thirty-two

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nota de la autora malfoyuh

hola mis amores

¡Perdón por la espera! El capítulo 33 estará probablemente el lunes. Aún no estoy 100% segura, así que publicaré una cuenta regresivas en instagram cuando lo esté. Por cierto, el capítulo 33 es ...... y no se lo querrán perder.

Antes de entrar a este capítulo, sólo quería aclarar algunas cosas sobre el Obliviate.

Las reglas del Obliviate son diferentes en los libros y en las películas (hermione no usa "Obliviate" a sus padres en los libros), y aquí también las he cambiado un poco para que se ajusten a la historia. Ya lo he mencionado antes, pero creo que a veces la gente se salta las notas del autor lol.

Así que, sólo para recapitular:

1. el Obliviate es irreversible.

2. Hermione no lo usó con sus padres

3. si se extraen los recuerdos antes de lanzar el "obliviate", se pueden restaurar.

***

d r a c o

Quería gritar. Quería gritar a las estrellas por haber allanado este camino. Quería tomar la mano de Belly y huir con ella.

Pero si había algo que sabía a estas alturas era que el mundo seguiría en contra. Y tendría que esperar, si quería que cediera un poco.

Quería besarla de nuevo; por supuesto que sí. Pero fue por su propia e imprudente idiotez, por lo tonto que había sido al ignorar los golpes en la puerta del apartamento, que Astoria la había visto. Había irrumpido y puesto los ojos en Belly, y ahora todo podría arruinarse.

Quería besarla, estrecharla entre sus brazos y no dejar que se fuera nunca más. Pero no podía tener eso, por ahora.

Así que se conformó con estar tumbado en su habitación de estrellas verdes, con un brazo extendido sobre el espacio donde ella había dormido. Para mirar en la oscuridad teñida de verde y maldecir en silencio a todos los que se interponían en su camino.

***

i s o b e l

Isobel se quitó los zapatos de una patada y se quitó la bufanda de Draco del cuello. Atravesó la fría y silenciosa casa, y peinó adormecida las acciones de cepillarse los dientes, lavarse la cara y cambiarse la pijama.

Se tumbó en la cama y se rodeó las rodillas con los brazos. No recordaba la última vez que había dormido en esta cama. Intentó hacer memoria, trató de repasar los días y las noches en su mente.

Pero lo único en lo que podía pensar era en Draco, en su piel pálida como la luna y en sus palmas recorriendo su cintura, su espalda y sus muslos. Sus largos dedos, entrelazados con los de ella.

Horas más tarde, se despertó cuando alguien la sacudió enérgicamente. La habitual sacudida de pánico la recorrió mientras abría los ojos.

Trató de concentrarse en su entorno, preguntándose qué podría estar mal ahora.
Pero una sábana de pelo rojo fuego colgaba sobre ella. Isobel se recostó y volvió a cerrar los ojos.

—Hola, Ginny.

—Buenos días, sol.—Sintió que Ginny se sentaba a su lado, en el borde de la cama.—Malfoy me ha enviado a verte.

Isobel abrió los ojos.—¿Lo hizo?

—Me dijo que te dijera que su madre lo ha arrastrado a pasar el día... las compras de Navidad o algo así...—Ginny levantó un hombro.—La verdad es que no me acuerdo. De todos modos, me dio instrucciones estrictas de ser tu guardaespaldas, y temo que si no lo hago, me despellejará viva. Así que aquí estoy.

dear draco, 2 || TRADUCCIÓN ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora