Entramos a la cocina, cruzaba mis dedos para que mi familia tomara así mi relación con Michael. Aunque convencer a River iba a ser más que complicado. Pero ya llegaría el momento de hablar con él.
-Ya sabía que había algo especial entre ustedes- me dijo mientras comenzaba a servir jugo en un vaso de cristal. Solté una pequeña risita tímida y seguramente mi rostro ahora estaba de un intenso color rojo. -La primera vez que viniste, la forma en la que te miraba era tan especial- me senté en la barra y ella se sentó frente a mí con una tasa blanca llena de café en sus manos.
-Él-él es increíble- dije sincera.
-Me alegra mucho que esté contigo- sonrió. -¿Tus padres ya lo saben?-
-Aún no- confesé. -Estábamos esperando un buen momento para decirles- y no como lo de anoche.
Un pequeño chillido nos sobresaltó a ambas, reímos. Había sido el tostador. Tomó una bandeja donde seguro colocaría las rebanadas de pan. En ese mismo momento sonó el teléfono.
-Ana ¿cariño puedes responder el teléfono?- me pidió.
-Claro- respondí y caminé hacia donde estaba el teléfono que no paraba de sonar.
-¿Diga?- pregunte.
-¿Casa de la familia Miller?- una gruesa voz provino del otro lado de la bocina.
-Así es-
-Solo para informarles que el joven Michael Miller ha sufrido un accidente automovilístico- sentí como si todo a mí alrededor comenzara a derrumbarse. Escuchaba a lo lejos los llamados del sujeto y también los de Elisa. Pero el gran nudo en mi garganta no me permitía emitir palabra alguna.
-¿Ana que te sucede?- la mano de Elisa en mi hombro me hizo reaccionar, tapé mi boca y le entregué el teléfono. Las lágrimas invadían mi rostro. No podía ser cierto. Si hace tan solo unas horas todo era más que perfecto.
Limpié mis lágrimas ya que nublaban mi mirada. Elisa escuchaba con atención mientras negaba con la cabeza, al igual que yo ella cubría su boca con una mano.
-Gracias, ya mismo estamos allá- confirmó Elisa en la línea, justo en ese momento bajaba por las escaleras Cristian, quien obviamente se sorprendió y asustó por nuestros rostros. Elisa trataba de contener las lagrimas. -Mi-mike tuvo un accidente, una camioneta perdió el control y se impactó contra su auto y se volcó- no resistió y mas y se soltó en llanto mientras que el mío no cesaba.
-Haber tranquilas- nos dijo a ambas. -Ana avísale a los chicos, creo que será mejor que Esthefani no se entere- tenía razón.
-La llevaré a mi casa ¿está bien? así se distrae con Caro- pensé y le comenté; solo asintió con la cabeza.
-Nos adelantaremos, los esperamos allá- Elisa fugazmente subió y bajó con un abrigo, en cuestión de segundos estaba parada sola en el living de la casa de mi hospitalizado novio.
Subí a grandes zancadas las escaleras, llegué a la habitación de Carlos, toqué la puerta dos veces y entré. No podía esperar a que el chico se despertara y me abriera la puerta.
-Carlos- lo moví un poco pero solo conseguí que se quejara un poco y se girara. -Carlos despierta- insistí aumentando la fuerza de los movimientos, las lágrimas comenzaban a salir nuevamente al pensar en Michael- ¡Carlos despierta ahora!- le grité y este se sobresaltó lanzando las sabanas.
-¿Qué pasa?- preguntó asustado y aun más se asustó al ver mis lágrimas. -¿Que pasa Ana?- preguntó nuevamente, pero mi estúpido dolor en el pecho no me dejaba hablar.
-Michael, Michael, Carlos- alcancé a decir en un hilo de voz. -Tuvo un accidente y está en el hospital-
-¿Qué?- soltó un grito ahogado. -¿Y mis padres?- preguntó tomando sus pantalones de uno de los sillones, ni cuenta me había dado que solo vestía bóxers.
-Ya van rumbo al hospital- le informé. -Me dijeron que les avisara, y para que Esthefani no se enterara, la vamos a dejar en mi casa- le dije y salí corriendo de la habitación para ir hacia la de Liam.
Le expliqué todo a Liam, él se ofreció en avisarle a Esthefani, ya que la pequeña no me creería que 'no sucedía nada'.
-Tranquila todo va a estar bien- me trató de tranquilizar Carlos. -Ese Michael es más duro que una roca- bromeó pero no podía evitar sentirme así.
Abrió la puerta y una oleada de aire helado nos envolvió.
-Ya vuelvo- cerró la puerta y corrió escaleras arriba para después bajar con un par de gruesas chaquetas.
Me entregó una mientras él se colocaba la otra. Apenas la tomé entre mis manos y el perfecto aroma de Michael inundo mis fosas nasales. Haciendo que las lágrimas volvieran a acumularse en mis ojos. Carlos volteó a verme cuando los pasos en las escaleras se acercaban. Aniquilé toda lágrima con el dorso de mi mano. Respiré profundamente y traté de verme lo más normal posible.
-¿A dónde iremos?- preguntó la pequeña.
-Nosotros a unas compras que tenemos que hacer y tú irás a mi casa ¿Quieres jugar con Caro?- le pregunté y esta sonrió.
-¡Sí!- dijo alegre.
-Vamos- le dije y todos salimos.
Subimos a la camioneta de Carlos, yo de copiloto, Esthefanu y Liam atrás. Introdujo la llave para que encendiera, no encendió. Intento tras intento Jermaine se rindió.
-¡No puede ser!- gritó al mismo tiempo que golpeaba el volante.
-Te dije que necesitaba arreglo- habló Liam.
-Sí, gracias Liam- le dijo molesto Carlos, sin siquiera darles tiempo a pensar en una solución saqué mi celular y marqué a la primera persona que me pasó por la mente. River.
Bajé del auto seguida por Carlos ya que le había hecho una seña a Liam de que nos esperara dentro.
-¿River?- ese estúpido nudo como amaba atascarse en mi garganta.
-¿Que pasa Ana?- preguntó preocupado ante mi tono de voz.
-Necesito que me hagas un favor- trataba de que no se cortaran las palabras.
-Lo que sea- me dijo.
-¿Puedes venir por mí?- le pregunte.
-¿Donde estás?- me preguntó acelerado.
-En-en casa de Michael- rogaba que no se molestara.
-¿Qué haces en casa de ese? ¿Qué te hizo?- pregunto molesto.
-River- mi llanto había aumentado. -River, Michael tuvo un accidente y está en el hospital- le dije ...
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El niñero
Teenfikce¿Quien pensaría que el niñero que tanto odias & desprecias, se convierte en el amor de tu vida ...? Esta es la historia de Anasstasia Martinez & Michael Miller. De como todo puede dar un giro de 360° ...