-Michael- dijo pero fingí que no había emitido palabra alguna y seguí hablando.
-Llegué a la casa ...-
*Flashback*
Llegué a la casa, había ido a uno de los más elegantes restaurantes de la ciudad para hacer una reservación. Había intentado hacer la reservación por teléfono pero no había mesas disponibles, así que decidí ir por mi propio pie al restaurante y tratar de conseguir una mesa. Además aprovecharía para recoger el regalo que le daría. Era un brazalete de plata, delgado ya que luciría mejor en su muñeca. Este tenía gravado por la parte interna una 'M+A' y la fecha en la que nos volvimos novios. No sabía que elegir para regalarle, solo cumplíamos dos meses, no quería adelantarme. Pero quería que ella notara que me importa. Conseguí la mesa, seria a las ocho de la noche, recogí el brazalete de la tienda, ya estaba todo listo.
Ana no tardaría en llegar, tenía la pequeña caja en el bolsillo de mi pantalón, estaba por sentarme en la sala cuando escuché el timbre. Seguro seria Ana aunque ella no tocaba el timbre, solo entraba con sus llaves.
Abrí la puerta sonriente, pero mi enorme sonrisa desapareció.
-Hay pero que lindo que es que me recibas así- era Tatiana.
-Claramente no te esperaba a ti- le contesté serio, el día que habíamos terminado por segunda vez, ella no lo había tomado nada bien. Pero era lo mejor, yo sentía tanto por Ana y no podía engañarme saliendo con Tatiana.
-Tal vez lo hacías inconscientemente- dijo y sin siquiera pedir permiso entró a la casa.
-Tatiana, esta no es mi casa, y mucho menos tuya, no tienes ningún derecho de entrar así, hazme un favor y vete- le pedí o más bien le ordené.
-Cálmate Mike- pasó suavemente su mano sobre mi hombro, yo solo reaccioné haciéndome a un lado. -Además no está la estúpida esa ¿no?-
-No vuelvas a hablar así de ella- le dije ahora bastante molesto, no le bastaba con incomodarme con su presencia, como un extra, agredía a MI novia. Me di la media vuelta y caminé hacia la cocina. Escuché sus pasos tras de mí, pero yo estaba distraído en tratar de controlarme, no quería ser grosero con ella. Tal vez si la ignoraba sola se iría. Saqué una jarra de agua del refrigerador y la puse sobre la barra para tomar un vaso, ya teniendo a ambos en la barra comencé a vaciar el insípido líquido dentro del vaso. La vi rodeando la barra y después desapareció de mi mira, estaba detrás de mí. Tomé el vaso para beber de él, pero al sentir sus manos sobre mí, muy cerca de mi entrepierna, un escalofrió me recorrió por completo.
-¿¡Que haces!?- le reclamé volteando a verla.
-Michael- pasó sus manos por mi cuello anudándolas en mi nuca formando un candado, el cual no podía deshacer. -Tú no puedes cambiarme por ella- dijo negando con la cabeza. -Tú y yo somos perfectos- sin darme tiempo a nada aprisionó mis labios con los suyos, produciendo un fuerte roce entre ambos ya que yo no le seguía el beso.
-¡Lo nuestro ya fue!- le dije desesperado y la alejé de mí. -Fue lindo pero llegó a su fin, Tatiana- traté de tener el mayor tacto y amabilidad al hablar.
-¡Es una niña!- gritó frustrada.
-Y no tienes una idea de cuánto amo a esa 'niña'- Ana a pesar de ser tres años menor que Tatiana, era mucho más madura. Y aunque no lo fuera, seguiría siendo perfecta para mí. -Por favor vete- le dije firme.
Tomó su bolso que estaba en la mesa, estaba por salir de la cocina cuando ambos escuchamos el sonido de la puerta. Los nervios me invadieron, era Ana ¿Qué le diría? No sería sencillo explicar que hacia su novio con su ex novia en su cocina.
-¡Ups!- sonrió malvadamente. -Nos descubrieron- susurró y rápidamente se abalanzo a mis labios, volvió a besarme pero antes de que pudiera alejarla y/o alejarme atrapo mi labio inferior entre sus dientes. Provocando que el grosor y color de este aumentara consideradamente.
-¿Michael?- escuché su voz cerca de la cocina, no podía permitir que la viera así de pronto, tenía que prepararla antes. Salí rápidamente y me encontré con ella.
-¡Hey!- dije sumamente nervioso pasando mi mano por mi cabello.
-¿Estás bien?- obviamente notó mi nerviosismo.
-Si-si ¿y tú?- '¡Estúpido!' pensé al pensar lo que había contestado.
-Michael en serio estás ...- reía pero de un momento a otro su sonrisa desapareció y solo miraba sobre mi hombro, volteé y era Tatiana quien salía de la cocina con los labios a punto de explotar, hace unos segundos no estaba así.
Sola los había mordido para hacer empeorar la situación.
-Hasta luego lindo- dijo parándose a un lado de mí y después besó mi mejilla. ¿Esto podía empeorar?
-Ana no es lo que estás pensando- comencé a hablar aceleradamente, pero ella solo me dirigía una mirada neutra. Se escuchó la puerta y cerró los ojos.
-No me expliques nada- los abrió lentamente, se notaba su enojo a kilómetros. -Todo es más que obvio- tenía una pequeña caja plateada en sus manos la cual tomo dirección hacia mí. La atrapé en el aire. Mientras veía como Ana corría escaleras arriba.
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El niñero
Genç Kurgu¿Quien pensaría que el niñero que tanto odias & desprecias, se convierte en el amor de tu vida ...? Esta es la historia de Anasstasia Martinez & Michael Miller. De como todo puede dar un giro de 360° ...