Comenzamos a enviar mensajes de texto a todos nuestros conocidos, podíamos ver como cada persona presente en la cafetería sacaba su celular, para automáticamente soltar una sonrisita.
-¿Estás segura de esto?- me preguntó Alexa sonriente.
-Si- solté una carcajada. -Explotará- le dije y la risa de Alexa se unió a la mía.
Todo el colegio ya estaba enterado de la fiesta, sería el viernes en la noche, ósea mañana.
-Y ¿Cómo comprarás las cosas?- por cosas se refería a alimentos y bebidas con alto nivel de alcohol.
-No lo sé, yo sólo compraré comida- le dije ya que yo no ingería alcohol.
-Pero te quitó tus tarjetas- me dijo sin entender.
-No todas- saqué mi cartera de mi bolso y saqué una tarjeta de debito. -Sólo que no sé cuánto dinero tiene- le dije.
-Esperemos y lo suficiente- rió Alexa.
-¡Alex! ¡Tendrás que ayudarme!- le dije en tono de suplica.
-¿Si? ¿Con qué?- me preguntó.
-Yo estoy castigada, ¿podrías ir a comprar tu las cosas hoy?- le pregunté.
-Claro- me contestó. -Sólo que es tarjeta de debito y necesitan tu firma- me recordó, era inútil. Tenía que ir yo.
-¡Hay no!- cubrí mis rostro con mis manos. -Entonces ya veré que le invento- le dije no muy convencida.
Las clases pasaron rápido, ya que además me distraía con los mensajes que me llegaban sobre la fiesta. Apenas tocó el timbre y salimos.
-Entonces nos vemos mañana- se despidió Alexa ya que tenía que ir por unos libros y se iría mas tarde a su casa.
-Hasta mañana- le dije subiendo rápidamente ambas cejas.
Salí y ahí estaba el auto de Michael, estando él recostado en un lado, como siempre llamando la atención -Engreído- pensé con molestia.
Caminé hacia el auto, cuando estuve cerca, Michael subió. Abrí la puerta del copiloto, pero alguien me llamó.
-¡Anasstasia!- era una varonil voz.
-¡River!- dije cuando vi a uno de mis grandes amigos caminando hacia mí, tenía mucho tiempo sin verlo, ya que había salido de viaje con su familia.
-¿Cómo estás hermosa?- me dijo alzándome entre sus fuertes brazos, él era como un hermano para mí. Mis padres lo adoran como él a ellos.
-¡Hey no me vuelvas a abandonar!- le reclamé riendo mientras me bajaba, mientras me acomodaba el cabello pude ver a Michael de reojo, quien había bajado del auto, veía con detenimiento la escena.-
-Oye es cierto lo de- me dijo pero tapé su boca con mi mano rápidamente, ya que sabía sobre que me iba a preguntar.
-Ven- le dije para que se agachara y poder susurrar algo en su oído. -Si es cierto, el viernes en mi casa, tengo mucho que contarte, ves al tipo de allá- le dije señalando disimuladamente con mi mirada, asintió levemente con la cabeza. -Es mi niñero y lo detesto- reímos los dos.
-No- estaba por repetir.
-Shh- lo volví a callar. -Dile a Alex que te cuente la historia-
-Y ¿por qué no vamos a comer o a tomar algo y así me cuentas?- me dijo tomándome de la cintura, acercándose lentamente.
-¿River? ¿Qué haces?- le pregunte extrañada.
-Está celoso- susurró mirándome con sus ojos color miel, que iban de mis ojos hacia donde estaba Michael.
-Claro que no- le dije riendo. -Tiene novia y nos llevamos pésimo- le susurré.
-Pues yo veo otra cosa en su rostro- me dijo seguro. -Bueno, entonces hermosa nos vemos mañana- me acompañó al auto, le sonreí y me despedí con la mano. Cerró la puerta y me guiñó un ojo. Para después regresar a donde estaban todos.
-Y ¿quién es ese?- me dijo con voz dura a medio camino.
-No te interesa- le dije fulminándolo con la mirada para luego regresarla al exterior del auto.
-Tienes razón, no me interesa- me dijo sin despegar la mirada del camino.
Al día siguiente.
Me levanté por los insistentes golpes de Michael en la puerta, como todos los días, cepille mis dientes, entre a la ducha y me vestí.
Llegué al colegio, ahora este día en especial paso aún más rápido que los demás, ya que tenía la preocupación de alcanzar a comprar las cosas para la noche, además tenía que buscar que ponerme, arreglarme y sin que Michael se diera cuenta, tenía que buscar una manera de sacarlo de la casa.
Ahora en la salida no estaba Michael, así que caminé hacia casa, acompañada de Alexa, quien me contaba que era lo que iba a usar en la noche. Después de pasar por su casa me dirige a la mía.
-Señorita, el joven Miller le dejo una nota- me informó una de las señoras de limpieza mientras sacaba un pequeño papel doblado.
-Gracias- le dije y se retiró.
Abrí el papel y pude ver con su pequeña letra:
'Salí con Tatiana, pórtate bien, llegaré en la noche' ...
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El niñero
Teen Fiction¿Quien pensaría que el niñero que tanto odias & desprecias, se convierte en el amor de tu vida ...? Esta es la historia de Anasstasia Martinez & Michael Miller. De como todo puede dar un giro de 360° ...