-¿Lista?- le pegunté cuando salí de mi habitación ya arreglada. Mi cabello estaba atado con una moña y dejé mi fleco recto.
-¡Sí!- gritó emocionada, corrió a su habitación y regresó con la correa para que el cachorro no se escapara.
Bajamos las escaleras y tomé mis llaves de la mesa del living.
-¿Iremos en el auto?- peguntó extrañada.
-Así es- le contesté. -Iremos a otro parque más bonito- le dije riendo.
Llegamos a un hermoso parque, estaba solo a cinco minutos de casa, pero no tenía muchas ganas que digamos de caminar.
Caro rápidamente corrió a los juegos y yo solo me senté en una banca debajo de la sombra de un gran árbol. Recargué mi cabeza hacia atrás, tenía tiempo de no sentirme tan tranquila, el viento chocaba ligeramente conmigo y el sonido de las hojas de los arboles al moverse era relajante. No sé por cuánto tiempo estuve así, mantenía mis ojos cerrados mas no estaba dormida.
Pero mi tranquilidad y relajación se fue cuando Caro llegó llorando a mi lado.
-¡Hey! ¿Qué pasó?- le pregunté asustada pero ella apenas y podía hablar por el sentimiento que traía. -Haber deja de llorar- le dije tranquilizándola. -Respira- respiraba agitadamente.
-Sa-sam se me perdió- dijo y nuevamente se soltó llorando.
-Caro- dije riendo. -No llores- limpié su rostro que estaba completamente empapado. -Mejor vamos a buscarlo ¿sí?- le dije y asintió con la cabeza tallando sus ojitos. -¿Cómo se te escapó?- le pregunté ya que apenas y lo soltaba al pobre.
-Quería subir a un juego y solo lo dejé poquito tiempo y lo quise atrapar y corrió- se entrecortaban sus palabras.
-Y ¿por qué no me dijiste que te lo cuidara?- solo subió sus hombros en señal de 'no lo sé'. -Bueno vas a ver que ahorita lo encontramos- comenzamos a recorrer todo el parque pero era enorme. caro se dedicaba a llamar al cachorro, mientras que yo preguntaba si lo habían visto.
Estábamos por darnos por vencidas, nos sentamos en una banca y Caro comenzó a llorar de nuevo.
-Caro no llores- le dije acariciando su cabello, ella cubría su rostro con sus pequeñas manos. -Podemos poner carteles o no sé- le dije tratando de calmarla.
-Creo que esto es de ustedes- esa voz, esa voz podía reconocerla a cientos de ¡kilómetros!
Caro rápidamente volteo, mas yo no lo hice y no lo haría.
-¡Sam!- gritó, Caro fugazmente se puso de pie y corrió hacia atrás, donde estaba Michael.
Me puse de pie y volteé, nuestras miradas se conectaron, pero inmediatamente 'rompí la conexión'.
Michael sonriente me saludo y le entregó el cachorro a Caro, claramente le devolví el saludo con una enorme sonrisa.
-Gracias- le dije fríamente a Michael. -¿Caro nos vamos?- le pregunté.
-¿No nos podemos quedar un ratito más?- preguntó con una cara a la cual no me pude negar.
-Está bien- le dije y esta me entrego al cachorro para luego correr a los juegos.
Me senté nuevamente en la banca recostando a Sam en mis piernas, ignorando por completo la presencia de Michael.
Lo vi rodear la banca y se sentó en el otro extremo de esta. Yo solo acariciaba al cachorro que estaba a punto de quedarse dormido, mientras que Michael movía sus pies con ¿nerviosismo?.
-¿Y-y cómo estás?- lo escuché hablarme mas no sabía si responderle o si seguir ignorándolo.
-Perfecto- mentí.
-Me-me alegra- dijo y comenzó a jugar con sus dedos. -Yo, yo estoy terrible ¿Sabes?- sentía su mirada sobre mi más aun así yo seguía sin voltear a verlo. -La chica a la que amo me dejó- respiró profundamente mientras yo trataba de no colocarme a llorar.
-Algo muy malo debiste haberle hecho, pobre Tatiana- dije poniéndome de pie. -Espero y solucionen sus problemas- me di la media vuelta y comencé a caminar.
-Ana- escuché sus pasos detrás de mí. -Tú mejor que nadie sabes que es a ti a la que amo- me tomó de la cintura.
-No- reí amargamente y quité su mano. -Eso creía- enfaticé la última palabra. -Pero cuando se ama a una persona no se le lastima así- no pude mas y una lágrima se fugó, pero inmediatamente la desaparecí.
-Por favor déjame explicarte- acarició mi mejilla quitando lo restante de esa amarga lágrima.
-¡Michael basta!- le dije corriendo mi rostro. -No tienes nada que explicarme y a mí no me interesa escuchar nada de ti- no quería, no era ni el momento ni el lugar indicado.
-Ana ...- volvió hablarme.
-Solo déjame en paz ¿sí?- nuevamente volví a caminar, no podía ir muy lejos. caro seguía jugando, pero solo quería alejarme de Michael, no podía soportarlo.
-¿Me amas?- escuché a solo unos segundos que lo había dejado atrás, dejé de caminar. -Ana, ¿me amas?- volvió a preguntar, a estas alturas ya no pude guardar más las lágrimas y estas comenzaron a empapar mis mejillas. -Solo respóndeme- ahora me hablaba al oído. -Solo dime que no y te juro que no vuelvo a molestarte mas- ...

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El niñero
Jugendliteratur¿Quien pensaría que el niñero que tanto odias & desprecias, se convierte en el amor de tu vida ...? Esta es la historia de Anasstasia Martinez & Michael Miller. De como todo puede dar un giro de 360° ...