Capítulo 13

293 10 0
                                    

Abrí el papel y pude ver con su pequeña letra: 'Salí con Tatiana, pórtate bien, llegaré en la noche'

-¡Idiota! ¡A mí que me importa con quien estés!- pensé mientras hacía bolita con mis manos el papel.

Comencé a subir los escalones para ir a mi habitación, cuando al fin mi cerebro reaccionó. La cosa se ponía mejor, Michael no estaría hasta noche, así que llegaría en plena fiesta, sonreí malvadamente mientras corría a mi habitación. Me cambié y busqué por toda mi habitación, en todos mis bolsos y carteras. Ya que a veces dejaba efectivo en ellas.

Traía mi tarjeta de debito y el efectivo que había encontrado. Eran las cuatro de la tarde, tenía hasta las seis para comprar todo y tenerlo aquí en la casa. Así me daría tiempo de arreglarme.

Bajé corriendo las escaleras, pero cuando llegué a la puerta recordé que Michael tenía mis llaves. -¡Ahora que hago!- pregunté en mi interior esperando alguna respuesta pero era inútil, podía ir en taxi, pero no traía mucho dinero, y no creo que acepten tarjeta. -¡joe!- pensé emocionada. -¡Mi salvación!- saqué mi celular del bolso, busqué en el directorio 'River' esperando que siguiera siendo su celular.

-¿Sí?- contestaron del otro lado de la línea.

-¿River?- pregunté.

-¿Anasstasia?- preguntó del otro lado, ahora si estaba seguro de que era él.

-¡Genial!- dije emocionada. -River, necesito un gran favor- le dije en tono de suplica.

-Sí dime, ¿qué necesitas?- me preguntó amablemente.

-Es que necesito comprar unas cosas para esta noche, Michael me quitó mi auto, sólo traigo mi tarjeta, no me puedo ir en taxi, Alex no tiene auto y- le dije aceleradamente.

-Hey hey, tranquila- me interrumpió riendo. -En cinco minutos estoy en tu casa- me dijo.

-Gracias- le dije tratando de recuperar el aliento.

Colgamos y a los cinco minutos o menos ya estaba en la puerta de mi casa, subí a su auto.

-¡En serio gracias! ¡Me salvaste!- le dije.

-No es nada- rió mientras ponía en marcha el auto. -¿Y tu "niñero"?- rió irónicamente.

-Hey no te rías- le golpeé en el hombro. -No está ¿Por qué crees que salí de casa?- le dije riendo.

-¿Qué? ¿No te deja salir?- me preguntó serio.

-Sí, porque estoy castigada- le dije como si nada.

-¿Por?- me preguntó.

-Por la estúpida de Alejandra- le dije.

-Ahh, ¿qué le hiciste?- me preguntó riendo.

-Aún nada- le contesté, él sabía muy bien como nos llevábamos alejandra y yo.

-¿Y te dejó hacer la fiesta?- me preguntó sorprendido.

-Mmm, no- le dije. -¡Es sorpresa!- le dije riendo.

-¡Tu no cambias!- me dijo riendo. -¿Qué te hizo para ganarse tu odio?- me preguntó mientras estacionaba el auto.

-Nada, simplemente lo detesto- le dije bajando del auto.

-¿Sabes que creo yo?- me dijo después de ponerle la alarma al auto.

-¿Qué?- le pregunté sin entender.

-Yo creo que te gusta- me dijo mirándome para leer mi rostro, pero yo sólo solté una sonora carcajada.

-¡Estás loco!- le dije.

-¡Vamos Ana te conozco!- me dijo entrando al supermercado.

-¡Pero me abandonaste mucho tiempo! ¡Así que pude haber cambiado! O más bien ¡Cambié!- le dije.

-Pues no te creo- me dijo abrazándome por los hombros. -Pero si tú lo dices, está bien-

Revise el crédito de la tarjeta, era suficiente, incluso compré cerveza y otras bebidas, era la ventaja de mi amigo de dieciocho años que más bien parece de veinte.

Después de comprar todo me llevó a casa y me ayudo a bajar las cosas, más bien bajó todo.

-Bueno- dijo poniendo todas las bolsas en la mesa de la cocina. -Nos vemos en la noche- me dijo sonriente.

-Gracias- le dije una vez más antes de que saliera de la casa.

Eran las siete de la noche, me había distraído mucho con River, acomodé todas las cosas por todo el comedor y la sala, todas las bebidas las acomode en el pequeño bar de la sala. Retiré todo lo que se pudiera romper y/o maltratar.

Miré mi celular y eran las nueve de la noche, tenía una hora para arreglarme, así que subí las escaleras a la velocidad de la luz, entré en la ducha sin siquiera dejar que el agua se templara, cosa de la cual obviamente me arrepentí.

Salí y busqué en mi armario algo que ponerme, elegi, me vestí y dejé que el cabello se secara con unas hermosas ondas.

Estaba terminando de maquillarme cuando escuché que tocaban el timbre.

-¡Alexa!- pensé feliz y corrí por las escaleras, cosa que tenía que dejar de hacer si no quería caerme. Abrí la puerta y ahí estaba Alex.

-¡Wow!- dijimos al unisonó al vernos una a la otra, ambas reímos.

-¿A quién esperas?- me dijo riendo.

-Cállate, que tú estás igual- le dije siguiendo su risa. -¿Sabes? River vendrá- le dije levantando mis cejas pícaramente.

-Hay Anasstasia eso ya fue hace mucho- sus mejillas se tornaron de un color rosado que no era precisamente del maquillaje.

-¡Vamos! ¡Yo se que te sigue gustando!- le dije riendo.

-¡Eres una tonta!- me dijo riendo. -¿Y Michael?- me preguntó mientras entrabamos a la sala.

-No está- le respondí. -Está con la estúpida de su novia- le dije con ¿rabia?.

-Lo bueno es que no estás celosa- me dijo sarcásticamente.

-¡No lo estoy!- me defendí. -Sólo que ella es igual de detestable, ¿sabes? Son el uno para el otro- le dije riendo. -Bueno iré a terminar de maquillarme y por mi celular, si llega alguien pues los dejas pasar- Alex asintió con la cabeza, apenas iba a la mitad de la escalera y escuché el timbre, reí y subí a mi habitación para terminar de arreglarme. Tardé menos de cinco minutos, tomé mi celular y salí de mi habitación. La música ya podía escucharse, igual que una mescla de voces. Llegué a las escaleras, las cuales ya estaban inundadas de gente, bajé con algo de dificultad las escaleras, tratando de que no me empujaran. Entre saludos y unos que otros 'halagos', llegué a la sala, estaba parada en la mitad de la sala, trataba de encontrar a Alexa, pero era imposible debido a la enorme cantidad de gente que estaba en la casa.

-Creo que él explotará o quizá será poco, de cómo se pondrá Michael- dije en mi interior.

-¿A quién buscas?- una voz masculina me sacó de mis pensamientos ...

El niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora