Wolf Legends - Leyendas de lobo ~ Omegaverse

Un lobo a quien recuerdo

Todo era tranquilidad en aquel lugar oscuro al cual ya no sabía cómo llamar. Manuel estaba sentado abrazando sus rodillas mientras ocultaba su cara entre ellas y el cuerpo, cuando el lobo con paso calmo se acerca por atrás, olfateando cuidadosamente, entonces el omega endereza la mirada y lo ve.

—Hey, Alex.— extiende una mano y lo acaricia. —Así que esto era aquella sensación...

—Pareciera tener instintos fuertes.— dice el lobo con algo de tristeza. —¿Quieres caminar?— el chico piensa un poco y asiente, para luego levantarse y avanzar junto a su compañero.

Manuel se pregunta qué pasaría si siguiera caminando y caminando por aquel lugar oscuro, si tendría algún final. Cada vez entendía menos el significado de todo eso, pero a la vez poco a poco se iba acostumbrando, y resignándose al no obtener ninguna pista. Mira al lobo y entonces le surge una pregunta.

—Oye, Alex...

—Dime.— dice sin mirarlo fijamente.

—¿Cómo es que supiste que Martín era mi alma gemela?— el lobo se detiene, al igual que el chico. Alex piensa durante unos segundos y lo mira.

—Es una buena pregunta, pero no es fácil de contestar.— dice al momento que devuelve su mirada hacia el frente y sigue caminando, a la vez que Manuel lo imita. —Fue porque pude sentir si lobo.— el chico lo mira confundido, pero no lo interrumpe. —Verás, es bastante parecido a cómo funcionan los instintos. Tú sabes que ambos juntos somos lo que somos, tú no serias tú sin mi y yo no sería yo sin ti, ¿entiendes?

—Mmmmm... explícame.

—Pongámoslo así... tú eres la parte humana. Eres quien controla la mayor parte de nuestro ser, y te encargas de ser lo racional. Esa parte racional cambia en las personas según el entorno en el que nacen y en el que viven. Por otro lado, yo soy tu alma, soy tus sentimientos, soy tus instintos...

—Entiendo.— dice Manuel tratando de hallar el punto.

—Los instintos en realidad no salen de la nada. ¿Cómo es que la presa sabe que debe huir del depredador? ¿O como sabe la madre que debe alimentar a su cachorro? no es que se nazca sabiéndolo, tienen una explicación.— Alex mira hacia atrás, fijando la mirada en Manuel, quien niega sin entender. —Son recuerdos.— dice mirando al frente de nuevo. —Recuerdos de vidas pasadas... no son muy específicos ni muy fuertes, pero son cosas que el alma aprende tras experiencias de vidas pasadas.

—¿Reencarnación?— pregunta con los ojos muy abiertos.

—Exactamente. Esos recuerdos nos ayudan a sobrevivir al reencarnar.— Manuel mira sus manos mientras trata de procesarlo. —Todo lo que te cuento son cosas que aprendí por mis vidas pasadas, pero en realidad no puedo recordar nada concreto de ellas.— dice con algo de melancolía. —Fue así cómo supe que era Martín, y Eliot también lo supo. Nos sentimos mutuamente... lo supimos en cuanto ustedes se vieron por primera vez. Antes de encontrar a su alma gemela los lobos vagan sin rumbo, buscando algo... o a alguien, hasta que finalmente lo encuentran, y no dejan de perseguirlo.— dice sin poder evitar mover suavemente la cola.

—¿Eso significa... que ya conocías a Eliot?— dice aún más impresionado, llevándose el puño al pecho.

—De algún lugar debo haber sacado ese instinto. Con todo lo que te dije también puedes concluir que esa es la explicación de los deja vù, son cosas que te resultan familiares porque ya las habías visto o vivido.

—Entiendo.— dice Manuel, sorprendido y sin saber exactamente cómo reaccionar a eso, que sonaba bastante real... pero tampoco tenía razones para pensar que Alex podría mentirle... ¿por qué lo haría? todo sonaba muy complicado y surreal, pero a la vez tenía tanto sentido... tras unos segundos logra preguntar. —Y si tú eres quien reencarna, ¿qué hay de mi?— el lobo piensa durante unos segundos... ahora es él el que dudaba.

—No estoy seguro.— esa respuesta le generó escalofríos. —Pero supongo que al igual que como ahora soy parte de ti, después tú seguirás siendo parte de mi, y lo que yo haya aprendido de la experiencia vivida contigo, lo usaré en mis próximas vidas.

Daba miedo. Daba miedo todo lo que estaba pasando, y todo lo que Alex le estaba diciendo... el pensar en que hay algo más allá de la vida de las personas, y que hubieron otros antes que él y habrían muchos más después. No sabía qué pensar. Y Eliot... Martín... aunque, por otro lado, le parecía hermoso de que conocía a "Martín" desde hace quizá cuántas vidas atrás... años... siglos... milenios... y muy probablemente, en muchas de esas vidas se habían amado, y habrían sido felices juntos. Quizá cuantas familias habrían formado juntos, y aún venían más vidas, en las que podrían volverse a enamorar otra vez. Se le asoman lágrimas con solo pensar en eso, y se abraza a sí mismo, sonriendo.

Así que eso es lo que podría significar la vida... es el simplemente hecho de vivirla... y aprender, divertirse, y en muchas ocasiones, encontrar a alguien a quien amas. Aprender a amar... aprender a confiar... aprender a vivir... quizá todo ese tiempo haya sido ese el verdadero significado de todo, el hecho de vivir la vida buscando la felicidad. En aquel momento Manuel pudo sentir al lobo, y lo supo. Cierra los ojos fuertemente al creer en ello.

Suspira, y entonces se le vienen todos los recuerdos de lo que estaba pasando. Martín... su padre... él en el suelo... sangre... no podía hacer nada, y es en ese momento que pierde toda la paz que había encontrado.

—Alex, ¿voy a morir?— abre los ojos, en el momento que caen varias lágrimas, y nadie contesta. Manuel mira a su alrededor. El lobo había desaparecido. —¿moriré?— mira hacia todas partes rápidamente y corre. —¡Alex!— grita, sin saber qué hacer. Se detiene. Comenzó a sentir su cuerpo liviano, y su cabeza comienza a dar vueltas. —No...— entonces a lo lejos ve algo.

Un pequeño punto de luz, que se iba acercando más y más, a la vez que crecía, más rápido de lo que Manuel pudo procesar, hasta que aquella luz lo ciega y todo vuelve a la oscuridad otra vez. Una oscuridad diferente... entonces abre los ojos.