Capítulo 20: Un Instante

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 20: "Un Instante"

- Esta nevando otra vez...- Murmuró Kagome observando los copos de nieve cayendo lentamente sobre ellos, sonrió al ver como se enredaban en la enmarañada cabellera del chico, que iba al viento. Y luego sus ojos se detuvieron en la bufanda que llevaba puesta, bajo su chaqueta. Aquello le provocó un vuelco en el corazón, tanto afecto y atención de su parte la hacía sentirse tan... extraña... no estaba acostumbrada a que sintieran afecto por ella.

- No te preocupes...- Dijo Inuyasha elevando algo la voz mientras volteaba de medio lado y le sonreía con ternura-... iremos a mi departamento...

La muchacha negó con la cabeza y el joven piloto frunció el ceño. Ella aferró más el violín a su cuerpo y lo miró con seriedad y a la vez algo de tristeza.

- No podemos alejarnos mucho... debo volver en una hora.

¿Una miserable hora? Poco a poco desaceleró la velocidad de la motocicleta hasta detenerla a la orilla del camino. Se quitó el casco poniéndose de pie y posó sus ojos de fuego en los de ella que lo observaba con infinita calma.

- ¿Por qué, Kagome?- Preguntó con su voz tan ronca y que la hizo sentir como si hubiera engañado a un niño chiquito, como si lo hubiera ilusionado.

- Es que mis clases... sólo son de una hora... no puedo demorar más que eso...- Musitó con congoja, parándose a un lado y desviando sus ojos al suelo. Bien, ella se había sentido libre por un momento pero en realidad no lo era.-... lo siento...

La mano extrañamente cálida se posó en su mejilla helada. La chica alzó la vista, de inmediato se encontró con sus ojos fijos en ella y la sonrisa cálida le reconfortó el corazón.

- Ya no te preocupes por eso...- Aunque bien no podía evitar lo desilusionado que estaba pero, en fin, era lo que estaba planeado desde el principio ¿no? Respiró profundamente quitando sus ojos y también la mano de la mejilla de Kagome y luego miró a su alrededor. La nieve seguía cayendo suavemente, las voces de algunos niños llamaron la atención de ambos, voltearon y vieron a las personas esquiando en patines por sobre una pequeña pista de hielo. La muchacha sonrió y suspiró.

- No creas que no me desagrada esto... al contrario...- Volvió sus ojos a él con seriedad-...ojala pudiera estar más tiempo contigo... – Agregó tragando con fuerza y un segundo más tarde fue consciente de sus palabras ¿le había dicho eso? Cielos... era muy apresurado para declararse de esa forma. Desvió la vista de la asombrada suya, sin embargo Inuyasha se acercó un paso más chocando su pecho contra el suyo. Ella volvió a alzar sus ojos al joven piloto perdiéndose en el mar inquietante de su mirada.

- Yo también deseo lo mismo que tú...- Susurró, acercando sus labios a Kagome y besándolos suavemente, como una caricia, eran besos cortos y pausados que la estremecían por completo. La aferró más a él deslizando sus manos tras su menuda espalda, casi alzándola del suelo para besarla con su acostumbrada pasión desbordante. Para Kagome su boca era posesiva, embriagadora y experta, aquello le aceleraba tanto el corazón que le dolía.

Él se separó justo en el instante en que la chica comenzaba a necesitar aire, la soltó suavemente y ella volvió a sentir el suelo bajo sus pies. Recostó la cabeza en su pecho recuperando la calma y luego se sorprendió de escuchar los acelerados latidos del corazón de Inuyasha. Alzó la vista nuevamente mirándolo turbada. Él tenía su vista en el frente. Estaba serio, la mandíbula otra vez tensa, su garganta se agitaba inquieta, su respirar agitado, parecía concentrado en algo, pero Kagome notó que él tenía sus ojos fijos más allá de los árboles del parque en que estaban. Y como si despertara de su hechizo, pestañeó rápidamente y bajó el rostro mirándola con atención, levantó una ceja y luego sonrió.

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