i s o b e lCuando Maggie dejó de hablar, Isobel permaneció en silencio durante mucho tiempo. Se quedó mirando la puerta, dejando que las palabras de su madre calaran.
Su madre lo sabía todo. Durante el año que habían vivido aisladas en la casa de campo, lo había sabido. Y había mentido, todos los días. Había actuado como si nada estuviera mal. Nada era diferente.
Había actuado como si no hubiera borrado años de la mente de su propia hija.
Sin mirar a su madre, Isobel se levantó. Se dirigió a la puerta, y al doblar la esquina vio a Draco. Sus ojos se encontraron con los de ella de inmediato, y ella vio el dolor en ellos, y su ira se intensificó.
Le tomó la mano y tiró de él hacia la sala. Sin dudarlo, sin decir una sola palabra, él la siguió.
Maggie estaba sentada en su cama, retorciéndose las manos. Cuando vio a Draco, su expresión se inundó de miedo.—Isobel.—sollozó,—Isobel, dijiste que no...
Isobel estaba tan llena de rabia que sentía todo su cuerpo tenso, pero soltó la mano de Draco y se dirigió a los pies de la cama de Maggie.
—Te odio.—le dijo a su madre. Sintió que se le hacía un nudo en la garganta y trató de tragarlo; estaba tan harta de llorar todo el tiempo.—Te odio, y odio que hayas intentado controlar mi vida para que la tuya fuera mejor. Has arruinado muchas cosas para mí.
Maggie también lloraba ahora e Isobel ignoró la culpa que le oprimía el corazón; cómo se atrevía su madre a jugar con su vida como si fuera una marioneta con hilos.
—No pueden estar juntos.—dijo Maggie, con los ojos clavados entre Isobel y Draco.—Es demasiado peligroso, Isobel - su padre va a encontrarlos...
—Ya me encontró.—dijo Isobel, y el rostro de Maggie palideció una vez más.—Me encontró, y me amenazó, pero estoy lidiando con eso por mi cuenta porque eso es lo que hace la gente normal. La gente normal no encierra a sus hijas, no se aísla del mundo...
El nudo en la garganta había subido tanto que le resultaba difícil hablar. Sintió las lágrimas, calientes en sus mejillas, pero no se molestó en ocultar su rostro ni en apartarlas. Sentía que no podía hacer otra cosa que mirar a su madre, que entornaba los ojos a través de sus propias lágrimas.
—Lucius es un hombre malvado.—dijo Maggie.—Hará - cualquier cosa - para salirse con la suya...
—¡Pues que lo intente!—dijo Isobel desesperadamente.—Déjalo, déjame luchar por mí misma. Había diferentes maneras de ayudarme que, que alterar toda mi mente.
Se interrumpió. Sintió la traición como una daga, retorciéndose en sus entrañas.—Te di tantas oportunidades.—dijo.—Te puse tantas excusas. Pasé por alto todas las pruebas que apuntaban a que habías sido tú quien me había quitado la memoria, porque no creí que me harías eso. No creí que pudieras.
—Sólo quería protegerte.—dijo Maggie, su voz apenas era más que un susurro.—Yo te amo.
—Eso —dijo Isobel—, no era protegerme. Eso era intentar cambiar lo que soy.
Desde lejos, sintió los dedos de Draco en su codo, en la manga de su suéter. Sintió que se acercaba, vio, en el borde de su visión, su cabeza de cabello rubio platinado.
Vio que los ojos de Maggie se dirigían a Draco. Vio el cambio de miedo en su expresión.
Y entonces habló.—Entiendo por qué hiciste lo que hiciste, Maggie.—dijo.—Entiendo que ames tanto a una persona que harías cualquier cosa para mantenerla a salvo.—Isobel se giró hacia él, y vio que sus ojos estaban puestos en ella, recorriendo los rasgos de su rostro mientras formulaba su frase.—Que -a veces- sólo quieres aferrarte a ellos con tanta fuerza y no dejarlos ir nunca, porque temes que algo terrible pueda suceder si lo haces.
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dear draco, 2 || TRADUCCIÓN ||
Fanfictiondear, draco parte II traducida al español; •mi queridísimo amor• original by: malfoyuh traducción autorizada. cover by: @M-MaxMalfoy <3