El deseo de Lena 3

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—¿Recuerdas como hicimos para tener a Hanna? —tanteo.

Kara asintio emocionada.

—Nos fuimos a Argo —sonrio. —Era la única manera de poder embarazarme

Lena asintio.

—Hubiera sido raro ver a Supergirl embarazada volando por ahí —bromeo.

Kara la golpeó juguetona.

—Sabes que no fue solo por eso, al ser mi cuerpo de "acero" gracias al sol amarillo y mi rápida regeneración, no permitía los cambios en mi cuerpo.

Lena asintio.

—Debi hacerlo yo...

—Lena, no. Ya hemos hablado esto muchas veces, queríamos que el bebé llevará mi ADN, tu cuerpo no soportaria cargar un bebé mitad kriptoniano... Y ahora gracias a ti tenemos a Liam...

—El es precioso.

—Es igual a ti, así que eso lo hace perfecto—sonrio encantada.

....

Lena observaba desde la ventana de la cocina a su pequeña familia riendo y jugando en el patio trasero, su pecho se llenó de un calorcito agradable como sucedia desde que despertó en esa realidad, el sentimiento de sentirse plena, orgullosa, feliz, inundaba su cuerpo.

Kara le hizo una seña con la mano para que se acercará y ella asintio sonriente, había ido a rellenar el biberón de Liam pero al pasar por la ventana no pudo evitar detenerse a observarla.

—Creo que la escena sería más bonita si tú estuvieras ahí

—Que haces aquí!

—Es hora de volver

—No! Quiero quedarme aquí, con mi familia.

—Está no es tu familia Lena

—Claro que lo es. Es mi esposa, son mis hijos.

El guardián del destino negó.

—No lo son, todavía no has hecho lo necesario para llegar a este punto

—Por favor déjame aquí —rogo desesperada.

Pero no sirvieron sus fuegos, una nube de humo blanco la cubrió y ella se desmayo viendo por una última vez a su familia

Lena se despertó jadeante.

—No, no —grito sobresaltada. Dió un vistazo rápido a la habitación y se estremeció al ver que no era la habitación que compartía con Kara.

Sollozó echa bolita, ella quería jugar con Hanna, sentir el peso de Liam en sus brazos y besar a Kara. Quería a su familia.

Estiró la mano y tomo su celular para mirar la fecha al recordar las palabras que le dijo al inicio «el tiempo sigue corriendo», suspiro aliviada, dentro de lo que cabía, apenas habían pasado dos semanas desde que ella había pedido ese deseo. Aunque ella había pasado un mes con Kara y los niños, el tiempo tenía sus tiempos extraños.

—Lena, Lena! —escucho que gritaban y golpeaban la puerta de su departamento —si no abres la tiró a bajo —amenazo la mujer. —Sabes que puedo hacerlo.

La ojiverde se seco las lágrimas y con pasos lentos fue abrir la puerta. Claro que podía hacerlo, es más, también podía entrar por el balcón, se pregunto porque no lo hizo.

—¿Que haces aquí? —pregunto abriendo la puerta.

—¿Que carajo crees que hago aquí? —gruño pasando por su lado. Lena la siguió rendida, después de cerrar la puerta. — No te has presentado por dos semanas a trabajar, solo te han visto en bares bebiendo hasta la última gota de alcohol y para rematar hace dos días chocaste. ¡Chocaste! —exclamo con incredulidad — Dime Lena, ahora entiendes porque estoy aquí!? Es un milagro que hayas salido ilesa, pero principalmente dime ¿¡que hacías manejando si tú nunca manejas!?

Viñetas SuperCorp 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora