Capítulo 27: De Vuelta a la Vida

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO, DE VERDAD NO AUTORIZO para que copien la historia, la modifiquen o publiquen en otro lugar. Repito tantas veces esto pero siempre hay gente que se quiere pasar de lista.

Derechos Reservados.

Capítulo 27: "De Vuelta a la Vida".

La cabeza la sentía pesada y seguramente era debido a la morfina que, estaba seguro, le habían aplicado. Pestañeó y ladeó el rostro esperando verla, más Kagome no estaba. Allá afuera nevaba con demasiada lentitud, pero el blanco de la nieve y del cielo le dañaba aun las pupilas. Intentó moverse, pero sentía el cuerpo rígido y no fue capaz de hacer movimiento alguno. Agudizó su vista, tenía un vago recuerdo de haber visto a Kagome, a su lado, justo cuando sus labios la habían llamado. También le parecía haber escuchado antes una voz masculina y ronca, ¿el General? Intentó recordar nuevamente cómo era que ahora estaba en un hospital, con tantas intravenosas inyectadas en sus brazos, sintiéndose aturdido y a la vez pesado.

- Como estas amigo...- Saludó Miroku al entrar a la habitación. El joven piloto intentó sonreír tras su mascarilla pero supo que ni siquiera había movido los labios, se sentía muy aturdido en realidad.- Luces fatal...- Bromeó sentándose en la silla que estaba al lado de la cama. Inuyasha esta vez movió su mano con debilidad y finalmente se la llevó a la mascarilla apartándola, porque lo estaba asfixiando.

- Que... ¿Qué pasó?- Preguntó en un hilo de voz, en realidad el otro casi había tenido que leer el movimiento de sus labios. Miroku suspiró y luego se rascó la cabeza casi impaciente, pensando como comenzar.

- Bueno... tuviste un accidente... en tu motocicleta...- Sus ojos azules tomaron un extraño brillo que Inuyasha no advirtió, sin embargo era por las sospechas que Miroku tenía, más encontró apropiado no decir nada, ni siquiera estaba seguro de eso.

El joven piloto intentó recordar y poco a poco las imágenes fueron llegando a su mente. Una discusión con Kagome... no, él la había casi echado de su departamento... estaba disgustado por algo... muy disgustado, por eso tomó la motocicleta y se lanzó en la oscuridad de la noche. Recordó haber perdido el control, los neumáticos resbalar por el asfalto casi congelado, el golpe estrepitoso contra el árbol sintiendo los huesos de su espalda crujir, el sabor salado de la sangre en su boca y luego... nada. Miró a Miroku entrecerrando los ojos, le dolía demasiado la cabeza y no quería ya pensar más.

- Kagome...- Susurró. El otro sonrió ampliamente y abrió la boca para contarle la buena nueva, sin embargo lo pensó mejor y creyó prudente que fuera ella quien le diera la noticia.

- Esta bien, Sanguito se la llevó a la cafetería a comer algo... apenas ha bebido café... se preocupa mucho por ti... eres un maldito afortunado...

El muchacho finalmente sonrió y suspiró sintiendo que le dolía el pecho, intentó moverse otra vez pero le fue imposible, levantó una ceja sintiendo el corazón latir con violencia, se movió otra vez y luego pareció despertar por completo, una capa de sudor pobló su frente y él afirmó ambas palmas de las manos intentando moverse, finalmente lo hizo, a pesar de que Miroku intentó detenerlo, le causaba nervios ver aquellas intravenosas que pudieran desprenderse de sus brazos.

- Qué diablos... – Se quejó murmurando y entornando los ojos, su cabeza cayó a la almohada pesadamente y Miroku frunció el ceño, de pie a su lado.

- Apenas despiertas de un coma y ya quieres levantarte, realmente estas loco...

- Dime Miroku... ¿tengo alguna lesión?

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