ronca desde el sillón en donde pretendía juguetear con un lápiz haciéndose el distraído. Miroku se volteó y entrecerró sus ojos.

- Sabes que lo tengo... – Murmuró apenas. Es que se lo había preguntado recién por la mañana y estaba seguro que eso no era preocupación por su salud, sino por una bella voluntaria del Colegio Jidai. Inuyasha alzó el rostro y se levantó de un brinco mientras pasaba la mano por sus cabellos.

- Entonces qué esperamos ¿no?- Dijo tomando su gorra que estaba sobre una pequeña mesita. El otro volvió a suspirar y se volteó a mirarse en el espejo.

- Sólo espera ¿crees que eres el único a quien ver? También me aguarda una enfermera algo esquiva...

Inuyasha sonrió apenas de medio lado mientras se acomodaba bien la camisa. No tan esquiva como Kagome, pensó. Entonces suspiró nuevamente. Bien, podía ser su amigo, tal y como lo habían acordado tres días atrás. Sí, tres días, pero es que estar de guardia le impedía volver a verla, de otra forma... él entrecerró sus ojos dorados dándose cuenta que, de otra forma, intentaría verla de nuevo... "acoso", "obsesión", lo mismo que hacía Tsubaki.

- No te compares con Tsubaki... y mejor no pienses en ella, ya debe haberte olvidado... – Se dijo intentando calmarse.

- ¿No crees que estas jugando con fuego?- Le dijo Miroku interrumpiendo sus pensamientos.

Caminaban ya por el pasillo, Inuyasha a paso rápido, el otro intentando alcanzarlo con una mano en su costado y jadeando levemente.

- ¿Jugar con fuego?... ¿a qué te refieres?

- Kagome Higurashi es obviamente una virginal adolescente millonaria y protegida que, estoy seguro – Recalcó lo último-... no sabe nada de la vida.

Inuyasha disminuyó la velocidad, levantó una ceja y luego lo miró con extrema seriedad.

- No hables de esa forma...

Miroku se detuvo y torció la boca en un gesto muy propio, muchas veces decía cosas más de la cuenta, y también las hacía... debía tener a alguien que le controlase la lengua... y las manos...

- Lo siento... – Murmuró ya a su lado. Ambos retomaron su marcha sin decir nada unos instantes, luego el joven de mirada de fuego le habló.

- En todo caso... supongo que eso es lo que más me atrae de ella...- Musitó sintiendo la extraña y cada vez más usual sensación en el pecho.-... parece tan ingenua... una niña en un cuerpo de mujer...

- ¡Y qué mujer!- Exclamó Miroku sin pensarlo, de inmediato Inuyasha se detuvo y el otro hizo lo mismo, la mirada que le dio en ese momento era tan siniestra que creyó se había convertido en un demonio o algo así y que su vida peligraba. Tartamudeó e intentó sonreír levantando las manos y recordando que su costado aún le dolía intensamente. – Perdón... Perdón... ¡Perdón! De verdad lo siento... no la volveré a mirar, te lo juro- Levantó una mano y puso cara de solemnidad igual a cuando le juraron a la bandera- Si quieres me arranco los ojos, lo que quieras... no la miraré...

Irresistible ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora