No he podido olvidarla 3

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—A tu casa? —me pregunto con una mirada de incredulidad.

Asentí, no sintiéndome preparada para dejarla ir todavía.

—No quiero molestar…

—Voy a preparar el platillo favorito de Nik

La mirada de mi hijo se iluminó.

—Spaghetti! —grito —la mejol comida del mundo mami —sonrio emocionado mientras daba brincos en su lugar.

Por su parte Kara me miro insegura —¿Sabes cocinar?

Jadee ofendida a la vez que cruzaba los brazos sobre mi pecho.

—Por supuesto. —levante el mentón orgullosa.

Mi hijo viendo mi acción la imitó totalmente ofendido.

—Mami es la mejol cocinela del mundo —chillo con su vocesita aguda.

Me mordí el labio para no reír del rostro de la rubia que no sabía ni dónde meterse. Solo trataba de tomarle el pelo, pero al parecer ella se estaba tomando enserio mi "molestia". Puedo entender su incredulidad, antes yo quemaba hasta el agua pero desde que me volví madre comencé a ver cursos online, no podía mantenerlo a base de comida rápida.

—Lo siento…

No logré contenerlo más y comencé a reír, mi hijo nuevamente imitando mi acción me imitó. Le guiñe un ojo risueña.

—Deberias haber visto tu rostro —risas

—No estás molesta…?

—Claro que no. Justamente la semana pasada quise preparar lasaña y…

—¡Mami se puso a cantar y la comida se quemó! —conto el traidor.

Lo mire entrecerrando los ojos y se tapo su boquita mirándome risueño.

Kara levanto una ceja.

—Olvide sacar la lasagna del horno…

—Mami no sabe usar el horno!

Jesús. Para que quiero enemigos con hijos como este.

—Al parecer alguien está pidiendo comer col rizada —amenaze

—No! —jadeo horrorizado —col rizada no mami! —se quejo haciendo pucheros.

—Eso ni siquiera es comida —le apoyo Kara ganándose una sonrisa de mi hijo. —aparte es asqueroso

—Es saludable

—Repito, asqueroso —mi hijo sintió de acuerdo y estiró su puño para que la rubia lo chocará.

Rodé los ojos. —Entonces… vienes o no?

—Dame tu dirección y los alcanzó en media hora… —le di la dirección y comencé a caminar con mi hijo en dirección al coche.

Este se soltó de mi mano y regreso el camino que habíamos avanzado llamando a la rubia.

—Vas a venir a casa?

—Por supuesto

—¿Lo prometes?

—Lo prometo cariño.

—Genia quelo mostrarte mis dinosaurios

—Te gustan los dinosaurios? —Mi hijo asintio solemne —A mi también!

Al parecer estos dos tienen mucho en común.

Casualidad?

Destino?

No lo sé.

Pero estoy dispuesta averiguarlo.

Quien sabe?

Esto podría ser el inicio de nuestra nueva historia.

Fin

Viñetas SuperCorp 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora