Presentimeinto de lobos

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No había pasado mucho tiempo desde que Martín se había ido, pero una sensación extraña había empezado a inundar su cuerpo. Manuel estaba sentado en su cama nervioso, por alguna razón, es entonces cuando siente una punzada de dolor en el abdomen, que indicaba que el bebé había pateado.

—¿Qué pasa? ¿Estás nervioso también?— ríe tratando de aliviar ese sentimiento, entonces lleva un dedo a su boca y se muerde una uña, frunciendo el ceño. —Qué pasa, Martín...— entonces escucha unos cuantos golpes en la puerta. ¿Martín volvió? que alivio. Se levanta y camina hacia la entrada. —¡Yo voy!— grita a su mamá.

Todo ocurrió en unos cuantos milisegundos. Él omega abrió la puerta, sintió olor a alcohol inundar su nariz y vio la figura de Antonio parado en la puerta. Retrocedió casi de un salto y se dio vuelta para tratar de esconder su bulto, del cual el ebrio no se había percatado en ese primer instante.

—P-papá... volviste.— dijo en voz alta, para que su madre escuche, casi pidiendo ayuda.

—¿Qué manera es esa de recibirme, eh?— el hombre entra a la casa, cerrando la puerta detrás de él a la vez que llegan Tiare y Rayén al lugar, los tres estaban en shock. El rostro del alfa en esos momentos se veía decaído, tenía los ojos hinchados, pero los otros no tuvieron tiempo para procesarlo cuando hizo algo que les paró el corazón. Antonio hace una mueca, y comienza a oler con inhaladas profundas, cada vez más largas, mientras comenzaban a sonar gruñidos en su interior y desprendía un olor a ira. —¿Qué mierda es esto?— nadie supo contestar —¿Por qué mierda huele a perro callejero? ¿POR QUÉ MIERDA TODA MI CASA HUELE A UN INTRUSO QUE ENCIMA DE TODO ES ALFA?— los tres comienzan a retroceder, sin saber bien qué hacer a continuación, entonces comienza a olfatear otra vez, pero esta vez detiene su mirada en Manuel. —Tú.— lo toma del brazo con fuerza y lo acerca a él bruscamente, mientras el terror viaja por todo el cuerpo del omega.

—P-papá... te puedo e-explicar, en serio...— Antonio, sin escuchar, levanta el suéter que cubría a su hijo, y entonces vio el vientre del chico.

—¡¿ES QUE ASÍ ME RECIBEN?! ¡TODOS USTEDES! ¡ME VOY UNOS MESES Y CUANDO VUELVO ASÍ ESTÁN LAS COSAS!— grita sin soltar al omega, mirándolos a los tres intercambiadamente, mientras Manuel siente su respiración acelerarse y una lágrima caer bajo uno de sus ojos. —¿Esto es lo que significan los omegas?— se dice a sí mismo, decepcionado, pero todos pueden escucharlo claramente. —¿Qué mierda les pasa? tú... los descuidas un poco y ellos...— lo miran entre confundidos y aterrados, mientras que Manuel trata de buscar un punto débil en el agarre del mayor para tratar de zafarse, pero no lo encuentra. Entonces su mirada cambia totalmente y vuelve a la ira. —¿Qué voy a hacer contigo ahora?— mira fijamente al chico, que no sabe en qué hoyo meterse.

—Papá, en serio lo siento, perdóname, me iré de la casa, no tendrás que volver a verme, lo juro...— dice con un hilo de voz, sin querer mirarlo a la cara, mientras caen más lágrimas y no deja de temblar.

—¡¿ES QUE EN SERIO CREES QUE ESO ES LO QUE YO QUIERO?! ¡¡Te crié, pequeño perro, toda tu vida!! ¿y con esto me sales?— lo acerca mientras aprieta cada vez más su brazo, entonces el chico ya no puede evitar ponerse a sollozar.

—Lo sé, lo sé... perdón... soy lo peor, soy basura, pero por favor...

—¡¿Crees que estás en posición para pedirme algo?! ¡¡Que cara tienes!!

—¡¡Detente, por favor!!— se adelanta Rayen. —Se supone que yo estaba a su cuidado, es mi culpa, desquítate conmigo, no con él.— la omega se interpone entre ambos, lo cual desata aún más ira del mayor, que suelta a Manuel y con esa misma mano levantada amenaza con golpearla.

—¡NO LA TOQUES!— grita el chico al momento que salta para agarrar su brazo, pero nadie vió el otro brazo con una botella de vidrio que hizo volar líquido al estamparse con la cabeza del omega, entonces Antonio casi por instinto empuja al menor con fuerza y éste cae inconsciente. No pasaron muchos segundos hasta que se dio cuenta de lo que hizo y soltó el cuello de la botella, que cayó al piso con un ruido sordo. Intentó acercarse con una mano extendida, preocupado.

—Manuel...— dice mirando su mano horrorizado.

—¡¡ANTONIO!!— grita la omega con histeria, mientras se agacha para mirar a su hijo. El alfa hace un ademán de acercarse, pero es entonces cuando Tiare se interpone, aunque sin saber bien qué hacer.

—¡¡No te les acerques!!— dice la alfa, duramente, mientras en su cabeza trata de pensar... no puede pelear contra su padre, jamás le ganaría... entonces mira hacia atrás y mira que Manuel no despierta, y con el cuello estirado ante la cabeza caída ve la marca: el lazo.

Martín lo sentiría y vendría... lo único que le quedaba era confiar en ello, debía ganar tiempo. Entonces se le prende el foco.

—¿Qué hacías en Europa?— pregunta ella, descolocando a todos los presentes.

—Tiare... no es...

—¡¡Te pregunté que qué hacías en Europa!!

—Trabajar como burro para alimentar a un trío de malagradecidos, eso es lo que hacía.— la ira volvía.

—¿Sólo eso?— ella lo miró a los ojos con decisión, dejando confundida a Rayen, que estaba entre escuchándolos y cubriendo la cabeza de Manuel, que había comenzado a sangrar. Pero Antonio palideció.

—¿Qué insinúas?

—Tienes otra vida allá... tienes pareja.— Rayen abre mucho los ojos, al igual que Antonio, quien comienza a acercarse peligrosamente a la chica, quien trata de no temblar.

—¿De dónde sacaste...?

—Marcos... es hijo de uno de tus compañeros, ¿no? era un pretendiente de mi hermano, poco después de que se vieran contactó conmigo y me contó todo lo que sabía por su padre. Me lo dijo a mi porque no quería estresar más a Manuel y quería que yo decidiera que hacía con esa información.— frunce el ceño, enfrentándolo.

—Ja, ¿en serio creíste eso?— dice con una sonrisa, que no duró mucho.

—Vargas, ¿no?— el hombre la agarra del cuello de su ropa y la estampa en la pared.

—¡Tiare!— grita Rayen, pero la pequeña alfa sabe que dio en el clavo y no se deja intimidar.

—L. Vargas o algo así... treinta y cuatro años...

—Cómo te atreves...— alza un puño, y la chica cierra los ojos.

Wolf Legends - Leyendas de lobo ~ OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora