Capítulo 19: Desafío

158 31 2
                                    

DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 19: "Desafío"

Había tenido los mejores sueños de su vida, sonrió perezosamente y ladeó el rostro sintiendo la tibieza de un pequeño rayo de sol sobre su rostro y entonces escuchó el ronco ronroneo del gatito. Abrió los ojos con lentitud y lo vio ahí, a su lado, dormido completamente. Sonrió al ver que estaba de espaldas con las patas hacia arriba, seguro debía tener un sueño de lo más relajado. Se acercó y le tocó la panza tibia con sus dedos, este apenas se movió. La chica se irguió dejándolo dormir y se estiró sonriendo aún sintiendo en el pecho una cálida sensación. Esto debía ser amor ¿no? Debía serlo, había algo extraño en el latido de su corazón, en el cosquilleo en el estómago, en la necesidad de volver a verlo. Se levantó de la cama y caminó hasta la ventana descorriendo las cortinas. El paisaje había cambiado en algo, estaba nublado y de vez en cuando el sol dejaba posar sus débiles y lejanos rayos sobre el suelo, no había tanta nieve y eso era producto de la repentina lluvia del día anterior. La lluvia. Su corazón brincó y la piel se erizó al recordar aquel beso. En ese momento se había sentido tan sola, tan perdida, desesperada por el compromiso y la gota que había colmado el vaso había sido el ver, con horror, el beso de su padre con aquella mujer en la biblioteca. No supo ni como había salido de la mansión, tal vez había tenido suerte, nadie la vio, aunque esa vez fue prudente para esquivar las cámaras de seguridad. Sus pasos la guiaron más allá de las exclusivas colinas de Roppongi, caminó horas y se hizo de noche. Cuando recuperó la conciencia levantó el rostro y lo había visto a él, de pie en la entrada de su edificio, revisando unas cartas. Había ido hasta Inuyasha, sin querer... y en ese momento supo cuanto lo necesitaba, cuando ansiaba que la abrazara, que la reconfortara, que la observara de la forma en que la hacía estremecer y olvidarse de su alrededor. Su beso había sido inesperado, pero consolador, en ese instante Kagome pensó que ya no hacía falta evitarlo ¿para qué? Sólo quería estar con él... y por eso le respondió. Se sonrojó ante el recuerdo del beso y volteó sonriendo feliz. Hoy lo vería, por la tarde, sólo esperaba poder evadir a sus guardias y a la mujer esa. Frunció el ceño. No, ellos no iban a impedirle ver a Inuyasha. Se sentía segura esta vez de hacer lo que fuera con tal de verlo. Lo necesitaba a su lado y lo demás... poco importaba.

Bajó las escaleras tarareando una canción, sentía que flotaba, que estaba aun en un sueño y que nada malo pasaba en su vida. Se detuvo de súbito a la entrada del comedor. No esperaba que sus padres estuvieran allí esa mañana, desayunando... y menos esperaba que ese hombre, también estuviera ahí. Palideció y la sonrisa desapareció del rostro, volviendo a la realidad súbitamente, fue como una bofetada.

- Oh, Kagome, ya estas en pie...- Dijo su madre mirándola fijamente y obligándola con la vista a que tomara asiento, a su lado. Ella la observó y luego posó sus ojos en su padre que se había puesto de pie.

- Vamos hija, tenemos algunas cosas que conversar...

La chica tragó con fuerza, su padre le daba miedo, cierto, así que caminó con las mejillas sonrojadas y evitando mirar al Mayor, que sabía la escrutaba con la vista gélida y siniestra. Sus piernas temblaron inevitablemente y agradeció sentarse.

- Buenos días, Kagome...- Saludó él estirando su mano sobre la mesa para alcanzar la suya, de inmediato ella la retiró rápidamente antes de que se la tocara y lo miró apenas.

- Buenos días, señor.

El hombre rió al igual que el padre de la muchacha, su madre la observó con seriedad, sabía lo que quería, como siempre insistía, que tratara más "amablemente" a ese hombre. Sólo pensarlo le causaba náuseas.

Irresistible ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora