-Estoy buscando trabajo.- dice Martín, caminando al lado de Manuel en el recreo largo.
-¿Y cómo te va?- dice mirando sus pies mientras camina.
-Aún no lo sé... en muchos lugares me piden que sea mayor de edad o que al menos tenga experiencia laboral.- dice frotándose el cuello con la mano. Manuel sólo asiente, sin despegar la vista del suelo. -¿Y qué haremos con tu familia?- dice destacando el "haremos", para hacerle saber que no estaba solo en el asunto. -¿Y el cole?
-Puedo repetir el año, es lo que menos me preocupa.- suspira -Pero no sé qué es lo que pasará cuando se entere mi papá.- ambos casi sin darse cuenta, se detienen y se sientan en una banca, Manuel suspira. -Él... nunca me dejó salir. Siempre pensó en que andaría de zorrito por ahí con cualquier alfa.- Martín lo mira con cara de preocupación. -¡Mierda!..- exclama de repente, y sube sus rodillas y las abraza, ocultando su rostro que había empezado a llorar. -¡Una puta vez que salgo y pasa esto! ¡¡Una vez!!- Martín al darse cuenta, lo abraza.
-No es tu culpa, Manu... yo te hice beber y fui un animal que no pudo reprimir sus instintos. De verdad perdóname.- dice y apoya su cabeza en el chico, quien después de un rato, se tranquilizó. Ambos se separan y él se seca las lágrimas de su cara.
En ese momento, escuchan varios pasos acercándose entre risas, y se detienen cerca de ellos. Al alzar la mirada, se encuentran con la chica que había estado enamorada de Martín, Vice (el ex amigo de este mismo, a quien había golpeado), y otras personas que también se habían burlado de Manuel.
-¿Problemas de pareja?- pregunta Vice con cara burlona.
-Hay parejas que simplemente son de una noche.- sigue la chica. -O simplemente sólo sirven para tirar.- dijo causando la risa del resto
Manuel nota cómo Martín aprieta el puño y se pone rígido mirando al resto a los ojos, probablemente de tener pelo en la espalda se le hubiera erizado, y casi podía sentir a través del lazo a Eliot gruñendo. Manuel suspira y se levanta para largarse de ahí.
-Awwwww... se va el perrito con la cola entre las piernas a chillar a un rincón.- dijo otro causando aún más risas.
Obvio que se iba, no quería escucharlos. Además, se dio cuenta de que Martín estaba a punto de explotar, y si iba pelear, no quería verlo y ya no iba a intentar detenerlo. Ya no más. Si iba a ser agresivo, que lo fuera lejos de él. Aunque le dolía, y mucho.
De repente, de risas cambiaron a más burlas, aplausos, gritos y silbidos sarcásticos. Pasó apenas un par de segundos entre el omega se dio cuenta, escuchó unos pasos detrás de él, y sintió la mano de Martín tomando la suya, y haciendo que se sorprenda.
-No más peleas sin sentido, lo prometo.- Manuel lo mira, luego vuelve a bajar la mirada y sonríe, podría apostar a que Alex en ese momento movía su cola feliz.
🐾
Las semanas transcurrieron de forma relativamente normal. Martín seguía buscando un trabajo, aunque se estaba frustrando, pues todas las entrevistas terminaban en la promesa de una llamada que nunca llegaría.
Manuel, se daba cuenta de que su vientre empezaba a crecer más, y usaba ropa cada vez más suelta para que no se notase, y se bañaba y emperfumaba cada vez que podía, aunque aguantándose las ganas de vomitar que le habían empezado a dar por el olor de aquellos perfumes.
La mordida, no es como si fuera la más linda del mundo, pues no se podría decir que estuviera en una relación "formal" con Martín, pues a pesar de los intentos del último por convencerlo de salir juntos, seguía teniendo sus inseguridades. Pero al menos la herida estaba sana, y de todos modos, Manuel a veces seguía besando al alfa o dejándose besar.
Un día el omega volvía a su casa, y al llegar saca sus llaves y lo primero que ve al entrar es un par de maletas armadas y un bolso, que se quedó mirando un par de segundos, cuando llegó Tiare, que no venía muy detrás de él, ella igual se queda mirando mientras dejaba su mochila encima de un sillón.
Manuel la saluda y va a su habitación a dejar sus cosas, y desde ahí oye a su hermana y a su padre.
-¿Viajas?
-Me voy a Europa.- Manuel agudiza el oído. -Tendré que ir a trabajar otra vez.- Antonio solía hacer esos viajes a Europa desde que tenía memoria, y no eran de esos viajes que duraran un par de días. Los solía hacer cada uno o dos años, como había sido el caso en esa ocasión. Esta vez, no sería un tiempo de descanso para él y su familia, sino que Manuel lo veía como la oportunidad perfecta. Siguió escuchando.
-¿Puedo hacer otra pregunta?- dice Tiare.
-Vamos, no actúes como omega y sólo dila.- ella traga saliva.
-¿A dónde viajas exactamente? Digo, la última vez que te fuiste aún no cumplía los doce, así que no recuerdo.
-A Madrid normalmente, y a veces debo pasar a Italia.- dice echando a su bolso unas últimas cosas.
-¿Italia? ¿A qué parte de Italia?
-Al sur, no más preguntas.- dice cerrando el bolso y caminando hacia su habitación.
A la chica le sorprendió un poco ese tono defensivo, y más aún después de que le dijera que simplemente preguntara.
Después de que Antonio se fuera, Manuel va hacia el salón y se queda ahí sentado, intercambiando miradas con su hermana hasta que su padre vuelve una última vez seguido de su madre.
-El taxi ya debe estar por llegar.- dice ella.
-Perfecto. Tiare ayúdame con las maletas.- ella suspira, se levanta y le ayuda a sacarlas a la entrada, donde los esperaba el taxista.
Luego de subir las maletas, Antonio les dice adiós a sus hijos y le da un beso frío y sin cariño a su esposa. Una vez que ven que el taxi se aleja, los tres sueltan un suspiro, y las dos mujeres van por su camino, pero Manuel sigue a su madre.
-¿Por qué no dijo que se iba?- Rayen lo mira confundido.
-Lo dijo la semana pasada, mientras almorzábamos.- Manuel se la queda mirando confundido.
-¿Qué? ¿Cuándo?
-Cariño, ¿te sientes bien?- dice ella acercándose y tomándolo suavemente con su mano del mentón, él se aleja antes de que pueda olerlo.
-Sí, sí... sólo no he dormido bien, creo.- Ahora es Rayen quien se lo queda mirando.
-Pues ahora descansa. Volverá en unos dos o tres meses. Ya era hora de que los tres descansemos.
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Wolf Legends - Leyendas de lobo ~ Omegaverse
FanfictionSu madre siempre le había dicho que los omegas existían con el único propósito de servir a sus alfas y cuidar a sus crías, pues ellos eran el sostén de la familia y quienes se aseguraban de que tuvieran comida y techo. Manuel temía que eso fuera ver...