Capítulo 23

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-¿Qué?- me preguntó Alexa impresionada.

-Si- le conteste sin ánimos. -Llevamos una semana sin hablarnos- le conté. -Bueno él no me habla desde hace dos semanas, solo un día discutimos y desde entonces parece que ni siquiera nos conocemos-

-¿Y por qué discutieron?- me preguntó.

-Por una estupidez- le dije sin interés, la verdad no tenía muchas ganas de hablar sobre el tema.

-¡Cuéntame!- me dijo ansiosa y yo solo reí.

-Me dijo que le gustaba- le dije rápidamente.

-¿Qué?- preguntó sorprendida y emocionada. -¿Y su novia? ¿Y por qué pelearon?-

-Me dijo que había terminado con su novia, me besó y yo no supe qué hacer ni que decir, y nuevamente huí- le conté mientras jugaba con mis dedos.- ¡Esque tú estás loca! ¿Sabes?- me dijo casi gritando, ignorando que estábamos en plena clase de biología.

-Shh- le dije riendo para evitar que nos regañara el profesor.

-¡Es que Anastasia ese hombre es igual o incluso más orgulloso que tú! ¿tienes una idea de lo que le debió haber costado decirte eso?- susurró mientras se ocultaba para que no se dieran cuenta de que hablábamos.

-Pero- pensé, ninguna escusa llego a mi mente, claramente no la había. Yo había exagerado. Suspiré -Tienes razón- le dije apenada, pero agradecida, Alexa siempre me hacía pensar antes de actuar, pero en esos días no estaba conmigo para tranquilizarme.

-¿Y qué harás?- me pregunté aunque claramente conocía la respuesta.

-Puede ser que considere pedirle dis-disculpas- Alex automáticamente sonrió.

Las clases como de costumbre pasaban más que rápido, solo que ahora iba algo atrasada debido a las dos semanas en las que no asistí a clases.

-Alexa tienes que prestarme todos los apuntes- le dije en tono de suplica ya cuando llegamos a su casa, ya que Michael no me había devuelto mi auto habíamos ido caminando.

-Sí- me dijo abriendo su bolso para sacar unas libretas.

-Gracias- le dije feliz. -Te las regresaré mañana-

Nos despedimos para después yo seguir el camino hacia mi casa, -Hablaré con él- pensé segura, bueno no del todo, ya que la última vez que dije que hablaría con el terminó en pelea.

Llegué a mi casa, saqué las llaves de mi bolso para poder entrar, recorrí el living hasta llegar a la sala buscando a Michael, pero no estaba, llegue a las escaleras y lo encontré, venia bajando, llegó al último escalón y me miró.

-Quiero hablar contigo- dijimos al unisonó.

-Está bien dime- me dijo Michael serio.

-No, tú primero- le contesté.

-Ya tu dime- insistió.

-No, tú primero, luego dices que soy egocéntrica- -¡RAYOS!- pensé molesta, vengo con la intención de arreglar las cosas y a la primera que abro la boca es para atacar.

-Es que lo eres- me dijo despectivamente.

-Hay, sabes que, olvídalo- le dije molesta.

-No será difícil- dijo mientras volvía a caminar hacia la sala y yo comenzaba a subir las escaleras. -¡Eres una idiota!- me reclamé a mí misma. -¡Vas a regresar y arreglarás las cosas!- una voz en mi interior me llamó la atención. Tenía toda la razón, no podíamos seguir así. Me di la media vuelta y caminé hacia donde él estaba.

-Michael lo-lo siento- dije mirando hacia el piso, pero pude notar como volteaba a verme. -Siento haber actuado de esa manera y no haberte explicado las cosas- seguía hablando y cada vez aumentaba la velocidad con la que decía las cosas. -Normalmente suelo actuar antes de pensar, se que está mal, pero así soy yo- seguía mirando al piso al mismo tiempo que jugaba con mis dedos. -No creo ser egocéntrica y mucho menos engreída, eso es muy diferente al orgullo, el cual decidí tirar a la basura por un momento... eres a la primer persona a la que le pido disculpas- respiré profundamente ya que mis pulmones se habían vaciado debido a mi rapidez para hablar. -Así que lo siento y ya es todo- levanté mi mirada y me encontré con un Michael totalmente anonadado. Hice un intento de sonrisa y me di media vuelta para dirigirme hacia las escaleras.

-Hey- escuché que me llamó y dejé de caminar para darme la media vuelta y ver para qué me llamaba. Me miraba igual de sorprendido, después de unos segundos caminó hacia mí, por alguna razón me sentí intimidada y bajé mi mirada, pero este me tomó de la barbilla y levantó mi rostro, con cuidado lo giró hacia un lado y luego hacia el otro, semejando que buscaba algo.

-Tú no eres Ana- dijo serio tratando de no reírse.

-Anda búrlate- le dije ofendida mientras volvía a retomar mi camino hacia mi habitación.

-Hey no me estoy burlando- me dijo tiernamente cuando volvió a llegar a mi lado. -Gracias por las disculpas- me dijo sonriente tomándome del brazo. -Yo también debí de haberte explicado antes de intentar algo- le sonreí.

-Entonces- dije divertida. -¿Amigos?- le dije tendiendo mi mano hacia él.

-¿Amigos?- preguntó, ¿inconforme? -¿Doblas tu orgullo y me pides disculpas solo para que seamos 'Amigos'?- me miraba sin entender.

-Pues, sí- contesté fingiendo nervios, ya que claramente entendía a lo que se refería, o más bien logré entender lo que esperaba.

-Ah- dijo desilusionado. -Entonces... amigos- dijo tratando de sonar alegre mientras tomaba mi mano. Le sonreí nuevamente, estaba por soltar mi mano, pero yo al contrario, tomé la suya con más fuerza y lo atraje hacia mí. Ahora yo tenía la iniciativa ...

El niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora