Anasstasia estaba sobre la mesa del comedor bailando provocativamente, junto con otra chica, la mesa estaba rodeada de tipos y una que otra chica.
Me dirigi rápidamente a donde estaba la música, la desconecté, encendí las luces de la sala, ignorando los 'Ahh' de todos y volví al comedor.
-Adiós, adiós, retírate por favor- comencé a correr a todos los que estaban en la mesa ya que Ana a pesar de no haber música seguía bailando. -¡Deja de verla y lárgate!- le grité a un tipo que seguía ahí. -Anasstasia, baja ahora mismo de ahí!- grité tratando de controlar mi enojo.
Anasstasia volteó y me vió, yo me esperaba un -¡Que estás haciendo Michael!- pensé que tal vez me dijera -¡Lárgate!- o -¡Eres un idiota!- pero al contrario, una sonrisa se dibujo en su rostro.
-¡Michael!- dijo mientras se lanzaba a mis brazos, la atrapé y con cuidado dejé que sus pies tocaran el piso.
-¿Tomaste cierto?- le pregunté volteándola a ver, pero sólo lograba ver su cabello ya que en sus cinco sentidos nunca me hubiera dejado tocarla.
-Michael, todo se mueve- me dijo volteando hacia mí, para después ocultar su rostro en mi cuello.
De pronto todos comenzaron a correr hacia afuera y la casa en cuestión de segundos quedo vacía.
-A ver, ven siéntate- le dije y la senté en una silla. -¡No te muevas de aquí!- salí para ver que sucedía y me encontré con dos policías. Hablé con ellos y sólo me dijeron que la música no estuviera tan alta, porque podía molestar a los vecinos.
Regresé al comedor, Anasstasia seguía sentada, sólo que acostada encima de la mesa.
-¡Es que tú estás loca!- le dije mientras la ayudaba a ponerse de pie, en eso un grupo de aproximadamente 15 entro por la puerta del jardín, algo extrañado debido a que ya no había nadie. En ese grupo venia Alexa & el tipo que había saludado a Anasstasia en la tarde.
-¿Qué pasó?- preguntó extrañada Alex viendo que Anasstasia me abrazaba.
-Eso mismo me pregunto yo- le contesté serio. -¿Qué? ¿No pudieron evitar que bebiera?- les pregunté molesto, ya que se supone que eran amigos, o bueno del tipo ese no tengo idea.
-¿Y qué? ¿No se supone que a ti te pagan por cuidarla?- me dijo el sujeto, sólo lo fulminé con la mirada, no podía decirle nada, ya que tenía razón.
-Tienes razón- me apoyó Alex, después de todo era cierto lo que yo decía.
-Vamos, te llevo a tu casa- le dijo a Alexa mientras caminaba hacia la puerta.
Tomé a Anasstasia entre mis brazos y cargando la llevé escaleras arriba.
-Sólo por el estado en que estás, te salvas del regaño- le dije mientras trataba de abrir la puerta. -Pero espera a mañana- le dije cuando por fin pude entrar a la habitación.
La acosté con delicadeza en su cama, tenía sus ojos cerrados, seguramente ya estaba dormida, la acomodé más centrada en la cama para que no fuera a caerse, la solté y abrió los ojos, me quedé paralizado por alguna tonta razón.
-Que lindos ojos tienes- me dijo sonriente, sonreí estúpidamente, me agradaba Ana en ese estado.
-Ya duérmete- le dije entre risas.
-No quiero- dijo fingiendo una voz de niña pequeña.
-Claro que si quieres- le dije levantándome de la cama, pero me tomó de la mano.
-No te vayas- me dijo con la misma voz.
-Sé que bebiste- le dije ya que normalmente el objetivo de Ana era que me fuera, y ahora quería lo contrario, me senté en la cama -Descansa que maña- le estaba diciendo pero sus labios hicieron que parara de hablar, al momento de que hicieron contacto con los míos.
Me fue imposible no seguir el beso, así que le correspondí. Nuestros labios se rosaban de una manera increíble, succionaba su labio inferior mientras ella hacía lo mismo con los míos, pasó sus brazos por mi cuello para comenzar a jugar con el cabello de mi nuca, subí una de mis manos a su mejilla mientras que con la otra acariciaba su cintura sobre la tela del vestido, lentamente se fue recostando en la cama, me acomodé sobre ella, con cuidado de no aplastarla y/o lastimarla. Sacó sus manos de mi cuello para deshacerse de mi chaqueta, me separé de sus labios para tomarla y lanzarla al piso, inmediatamente me tomó de las mejillas para atraerme de nuevo a sus labios, introduje mi lengua en su cavidad bucal, desatando entre ambos miembros una guerra.
De un momento a otro yo me encontraba recostado y Anasstasia estaba sentada en mi cadera, sus besos eran increíbles, me hacían sentir tanto. Comenzó a subir mi camisa mientras que yo sólo me dedicaba a devorar sus labios y acariciar sus piernas que se encontraban a mis costados, poco después, logro deshacerse de mi camisa, sus besos comenzaron a bajar por mi mejilla, hasta mi cuello, donde comenzó a brindarme pequeños pero mortales besos húmedos, entre besos rosaba mi piel con la punta de su lengua haciendo que escalofríos recorrieran por completo mi cuerpo. Dio un corto beso en mis labios pero luego se alejó y comenzó a desamarrar su vestido, dejando al descubierto la mayor parte de su hermosa anatomía, regreso a mis labios mientras tomaba mis manos y las ponía en su espalda, los besos aumentaban de tono. Mis manos paseaban de su espalda, por sus glúteos, hasta llegar a sus piernas, para luego repetir el camino de regreso, dejaba un rastro de besos por mi cuello, pecho y abdomen, hasta que llego al inicio de mi pantalón, volvió a atacar mis labios mientras bajaba el cierre y sacaba el botón de su lugar.
En ese preciso momento mi cordura volvió -¡Que estás haciendo Michael!- me reclamó una vocecita en mi mente -¡Está ebria!- me recordó. -Pero no puedo parar ahora- le contesté en mi mente. -¡Hazlo! Después de todo no lo recordará mañana- otra voz entró a la escena.-Parecía como en los dibujos animados, tenia al Michael bueno de un lado y al Michael malo del otro lado ...
ESTÁS LEYENDO
El niñero
Roman pour Adolescents¿Quien pensaría que el niñero que tanto odias & desprecias, se convierte en el amor de tu vida ...? Esta es la historia de Anasstasia Martinez & Michael Miller. De como todo puede dar un giro de 360° ...