DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.
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Capítulo 18: "Promesa"
El corazón de Inuyasha latió fuertemente, lo miró pasmado sintiendo que hasta la sangre se le había congelado, sólo pudo pensar en ella, en Kagome que estaba en la habitación continua, sintió que a pesar de lo gélido que estaba sudaba frío.
- ¿Qué te pasa, hijo?... parece que viste a un fantasma jajaja
¿Fantasma? Él tragó con fuerza e intentó recuperar la compostura. Bien, debía actuar como si nada estuviera pasando, a pesar de tener aun sobre sus labios los besos de "su prometida". Sintió que estaba en una mala película de horror.
- No... no... qué sorpresa... a esta hora, señor... – Murmuró apartándose de la puerta y permitiéndole la entrada. El hombre sonrió y entró observándolo todo. Por un segundo el joven piloto no supo qué hacer ni decir, sólo que Kagome no saliera de donde estaba, rogó por eso. El hombre se giró y lo observó con el ceño algo fruncido, Inuyasha retuvo el aliento.
- Estas todo mojado... ¿tuviste algún problema?- Preguntó con su voz imponentemente ronca, el joven tembló por un segundo y luego negó con la cabeza.
- Ehh... me empapé camino a casa, señor...- Respondió, no sabiendo porqué ahora insistía en tratarlo de esa forma y evitar llamarlo por su nombre, tal vez era debido a que... inconscientemente, mejor era tratarlo con lejanía.
- Jaja... - Rio el Mayor sentándose en el sillón y mirando las dos toallas en el suelo, el piloto palideció más y caminó rápidamente hasta él.-... vaya... tan empapado que ha tenido que ocupar más de una toalla...
Inuyasha resopló fuertemente y tomó las dos prendas del suelo, ¿Qué diablos hacía él ahí? Que recordara, jamás lo había ido a visitar a su departamento, la única visita fue aquella vez, luego de que sus padres murieron... lo miró de soslayo mientras lanzaba las toallas por la puerta a su habitación.
- Ehhh sí... es que... fue una lluvia repentina...- Murmuró posándose enfrente suyo y mirándolo con seriedad. ¿Acaso él podía ser la clase de persona que Kagome decía?
- Sí... muy repentina...- Musitó el hombre esbozando una sonrisa-... por cierto, no te veo tan mal como para haber pedido una semana de licencia... realmente estaba preocupado.
- ¡Oh!- Él tragó y se pasó nerviosamente la mano por el cabello, ni siquiera se atrevía a mirarlo a la cara. Bien, el Mayor estaba ahí, enfrente suyo ¿no debía hablar con él para aclarar las cosas? Hizo una mueca rápida. Era muy pronto aún, esto debía hacerse de forma correcta, tenía que meditarlo. – Sí... es que... – Le costaba mirarlo a la cara así que desvió sus ojos dorados hacia la ventana-... ejem... no es nada en realidad... sólo necesitaba algunos días para... descansar...
- Ahh, bien, me parece buena idea- Respondió el otro- La verdad creí que estabas enfermo, desde hace un tiempo luces extraño...- Inuyasha volteó mirándolo pasmado a los ojos y el hombre volvió a sonreír-... y luego de lo que pasó en mi velada la otra noche... por cierto...- Dijo él levantándose inquieto del sillón-... ¿no me vas a felicitar?
La mirada de Inuyasha fue inmutable.
- ¿Inuyasha?- Lo llamó nuevamente el hombre levantando una ceja. ¡Demonios! Apretó los puños de su mano y respiró fuertemente... lo miró fijo a los ojos fríos e inquisidores. Debía decirle... aclararle... tragó con fuerza y le tendió al fin la mano- Oh... sí... lo... felicito...- Murmuró sin poder evitar que no fuera sincero, pero no podía fingir tan descaradamente. El Mayor le sonrió ampliamente hinchando su robusto pecho.
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Irresistible Obsesión
RomansDesde que la vio no se la pudo arrancar del corazón, aunque la chica no compartía el mismo sentimiento. Sin embargo, nunca pensó que al enamorarse de ella, se ganaría al más peligroso y despiadado enemigo. (INUXKAG)