-¿Entonces?- pregunté a mi tía algo insegura poniéndome de pie.
-Hay Ana- suspiró. -No voy a decir nada- inmediatamente una sonrisa se apoderó de mi rostro. -A menos que me pregunten algo, no hablaré pero no mentiré- agregó rápidamente. Sólo le sonreía inmensamente agradecida, mientras que Michael continuaba con su neutra mirada. No me agradaba mucho, que estuviera así, la mayoría del tiempo sonreía, aunque no podría pedir que estuviera de lo más feliz con 'esto' que nos había pasado.
Mi tía se quedó un buen rato, Michael comenzaba a tomar un poco de confianza. Yo le contaba a mi tía como nos llevamos antes y ella me escuchaba divertida. Michael se limitaba a reír en algunas partes de la historia mientras me abrazaba por los hombros.
-Bueno chicos- dijo la tía domi mientras caminaba hacia la puerta seguida por nosotros dos. -Tengo que aceptar que hacen muy linda pareja- sonrió -Pero ...- quitó su sonrisa por una mirada amenazante. -Apenas pongan tus padres un pie sobre esta casa, le dicen lo de ustedes- asentí con la cabeza despidiéndome de ella.
Antes de salir por la puerta hizo una seña con sus dedos, índice y medio señalando sus ojos y luego los de Michael, como indicando que lo observaría, Michael soltó una carcajada e hizo el mismo movimiento solo que apuntó sus ojos y luego hacia mí.
Apenas subió a su auto y cerré la puerta de la casa, tomé a Michael de la mano y caminé hacia la sala seguida por él.
-¿Oíste?- le dije con una sonrisa de oreja a oreja. -Hacemos una linda pareja- entrelacé nuestros dedos mientras unía las puntas de nuestras narices.
-¿Linda?- soltó una carcajada. -Muy linda pareja- remarcó la primer palabra, y rápidamente me tomó de la cintura y se dejó caer en el sillón así yo quedando en sus piernas, ambos reíamos mientras que yo ocultaba mi rostro en su cuello. Donde en su 'manzana' deposite un cálido beso, para después acomodar mi cabeza en su hombro.
-Me gusta mucho estar contigo- le susurré jugando con los dedos de su mano.
-Y a mí me gusta que te guste estar conmigo porque me gusta estar contigo- dijo rápidamente haciéndome soltar una enorme carcajada.
-¡Pero qué trabalenguas acabas de decir!- no podía parar de reír.
-Te amo Ana- dijo siguiendo mis risas para después mirar mis ojos fijamente. Mi mirada vagaba de sus ojos a sus labios, regresaba a los primeros y luego volvía a bajar. Hasta que Michael acortó la distancia entre nosotros y así fundiéndonos en un perfecto beso. Con su mano acariciaba dulcemente mi mejilla mientras que con la otra me sostenía por la cintura ya que aún me encontraba en sus piernas.
-Ayer fue un día maravilloso- dijo ella él con un tono de seducción.
-Demasiado- dije haciendo una mirada sexy.
-¿Me describes el día de ayer?-
-Para que describir lo que hicimos, si basta con decir que te besé hasta la sombra- dije sexy.
Michael lanzó una gran carcajada y pensó: esa chica era perfecta, me hipnotiza.
-¿Vemos una película?- le pregunté sobre sus labios.
-Lo que tú digas hermosa- me contestó para después volver a atrapar mis labios, no pude evitar soltar un suspiro ante sus deliciosos besos y sentí como se formaba una pequeña sonrisa en sus labios.
-Tú eliges la película- señalé la repisa llena de DVD's, me puse de pie pero Michael me tomó de la mano haciéndome regresar hacia él. Besó nuevamente mis labios y me guiñó galantemente un ojo para después dejarme ir.
Caminé aun riendo hacia la cocina, busqué en unas de las repisas de la alacena y encontré un paquete de palomitas de maíz. Las tomé despojándolas de su empaque, para seguido colocarlo en el microondas. Presioné dos minutos y estas comenzaron a girar en el interior de este mientras que los pequeños estallidos sonaban dentro de la bolsa de papel.
Me dirigí al refrigerador, tome una lata de refresco para Michael y un bote de agua para mí, busqué un recipiente profundo donde pudieran caber todas las palomitas. Después del sonoro pitido del electrodoméstico, saqué la bolsa para vaciarla sobre el recipiente. Como pude tomé las bebidas, después las bebidas y caminé hacia la sala nuevamente donde Michael se encontraba sentado con el control del DVD en sus manos. Al verme pasar con todo en las manos rápido se aproximó a mí para ayudarme. Tomó el recipiente y las bebidas quedando ahora él con todo. Ambos reímos ya que era lo mismo.
Volví a tomar las bebidas y las dejé sobre la mesa que estaba en el centro. Michael se sentó, puso el recipiente sobre sus piernas y palmeó el sillón para que me sentara junto a él.
-Claro, ahora prefieres a las palomitas- le dije tratando de fingir estar ofendida pero una risa se me escapó.
-Eso quisieran ellas- dijo riendo tomando mi mano para hacer que me sentara con él ...
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El niñero
Teen Fiction¿Quien pensaría que el niñero que tanto odias & desprecias, se convierte en el amor de tu vida ...? Esta es la historia de Anasstasia Martinez & Michael Miller. De como todo puede dar un giro de 360° ...