Wolf Legends - Leyendas de lobo ~ Omegaverse

Un lobo cambiante

Un pequeño punto de luz, que se iba acercando más y más, a la vez que crecía, más rápido de lo que Manuel pudo procesar, hasta que aquella luz lo ciega y todo vuelve a la oscuridad otra vez. Una oscuridad diferente... entonces abre los ojos.

Se sentía desorientado y algo mareado. No sabe dónde está y no recuerda que ha pasado. Mira alrededor y reconoce la habitación de un hospital, y además a un lado suyo estaba sentado en una silla Martín, agarrándole la mano mientras su cabeza reposaba en ella, probablemente durmiendo.

Manuel aún confundido y algo aturdido se mueve ligeramente a la vez que inhala para tomar un poco de aire, y de repente siente algo extraño en su cuerpo, y en ese momento se le vino a la memoria todos los instantes antes de que se desmayara, entonces abre mucho los ojos y hace un movimiento brusco y unas patadas desesperadas al querer levantarse.

—¡¿DÓNDE...?!— ese movimiento despierta al alfa, quien al verlo con los ojos abiertos se abalanza a abrazarlo.

—¡¡MANU!!— lo aprieta fuertemente, al verlo asustado. —¡Está bien! despertaste por fin, no sabes lo preocupado que estaba...— el omega aún no estaba en sus cinco sentidos e intentaba zafarse.

—¡¿DÓNDE ESTÁ...?!— dice de nuevo, mirando por toda la habitación, entrando en pánico.

—Tranquilo...— dice Martín, aún abrazándolo, entendiendo que se sintiera asustado. —Está bien, ya la traerán.— comienzan a salírsele lágrimas, mientras no dejaba de sonreír. En ese momento Manuel pisa Tierra, y abraza devuelta al chico, suspirando aliviado. —No sabes cuanto miedo tuve... pero estoy demasiado feliz de que todo esté bien ahora.— aprieta más el abrazo.

En ese instante se abre la puerta, y aparece Tiare asomándose por ella, quien al ver a su hermano despierto se acerca alegre y también lo abraza.

—¡Manu! ¡es preciosa!— entonces detrás de ella aparece Rayen, con la bebé en brazos, seguida de un médico.

Martín se separa y la mira, a la vez que Manuel estira los brazos para alcanzarla, y su madre se la tiende. Él mira cómo la pequeñita mueve sus manitas mientras la sostiene, y entonces la emoción y la ternura inundan su cuerpo.

—Aww...— es lo único que puede decir antes de echarse a llorar y acercarla más a su cuerpo, sollozando. Martín sonríe de oreja a oreja y se les une también, con un abrazo, conmoviendo al resto de las personas que observaban. —¿Pensaste en algún nombre?— dice mirando al alfa.

—Con tu hermana pensamos en que Sofi se le vería lindo.— la otra alfa también asiente. Manuel mira a la bebé y ríe.

—Sí... supongo que sí.— dice feliz.

Minutos después, Martín toma a Sofía y el médico se acerca a Manuel para revisarlo.

—¿Te duele la cabeza?— le había dolido desde que se despertó, pero no fue hasta unos minutos después de eso que se había hecho consciente.

—Sí.— y no era poco el dolor.

El médico le hace un par de pruebas. Le hizo seguir la luz de una pequeña linterna con los ojos, hacer un poco de fuerza con los brazos, entre otras cosas, mientras que Martín miraba con cara seria.

—Fue un buen golpe... ¿podrías decirme lo que recuerdas antes de desmayarte?— antes de desmayarse..., cierra los ojos para recordar.

—Mi padre había vuelto y me vio así... le levantó la mano a mi madre y yo me interpuse, y en ese momento me golpeó...— hace una pausa. —Creo que me desmayé al instante, y luego de eso desperté unos segundos...— abrió mucho los ojos cuando se le vino a la memoria la escena. —Estaba sangrando mucho... muchísimo... y...— mira a Martín, aún más sorprendido, y el rubio lo mira de vuelta de la misma forma, ambos saben en lo que estaban pensando. —... me volví a desmayar después de eso.— no dijo nada más. No podría explicarlo.