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Tristemente, el bus se había ido antes de que Jeno junto a Miyoung llegara. Llamadas y mensajes de sus padres eran constantes para saber el estado de la chica, pero ella ni siquiera quiere contestar.

— Al menos diles un hola —dijo Jeno con los brazos cruzados, el chico decidió dejar de cargarla porque se cansó—, son tus padres...

— Lo sé, pero terminaré llorando y los preocuparé —respondió.

— Ya los estás preocupando sin contestar los mensajes o las llamadas.

— ¿Y tus padres se preocupan por ti?

Jeno se detuvo de golpe, quedándose en silencio.

— Jeno, ¿estás bien? —preguntó preocupada.

— No quiero que terminemos peleados y tampoco no quiero que te alejes de mi porque eres la única persona que tengo.

Algo no me cuadra.

Miyoung simplemente asintió.

— Ven, vamos a apresurar el paso para curarte tus heridas de la cara —tomó su mano y la junto con la de él para continuar caminando, como si fuesen una pareja. Que no lo son y jamás lo serán.

 Que no lo son y jamás lo serán

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Jeno.

Llegué a mi hogar junto a Miyoung quien simplemente se mantuvo callada durante todo el camino que ambos tuvimos. No me gusta hablar de mis padres o que los mencionen; es un tema muy... doloroso para mi. No sé cómo mi hermana mayor no llora tanto a comparación de mi.

Porque ella fue a un psicólogo idiota, no tú.

Ahora, la boba que se defendió por sí sola y con mi ayuda se encuentra sentada en el sofá de la pequeña sala que tengo mientras yo busco unas gasas para curarle su cara, pues la habían golpeado dos veces. Yo en cambio, si tenía unos moretones, pero ella es primero.

Si me dijeran que pienso sobre Miyoung diría que es muy valiente; no se deja guiar por las opiniones de los demás y es muy responsable.

Al menos ella tiene un cuento lindo y yo desgraciadamente no.

— ¡Au! —se quejó cuando coloque un poco de pomada en un moretón.

— Lo siento mucho, en serio, lo siento —rápidamente quite la pomada de su rostro, me he es increíble como soportó dos golpes en su rostro de esos hombres y sobre todo: ¿Como logró defenderse?

— Está bien, tranquilo —me sonrió de manera tranquila y continué con sumo cuidado mi tarea de curarla.

— Por cierto... ¿cómo lograste defenderte? Esos dos tipos tienen una fuerza increíble...

Ella tomó aire: — Practiqué taekwondo —deje nuevamente de curarla para verla sorprendido—, ¿qué? —echó una risa.

— N-No, nada —respondí mientras guardabas las cosas—, ten cuidado con tu rostro y si te sigue doliendo ve a un médico para que te chequen eso.

𝗕𝗔𝗗 𝗥𝗘𝗣𝗨𝗧𝗔𝗧𝗜𝗢𝗡 ♒︎ 𝗟.𝗝.𝗡.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora