Capítulo 24

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Me miró divertido cuando se dio cuenta de lo que estaba por hacer, pasé su mano por mi cintura para después dejarla en mi espalda formando un abrazo, subí mis manos a sus mejillas y así capturar sus carnosos labios en un apasionado beso. Inmediatamente me siguió.

Mordía mis labios con delicadeza para después acariciar con la punta de su lengua mis labios. Me torturaba. Necesitaba probar su lengua pero él no me compartía, sólo me la presumía pasándola por mis labios entre besos. Ya desesperada pasé mis brazos por su cuello, dejándolos reposar en su nuca. Comencé a besarlo con más intensidad y así lograr que Michael imitara mi actuar. Me autorizó el acceso a su cavidad donde su lengua y la mía desataron una pelea en la cual ninguna pensaba darse por vencida. Yo jugaba con el cabello de su nuca, mientras que él acariciaba mi cintura por encima de mi blusa. El continuo roce de sus labios con los míos era lo mejor que existía, era tan deleitante que podía pasar el día completo haciéndolo. Pero mi deseo fue interrumpido por una falsa tos.

-Siento interrumpirlos- dijo apenada una de las de mantenimiento, provocando que Michael y yo nos separáramos bruscamente -Pero es que su padre está en la línea- dijo tratando de no reírse.

-He, sí gra-gracias, contestaré en mi habitación- dije apenada tapando mis labios que seguramente habían adoptado un intenso color rojo, tal y como los de Michael.

-Si si, y yo iré a-abajo- dijo igualmente de apenado mientras comenzábamos a caminar contrariamente.

Entré a mi habitación con una sonrisa de oreja a oreja, después de un profundo suspiro, levanté la bocina del teléfono.

-¡Papá!- contesté emocionada.

-¡Hija! ¿Cómo estás?- me pregunto.

-Bien, ¿y ustedes? ¿Cómo les va? ¿Cuándo regresan?- no me había dado cuenta de cuánto los extrañaba, por estar peleando con Michael.

-Muy bien, mucho trabajo y aún no lo sabemos- contestó en orden cada una de mis preguntas. -¿Y tú? ¿Cómo te llevas con Michael?- me preguntó seriamente.

-No lo soporto, sólo quiero que regresen lo más pronto posible para que se valla- le mentí.

-Entonces seguro que todo está bajo control- dijo alegre mi padre.

-No. no me deja hacer nada divertido- le dije haciendo una voz de niña pequeña.

-Sabía que él era buena elección- dijo seguro. -Bueno hija, le diré a tu madre cuando llegue que te marque-

-Está bien- le dije feliz. -Los amo- fue lo último que dije antes de colgar, me di la vuelta para ir hacia afuera de mi habitación y buscar a Michael, pero al parecer él se me había adelantado ya que estaba parado en el marco de la puerta.

-"No lo soporto''- levanto una de sus cejas. -"Regresen lo más pronto para que se valla''- soltó una fría carcajada. -No cambias- dijo molesto y se dio la vuelta para irse por el pasillo. Había escuchado la llamada. Todo lo que yo había dicho, bueno mentido. En cuanto reaccioné, salí corriendo de mi habitación.

-¿Michael?- dije mientras daba dos ligeros golpes sobre la puerta de su habitación. -Michael, ábreme- le dije ya que la puerta estaba cerrada con seguro. -Déjame explicarte-

-¡Já!- soltó una sarcástica carcajada. -¿Qué me vas a explicar?- abrió la puerta. -¿Que finges que te gusto para que te devuelva el auto? O ¿Para hacer otra fiesta?- me miraba despectivamente.

-No- le dije seria, no me gustaba para nada como me hablaba, estaba a punto de darme la media vuelta y tirar a la basura nuestros cinco minutos de reconciliación. Respiré profundo y pensé antes lo que estaba por decir y no arruinarlo como las otras veces. -Cuando te tranquilices y si es que se te llega a dar la gana de escucharme, hablamos- sonreí forzadamente y me di la vuelta.

-¿Esa fui yo?- pregunté extrañada en mi interior. Esperaba que me reclamara por irme, pero al contrario solo escuche como cerraba la puerta nuevamente.

Resignada entre a mi habitación, donde pase todo el día. Ya que claramente a michael no le dieron las mínimas ganas de escucharme.

Me puse un short y una blusa de tirantes para dormir, para después acomodarme debajo de las sabanas y en cuestión de segundos caer en un profundo sueño.

Me desperté por el constante cosquilleo que sentía en mi mejilla, que poco a poco se desviaban a mis labios, delineando delicadamente el margen de estos. Abrí los ojos lentamente y me encontré con Michael, quien era el responsable del cosquilleo que me provocaban sus suaves caricias que hacía con el torso de sus dedos. Al verme despierta me sonrió y cesó las caricias.

-¿Te había dicho antes que eres hermosa?- me dijo mirándome fijamente.

-Engreída, chiflada, malcriada, inmadura, egocéntrica- enumeré con los dedos. -No, creo que no me lo habías dicho- le dije haciéndolo reír, mientras miraba hacia el piso apenado.

-Entonces supongo que sólo lo pensé- seguía mirando hacia abajo.

-Michael- lo llamé haciendo que subiera su mirada. -Si le dije eso a mi padre es porque lo conozco- le expliqué. -Si le hubiera dicho que nos llevamos bien, inmediatamente contrata a otro- sonrió mostrándome su perfecta dentadura.

-¿Entonces no quieres que me valla?- levantó su ceja izquierda mientras se comenzaba a acercar.

-No- le dije mientras me hacía a un lado y movía las sabanas para que entrara junto conmigo, rió por mí accionar. Se acomodó a un lado de mí y me abrazó por la cintura para después apegarme a su cuerpo, igual me abracé a su torso y acomode mi cabeza en su hombro, para poder ocultar mi rostro en su cuello y poder aspirar su delicioso y varonil aroma.

Pasábamos todo el tiempo juntos, me divertía mucho con él, llevábamos una semana de que nos hicimos 'amigos'.

Días después.

-¡Michael! ¡Bájame!- le grité desesperada.

-No lo creo- dijo riendo mientras caminaba conmigo en brazos hacia el jardín.

-¡Michael!- dije pataleando cuando vi que se dirigía a la piscina y se paraba en el borde. -Sólo fue una broma- solté una carcajada. -Además creo que te ves sexy con bigote, barba y lentes- volví a reír.

*Flashback*

Michael se había quedado completamente dormido, y yo simplemente no lograba dormirme, me puse de pie y bajé por un vaso de agua a la cocina.

Ya con mi vaso en la mano subí de nuevo a mi habitación, caminé por el lado donde estaba Michael para dejar el vaso en la mesa de noche. Me senté con cuidado a un lado para admirarlo, irradiaba tranquilidad verlo así. Volví a tomar el vaso y por accidente cayeron mis lápices y marcadores de la mesa, me agaché para levantarlos, miré una vez más a Michael que dormía plácidamente y después dirige mi mirada a los marcadores que traía en mis manos. Guardé todos excepto el negro, lo destapé y dibujé en el rostro de Michael un gracioso bigote, un poco de barba, unos lentes y un pequeño corazón en su mejilla derecha.

*FinFlashBack*

-Y a mí me pareces sexy mojada- me dijo mientras mecía sus brazos como para lanzarme a la alberca pero no lo hacía.

-Es que no podía dormir- le dije mirándolo tiernamente.

-Ni creas que esa cara me convence- me dijo aunque yo estaba cien por ciento segura de que lo convencería.

-¿Ni esto?- le dije sensualmente antes de atrapar sus labios, me siguió el beso, era un beso tranquilo que poco a poco se volvía salvaje, pero antes de que se transformara por completo me separé de sus labios no sin antes dar una pequeña mordida en su labio inferior, terminó de saborear el beso pasando su lengua por sus labios, primero el inferior y luego el superior.

-Está bien, me convenciste- me dijo bajándome, sin soltarme toqué el piso con las puntas de mis pies y así me quedé para poder a alcanzar nuevamente los labios de Michael y dar un corto beso sobre ellos.

-Vamos adentro- me dijo sonriente mientras me tomaba de la mano, estaba por caminar y olvidé que estaba parada sobre el borde de la piscina, y de un momento a otro estaba dentro de la piscina.

-¡MICHAEL!- le grité tratando de sonar molesta pero no lo logró, una fuerte carcajada se escapó de mis labios ...

El niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora