Capítulo 47

176 5 0
                                    

Su hermosa mirada Brillante se encontró con la mía, haciendo desaparecer a cualquier persona a nuestro alrededor al mismo tiempo que el tiempo se detenía por completo. Una de mis manos estaba en su brazo con el que me sostenía y la otra estaba en su hombro. Sus labios tenían la humedad perfecta que los hacía brillar de una manera naturalmente increíble y deseable. Sentía como mi corazón latía descontroladamente, ¿Emoción? ¿Nervios? ¿Amor? Pero simplemente sentí desfallecer cuando ví que su cuello era rodeado por la cadena de plata que yo le había lanzado después del problema.

-Ya la puedes soltar ¿Sí?- el brusco tono de voz de River me sacó del trance en el que me encontraba.

Vi la mirada de mi amigo y lo primero que me vino a la mente fue 'Sepáralos ahora mismo' ya que las miradas masacrantes que se brindaban no eran para nada buenas.

-Lo siento, no ponía atención- me disculpé seriamente cuando sacó sus manos de mi cintura, acomodé mi blusa la cual se había desacomodado un poco por la rapidez con la cual me había atrapado.

-Ana- dijo con voz temblosa. ¡Dios! como extrañaba su sensualidad pura al hablar -Yo- River se paró detrás de mi tal cual guardaespaldas solo que este guardaespaldas traía a una pequeña niña de seis años tomada de la mano.

-Me tengo que ir- dije haciendo un inmenso esfuerzo por que mi voz no se quebrara. -Nos vemos Carlos- me despedí de lejos, este seguía algo extrañado o más bien demasiado extrañado y no hubiera sido el único si caro no tuviera el enorme helado de chocolate en sus manos.

-Necesito hablar contigo- escuché a lo lejos la voz de Michael.

Lo necesitaba tanto. Pero no había vuelta atrás, él me había lastimado y de una forma terrible. Abracé mas al cachorro mientras caminábamos hacia el estacionamiento, River venia a mi izquierda y caro estaba entre los dos.

-Conserva la cadena- aun sorprendida dije en mi interior provocando que mi estómago se retorciera. No pude evitar soltar una lágrima.

-Yo lo mato- dijo River dándose la media vuelta para regresar a buscarlo.

-¡No River!- le llamé firmemente. -No le harás absolutamente nada, ¡me lo prometiste!- ambos tratábamos de canalizar nuestro enojo.

-¡Pero mira como te pone!- dijo en un susurro marcado.

-¡Y me voy a poner peor si tú te atreves a tocarlo!-

-¡Ahh!- dijo con frustración después de unos segundos para tranquilizarse habló.

-Vámonos- dijo duramente mientras caminaba.

*Narra Michael*

Iba caminando distraído mirando el mensaje de Carlos en mi celular. De pronto choqué con alguien y cuando vi a ese alguien me di cuenta de que era Ana con un pequeño cachorro blanco la que iba a caer. Rápidamente la atrapé antes de que esta callera al piso. Tenía tanto sin tenerla tan cerca. Cinco días habían sido una eternidad después de haberla tenido más de tres meses para mí solo.

Se veía hermosa su cabello suelto, sus adictivos y bien delineados labios, había unas pequeñas ojeras debajo de sus ojos y la notaba más delgada pero seguía siendo la perfección misma.

-Ya la puedes soltar ¿si?- la voz del idiota de River.

Lo miré fulminantemente tal y como él lo hacía conmigo, en contra de mi voluntad la solté.

-Lo siento, no ponía atención- su voz era fría, era el mismo tono que utilizaba al inicio, cuando nos conocimos y con la que me habló el día que terminó conmigo.

-Ana- mi voz tembló, estaba tan nervioso. -Yo- quería hablar con ella, pero no podia hacerlo con su amigo-guardaespaldas ahí.

-Me tengo que ir- dijo rápidamente interrumpiendo lo que quería decirle. -Nos vemos Carlos- se despidió de mi hermano y después solo la vi alejarse.

-Necesito hablar contigo- dije en un susurro terminando la oración que había empezado. Cabizbajo me di la meda vuelta, Carlos me miraba sin entender absolutamente nada.

-¿Y que fue eso?- preguntó Carlos. -¿Fue mi imaginación o la tensión aumento a tope?-

-Ana y yo salíamos- confesé.

-¡¿Qué?!- preguntó sorprendido.

-Hace una semana habíamos cumplido dos meses- le dije.

-¡Dos meses!- ahora estaba más que sorprendido. -¿Y por qué nunca nos dijiste nada?- preguntó mientras caminábamos hacia el estacionamiento.

-Nadie lo sabía, ya que sus padres no debían enterarse- le expliqué.

-¿Y cómo fue que terminaron así?- se refería a lo de hace un momento.

-Ella cree que la engañé con Tatiana-

*Narras tu*

Llegamos a casa y le pedí a caro que entrara para yo poder hablar con joseph que en todo el camino no había emitido sonido alguno.

-River- lo hable.

-Ya Ana- me interrumpió. -Lo siento pero es que no logro entender por qué lo sigues defendiendo después de lo que hizo, él simplemente no se lo merece-

-River sabes bien cuál es la razón- ya se la había dicho antes. -Así que por favor solo ignóralo ¿sí?-

-Está bien- dijo resignado.

-Gracias- le dije abrazándolo por la cintura.

Al día siguiente.

Me desperté debido a unos intensos movimientos en mi cama, algo asustada abrí los ojos y me encontré con Caro saltando en la cama mientras que 'Sam' jugaba con mi cabello.

-Hey hey hey ¿por qué me despiertan?- tomé al cachorro en mis manos, caro dejó de saltar y se sentó a un lado de mí.

-¿Podemos ir al parque? ¿Sí? ¿Por favor?- pregunto & rogó.

-¿Ya?- le pregunté con cara de sufrimiento.

-¡Anda Ana- finalmente accedí.

-Solo me daré una ducha y nos vamos- le dije y feliz tomó a su mascota ...

El niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora