Capítulo 21: Remordimiento

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 21: "Remordimiento"

Sus ojos castaños y tristes estaban entrecerrados en la penumbra de su habitación. Abajo estaban todos dándole las condolencias a su padre, ella había escapado a su habitación en cuanto de se dio cuenta que Naraku la tenía bastante rato abrazada dándole consuelo. Ahora esta ahí, sentada en la alfombra, a los pies de su cama, con la imagen viva de su madre desangrada en su habitación. Sollozó otra vez cubriéndose el rostro con ambas manos mientras sentía el olor a flores fuera de temporada y que llegaba a sus narices provocándoles de pronto casi nauseas.

Buyo caminó despacio con su típico aire gatuno entre la penumbra y restregó su cabeza contra una de sus piernas, buscando algo de cariño. De inmediato ella despertó de su horrorosa visión y desvió los ojos hacia el pequeño minino que maulló débil y lastimosamente. Lo tomó entre sus manos y lo dejó en su regazo mientras las lágrimas comenzaban a caer una vez más por sus mejillas. Hubo un instante en que creyó que había sido su culpa, porque después de haberse opuesto a la boda, aun sabiendo que eso era la vergüenza y el deshonor para su familia por no cumplir una promesa, aún cabía la posibilidad que fuera esa la causa de la trágica muerte de su progenitora, tuvo un horrible remordimiento. Se mordió con fuerza los labios negando rápidamente. No, eso no podía ser, ella no había provocado eso... no podía valer tanto aquella promesa de su familia... debía alivianar su corazón y su conciencia, pero aun así no pudo evitar sentirse culpable.

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- Hola

El joven de ojos dorados sólo hizo una leve mueca de desilusión, de inmediato le dio la espalda a su camarada caminando fastidiado hasta su sillón y sentándose pesadamente. Miroku levantó ambas cejas aun en el umbral y luego cerró la puerta.

- Vaya descortesía... supongo que esperabas a alguien...- Murmuró con su acostumbrada burla mientras miraba a su alrededor, deteniéndose en el florero de rosas rojas que estaba sobre la mesa, entonces levantó una ceja- ¿Cena romántica?

- Nada de eso...- Respondió aun con fastidio mientras se pasaba la mano nerviosa por el largo cabello-... la verdad...- Musitó luego posando su vista en él que lo observaba con su acostumbrada curiosidad-... creí que ella vendría... pero claro... no era seguro...- Suspiró pesadamente y entonces el de ojos azules levantó ambas cejas sorprendido.

- ¡Ah!... ¡Caramba! No me digas que... que tú y... – Se calló como si no se atreviera a hablar, sus ojos azules se entrecerraron, incluso Inuyasha notó la tensión de su quijada, de sus labios.-... en este momento realmente espero que estemos hablando de Tsubaki...- Murmuró apenas sin poder evitar sentir un sudor frío en la frente. De inmediato el joven piloto sonrió de medio lado y luego negó con la cabeza.

- A veces dudo de ti... ¿hablas en serio o sólo bromeas?

- Entonces es cierto...- Agregó el otro demasiado serio para su gusto. El muchacho suspiró pesadamente y se cruzó de brazos otra vez.

- Estamos juntos... – Sentenció observando el suelo y Miroku tragó con fuerza mirándolo sin expresión-... cierto... nos queremos y...

- Realmente no sabes en el lío en que te estas metiendo...- Murmuró extrañamente serio e interrumpiendo sus palabras. Inuyasha de inmediato alzó la vista a él posando sus ojos de fuego en los suyos. Por un momento ninguno de los dos dijo nada, el joven piloto notó que su amigo hablaba esta vez en serio y eso le causó un sobresalto, un remordimiento, que desde que supo que ella era la "prometida" del Mayor General, quería evitar. Se lamió los labios ya resecos y se levantó de golpe perdiendo por completo el control.

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