Capítulo 30

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*Narra Michael*

-Pero pasa cariño- le dijo mi madre amablemente. -Ana lucia algo nerviosa, pero su hermosa sonrisa nunca desapareció.

-Mi nombre es Elisa- escuché que le decía mientras yo caminaba hacia la sala ya que estando a un lado de Ana, no creía poder controlarme, aunque si por mi fuera, me encantaría gritar a los cuatro vientos que ella es mía, bueno no del todo, ya que aún ni siquiera somos novios, no quería apresurar las cosas y mucho menos que ella se sintiera presionada. Llegué a la sala y ahí estaba el resto, miraban un partido de americano. Me paré en el umbral mirando con atención el televisor tal y como lo hacían todos.

-¡Michael!- Esthefani fue la primera en darse cuenta de mi presencia, haciendo que todos voltearan y se pusieran de pie.

-Hey- le dije feliz despeinando su cabello y dándole un tierno beso en la mejilla.

-¡Hasta que vienes!- me reclamó Carlos mientras me abrazaba, yo solo reí.

-Aunque no lo creas, te extrañamos- me dijo Liam riendo.

-¿No creerlo?- solté una carcajada. -¡Es más que claro que me extrañan!- lo abracé.

Antes de deshacer el abrazo escuché un ‘Wow’ en un susurro salir de su boca.

Lo miré extrañado y me di cuenta de que su mirada estaba completamente perdida en Anastasia quien reía a carcajads junto con mi madre.

No sé que me aterró más, que Carlos la mirara de esa manera o las cosas que seguro le estaban contando mi madre. Volteé hacia donde estaba Liam para decirle que le llamara la atención a Carlos, pero fue inútil ya que estaba en el mismo ‘shock’. Respiré profundo tratando de controlarme y caminé hacia ella, la tomé delicadamente por la espalda.

-Mi padre Cristián- le dije pero seguramente ya se conocían por su padre. -Mis hermanos mayores Liam y Carlos- lo señalé y Carlos se acerco a saludarla, con una mirada que a mí no me agradaba en lo absoluto. -Y la princesa de esta casa Janeth- termine sonriendo.

-¿Ella es la chica para la que trabajas?- me preguntó Liam estando a un lado de mí.

-Así es- le contesté aunque el bien sabia la respuesta.

-Entonces que lindo trabajo que tienes- dijo en un tono que solo fue audible para los tres. Se acercó a ella y la saludó con esa cara de ‘seducción’ que ¡Yo! Mismo le había enseñado. ¡Estaba usando mis armas en mi contra!

Solo que Liam no sabía que Ana no es como las demás, iniciar con esos prepotentes halagos y miradas con ella, era un gran error. -Así que Liam, fuera del camino. -pensé divertido mientras miraba a Ana, estaba molesta, más no perdería la calma así que sonreía. Solo que ahora me preocupaba Carlos, suele hacerse el amable, sencillo y tierno y ¡Bam! de un momento a otro las tiene en el bolsillo.

Yo siempre creí que las mujeres eran como las gomas de mascar, ‘entre más las pises mas se te pegan’. Pero con Ana es todo lo contrario.

-Bueno esperen un momento, los llamo cuando esté lista la cena- dijo mi madre saliendo de la para mi bastante incómoda escena.

-Te ayudo Elisa- le dijo educadamente Ana a mi madre para luego caminar detrás de ella, después de darme una sonrisa cómplice.

-¡Wow!- dijo Carlos cuando estábamos nada mas los tres. -Si que es linda- dijo aún impresionado.

-No sé porque te molesta cuidarla- dijo sonriente Liam.

-No me molesta, solo que no nos llevábamos bien- aclaré. -Ahora digamos que somos buenos amigos- dije tratando de no darle mucha importancia.

-Así que no te molesta si- me preguntó Carlos levantando una ceja.

-¿Qué?- le dije fingiendo no entender.

-Chicos a cenar- el llamado de mi madre nos interrumpió haciendo que todos caminaran al comedor ...

El niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora