La responsabilidad de un lobo

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Manuel caminaba en aquel lugar oscuro sin nada, al cual ya estaba acostumbrado, junto a Alex.

-¿Por qué le dijiste que era mentira después de que yo te hubiera dicho que lo de las parejas de destino era real y él era la nuestra?- dijo molesto el lobo.

-No quería darle esperanzas aún. No sé qué es lo que voy a hacer con nuestra relación por ahora.

-Eliot de todos modos le habrá dicho que era real... en este momento podría hacerle saber que en realidad tú sabes que esa cosa es real. Los lastimas a ambos.- dice ahora triste y bajando la cola.

-Perdón... pero es que...- lo interrumpe.

-Manu, a veces debes confiar en tus instintos. Confiar en mi.- dice Alex, y luego se adelanta a un paso más rápido, perdiéndose en la oscuridad.

Manuel se despierta, se queda unos segundos con los ojos abiertos y se gira a ver la hora. Eran casi las una de la tarde, y agradeció que ya fuese sábado. Se estira, sale de la cama y camina al baño.

Se levanta la ropa y se mira el abdomen al espejo. Podía notar cómo se volvía más grande lentamente, es entonces cuando sorprende a su madre apoyada en el marco de la pared, observando.

-¿No has sentido que se mueva?- pregunta ella.

-No, aún no.- dice bajándose la polera y volviéndose a mirar de lado. Aún no se llegaba a notar del todo si se cubría.

-Y ese Martín, ¿cómo te trata?

-Bien... hemos tenido problemas, pero nada serio.- la mira. -Sólo actúa un poco tonto a veces, pero la mayoría de veces lo hizo por querer que yo esté bien. Y además yo también soy un poco tonto.- la mujer asiente mordiéndose suavemente el labio inferior.

-Come algo, estás muy delgado.- dice ella y luego se gira para irse.

Después de almorzar y reposar un poco, Manuel sale de su casa y camina en dirección a la de Martín. Aunque no fueran sus padres, seguía estando nervioso, pues ¿qué pasaría si les caía mal? ¿O les daba una mala impresión? ¿O reaccionaban muy mal?

Llega a la casa de Martín y toca la puerta. Al instante él abre, probablemente estaba igual de nervioso que como lo había estado Manuel el día anterior.

-¿Tus padres saben que vine?- dice mientras el alfa se hace a un lado y lo invita a pasar.

-No, no les dije nada.- dice mientras el moreno entra. En ese momento, sale de su cuarto una mujer, que se queda mirando a Manuel y le sonríe.

-¡Hola! No esperábamos visitas.- dijo ella saludando con la mano. -Cariño, ven a saludar.- dice mirando hacia dentro de la habitación. -¿Quieres algo de beber o comer?- le pregunta al invitado.

-N-no gracias, acabo de almorzar.- dice él sin querer aprovecharse, entonces se asoma el padre de Martín.

-Hola chico, ¿cómo estás?- el omega podía sentir cómo el rubio se empezaba a poner nervioso.

-Yo bien, gracias.- dice también nervioso.

El padre era un alfa, al igual que Martín, se parecían mucho en cara y cuerpo, pero tenía ojos oscuros y su pelo era color castaño claro. Mientras que la madre era una beta, y se podría decir que el chico heredó su paleta de colores, pues tenía su mismos ojos, pelo y piel, pero ella tenía unas tenues pecas.

-¿Es tu amigo o algo así?- dice ella dirigiéndose a su hijo.

-Diría que... "algo así". Es de mi clase.- sus padres lo miran confundido. -Les debo decir algo, por eso vino.- frases como la primera, son de esas que con sólo escucharlas se sabe que algo no anda bien. -Manu, ¿te quieres sentar?- dice ofreciéndole una silla en la mesa del comedor, el otro asiente y se sienta, Martín se acomoda a su lado y sus padres también se sientan.

-¿Pasó algo malo?- preguntó la madre preocupada.

-No, no... es sólo que...- suspira, y decide no darle muchas vueltas y sólo decirlo. -El fin de semana en que ustedes no estuvieron antes de mi cumpleaños, decidí celebrarlo. Entonces me aproveché de su ausencia... perdón...- añade. -para hacer una fiesta aquí en la casa.- los padres lo miran con mal cara.

-¿Y nos vienes a decir ahora?- dice el padre enojado.

-No es eso para lo que quería hablar. El punto es que trajeron alcohol, y él y yo...- dice señalando a Manuel. -nos embriagamos un poco bastante.- dice soltando una carcajada nerviosa mientras se frotaba la nuca, mientras que el otro tapaba su cara con su mano. -Por cosas de la vida... tuvimos relaciones sin protección.- los padres abren mucho los ojos, bastante sorprendidos. -Y resulta que él...- señala al otro chico -ahora está esperando... un hijo... mío.- ambos adultos se quedaron varios segundos en silencio, intercambiando miradas entre ellos y los menores.

-Ay, Martín.- dice la madre entre un suspiro, echándose en la silla y cruzándose de brazos.

-¿Sabes lo irresponsable que has sido?- Martín baja la cabeza. -Te aprovechaste de que no estábamos para hacer una fiesta, emborracharte, tener sexo con alguien sin protección, y de paso dejarlo embarazado.

-Bueno... si lo dices así...

-Estamos decepcionados de ti.- dice la mujer, el rubio levanta la mirada y mira a sus padres, que miraban hacia otro lugar. -Creí que te habíamos educado para que seas alguien consciente de sus actos, y en especial responsable.- agrega, y el chico vuelve a bajar la cabeza, y siente cómo está a punto de llorar.

-Disculpen...- dice Manuel, rompiendo el silencio y haciendo que todos volteen a verlo. -¿Puedo decir algo?- ambos padres asienten dándole la palabra. -Gracias. Primero que nada, no lo llamaría "sexo" a lo que tuvimos, pues ambos nos gustába... gustamos...- corrige -y estoy seguro de que lo hicimos con cariño.- dijo sonrojándose. -Y también fue mi culpa aquello, también bebí y ese día no tomé pastillas por precaución, y de haberlo hecho nada hubiera pasado. Y sí lo educó bien.- dijo a la beta. -Por lo ocurrido esa noche yo recibí muchas burlas y amenazas, y él siempre estuvo ahí para defenderme, y producto de eso asumió las consecuencias. Cuando le dije que tendríamos un bebé, él en un primer lugar no quiso que lo tuviera, pero fue por mí, porque no quería que arruinara mi futuro, y de hecho me dió su dinero para ayudarme a pagar un buen aborto, el cual no hice porque yo sí quería tenerlo. Después de eso yo estaba desesperado e intenté huir, y él fue a buscarme y evitó que lo hiciera. Ha intentado encontrar un trabajo cientos de veces y sigue intentándolo, porque prometió que haría todo lo posible por ayudarnos a mi y a mi bebé a mantenernos y darnos estabilidad. También ayer, al igual que yo hoy, vino a mi casa a apoyarme para contarle esto a mi madre. La verdad es que si eso no es ser responsable de sus actos, ya no sabría qué nombre ponerle.- Martín lo mira con lágrimas en los ojos y lo abraza, y Manuel también lo abraza.

-Gracias.- le susurra al chico al oído.

Ambos padres, no pueden evitar sentirse conmovidos, pero no dicen nada al principio. La pareja se separa y Martín se limpia las lágrimas.

-Si es así, supongo que tienes razón.- dice el hombre frotándose el mentón con la mano.

-¿Dices que tus padres lo saben?- le preguntó la mujer.

-Sólo mi madre. Mi padre está de viaje, y la verdad es que he tenido suerte de que se fuera unos meses.

-¿Por qué dices eso?- pregunta otra vez.

-Él me mataría la verdad. No le caigo bien desde que me presenté como un omega, y es de los que creen en la superioridad de los alfas ante otras castas, y mi madre fue criada así también, por lo que cree lo mismo.

Wolf Legends - Leyendas de lobo ~ OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora