dear draco, 2 || TRADUCCIÓN ||

fin

i s o b e l

Cuando por fin dejo la pluma, tengo la mano rígida y acalambrada.

He llenado una gruesa pila de pergaminos con las palabras de nuestra historia, con todo lo que puedo recordar. Draco ha ayudado, ha contribuido en lo que ha podido, y juntos hemos documentado cada momento y cada emoción.

Un día los necesitaremos. Aunque nadie vuelva a intentar llevarse nuestros recuerdos. Un día, cuando seamos viejos, nuestra mente nos fallará.

Guardar nuestros recuerdos en frascos no es suficiente para mí. No basta con extraerlos y ponerlos en un lugar seguro; no después de todo lo que hemos pasado. Pero ahora todo está por escrito, y eso es lo máximo que puedo hacer.

La cabaña es pequeña, pero es todo lo que necesitamos. Los grandes ventanales dan al mar. Mantas de punto y mullidos cojines inundan el asiento de la ventana, donde nos sentamos los dos. Draco está absorto en un libro, con sus largas piernas extendidas por el banco mientras lee.

Me acerco a él y le rodeo con los brazos. Deja el libro y me atrae a su lado.

—Aquí termina nuestra historia.—le digo.—Aquí, en esta cabaña, tal y como lo habíamos planeado.

—Belly.—dice Draco. Su brazo me rodea la cintura y nos hace girar... nos hace retroceder para que miremos por la ventana, a la vasta extensión del mar.—Belly, nuestra historia apenas comienza.