-Terminé con ella- se acercó más a mí.
-¿Qué? ¿Por qué?- dije asombrada.
-Porque no puedo seguir engañándome- posó una de sus manos en mi cintura y otra en mi cuello, para después acoplar nuestros labios, sus suaves labios succionaban los míos, no pude evitarlo y seguí el beso, su miembro bucal entro en mi, para buscar al mío y envolverse en una increíble guerra, subí mis manos a su nuca, donde comencé a jugar con su cabello, su mano que reposaba sobre mi cuello ahora se encontraba en mi cintura, formando un abrazo. Mis pulmones aclamaban por oxígeno y al parecer los de él también ya que se separo de mis labios, para recargarlos de aire vital, se volvió a acercar a mis labios, pero esta vez corrí mi rostro, sus ojos color marron no dejaban de mirar los míos, buscando una respuesta de mi accionar -Aunque la verdad ni siquiera yo tenía una respuesta concreta-
-Michael, yo, Michael yo no te entiendo- le dije mirando hacia el piso. -Primero me besas y me entero de que tienes novia, después me besas teniendo novia y yo, yo no te comprendo- tomé sus manos que aún se encontraban en mi cintura y suavemente las puse en sus costados, subí las escaleras hasta que llegué a mi habitación, después de cambiarme me deje caer sobre la cama, no sabía ni que pensar, tal vez me había dicho la verdad, pero si no lo era y sí solo estaba jugando conmigo, o si se estaba vengando por lo que yo lo había hecho pasar, además ¿por qué terminaría con su novia de dieciocho o diecinueve, por una chica de diecisiete?
*FLASHBACK*
-Hey, que dijimos de las peleas- susurró sensualmente en mi oído derecho, yo sólo me dedicaba a controlar mi ritmo cardiaco al igual que mi respiración, se separo un poco solo para girarme sobre mis talones, pero automáticamente volvió a unir nuestros cuerpos, tanto que ni siquiera la mas mínima corriente de aire pasara entre nosotros.
Me aventuré a mirarlo a los ojos, cosa de la cual me arrepentí, ya que su hermosa mirada me hipnotizó por completo, su rostro comenzó a acercarse, nuestras respiraciones se mezclaban y sentía como su mentolado aliento acariciaba mis labios, hasta que finalmente nuestros labios hicieron contacto, era increíble lo que me hacían sentir sus suaves labios.
*FinFLASHBACK*
Seguía pensando en las cosas que habían pasado con él, y llegué a la clara conclusión de que tal vez si me gustaba y por esa misma razón era importante no dar mi brazo a torcer sin saber si realmente siente algo por mí. De un momento a otro caí en un profundo sueño.
Me desperté ya que los rayos del sol que se colaban por las cortinas e iban directo a mi rostro, frote mis ojos antes de abrirlos para evitar ser cegada momentáneamente, miré el reloj, eran las diez de la mañana, -¡Se me hizo tarde!- pensé asustada, pero después recordé que por dos largas semanas no asistiría a clases, me senté sobre la cama y estiré mis brazos, haciendo sonar algunos de mis huesos, ya cuando estaba completamente despierta me puse de pie y caminé hacia el baño.
Abrí la llave para que se llenara la tina, pero antes deje caer jabón líquido especial, para que formara espuma, cuando la tina estaba llena de agua y burbujas entre.
Si una ducha me tranquilizaba, un baño lo hacía doblemente.Después de aclarar mi mente, más bien de tratar de aclarar mi mente, salí, tomé un short de jean y una blusa sencilla blanca.
Respiré profundamente antes de girar la perilla de la puerta, solo salía porque mi estómago pedía a gritos que lo alimentara. -¿Y si está abajo?- una voz en mi interior preguntó. -Hablaré con él y le diré lo que pienso- le contesté casi susurrando.
Suspiré y abrí la puerta, apenas salí y vi que venía saliendo de su habitación.
-Michael- dije justo cuando paso por enfrente de mí, pero siguió caminando sin siquiera voltear a verme.
Abrí mis ojos como plato, quizá padecía sordera o me ignoró por completo, no había nada que pensar, la segunda opción era más que obvia, aún sorprendida por su bipolaridad, caminé hacia donde había caminado él, que seguramente era hacia la cocina.
Entré a la cocina y efectivamente ahí estaba, se encontraba bajando un vaso de la alacena, me paré a un lado de la barra ya que tenía el vaso de cristal entre sus manos, se dio la media vuelta y me miró, pero sin hacer un solo gesto quitó su mirada para dirigirse al refrigerador y sacar una jarra llena con jugo de naranja. Puso el vaso en la barra para comenzar a verter el líquido en el vaso, yo sólo me limitaba a verlo con detenimiento.
-Michael, ¿podemos hablar?- le pregunté cuando terminó de servir el jugo pero este volvió a ignorarme olímpicamente, tomando la jarra para volver a guardarla en el refrigerador.
Tomó el vaso ahora lleno y mientras bebía, caminaba para salir de la cocina.
-¿¡Pero es que quien demonios lo entiende!?- grité en mi interior, reteniendo las intensas ganas de gritárselo en la cara, primero me besa, tiene novia, me besa teniendo novia, me besa después de terminar con su novia, me dice que le gusto y ahora parece que no existo, simplemente era inútil tratar de comprenderlo.
Me senté en una de las sillas y puse mis brazos en la mesa, para después ocultar mi rostro, después de darle a mí estomago lo que necesitaba, salí de la cocina.
Estas dos semanas si que se pasarían lentamente, sin colegio, castigada y Michael no me habla.
Decidí leer un libro, no es algo que me agrade mucho, pero ya que no hay nada más que hacer, ya que estaba frio como para entrar a la piscina, así que fui al despacho de mi padre y del gran estante, tomé el libro que más llamó mi atención.
El tiempo pasaba lento, Michael llevaba una semana completa sin hablarme, por más de que trataba hacerlo enojar o reír, o cualquier cosa para que me hablara era inútil ...
ESTÁS LEYENDO
El niñero
Ficção Adolescente¿Quien pensaría que el niñero que tanto odias & desprecias, se convierte en el amor de tu vida ...? Esta es la historia de Anasstasia Martinez & Michael Miller. De como todo puede dar un giro de 360° ...