Capítulo cuarenta y ocho: Plan B

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- Lo sé, también quería hablar contigo.

- Adrián, esto es una emergencia, ya casi se va a acabar el año y aún no hemos hecho nada con respecto a Fatiña.

- Lo sé... a mí también me jode eso pero bueno, tendrá que ser hora de poner en marcha mi otro plan.

- ¿El que me dijiste esa vez?.

- Ese mismo.

- Explícame.

- Para esto necesitaremos la ayuda de algunas personas.

- ¿De quiénes?.

- Ya tengo a mi grupo para esto, estamos Matias, Fabio, Luka, obviamente Maguiña y yo.

- Okeey.

- Y para esto necesito tu ayuda.

- ¿Mi ayuda? ¿Cómo?.

- Escúchame bien porque solo tenemos una oportunidad.

- De acuerdo.

- Este Lunes... este Lunes porque la próxima semana salimos a la una y no podremos hacer esto.

- Sí, estoy escuchándote.

- Así me gusta... bien, en la hora de recreo tú te dirigirás con Fátima a la tienda, yo estaré con quienes ya te dije hace un momento y las llamaremos para que se acerquen.

- Ajá.

- Ustedes aceptarán y Maguiña le pedirá que sean pareja, ya hablé con el cojudo, o lo hace o tendrá que pagarlo en el entrenamiento, así que no hay margen de error.

- Bien.

- Y listo, eso es todo.

- ¿Pero y si lo hace por presión social?.

- Esa es la idea ¡Captaste!.

- Pero Adriá-.

- Que bueno que nos entendamos tan bien, bueno, este Lunes ¿Ya?.

- Ya.

- Nos vemos cuídate.

- Tú igual.


(Fin de la llamada)


Y fue cuando se dieron cuenta de que ya no había marcha atrás... era momento de hacer lo que habían esperado por casi dos semanas.

Ese Lunes 2 de Diciembre cuando ambos pisaron el colegio y se vieron en la entrada de su salón, sintieron algo diferente, tal vez era por el extraño sentimiento de ayudar a sus mejores amigos en algo que ninguno se animaba a hacer pero... en el fondo sabían que lo hacían por un bien mayor.


- Entonces Isa, hoy es el día.

- Ah, tengo miedo de que Fátima me mate por esto.

- No pasará, confía en mí.

- Bien.

- Recuerda, a la hora de recreo.

- Sí, es lo único de lo que no me he olvidado en todo el día.

- Está bien, solo me aseguraba.

- Hola chicos, ¿De qué se aseguraban?.

- ¡Fátima!.

- Sí, aquí estoy, ¿Qué fue?.

- No... no, nada.

- Mmm, de acuerdo... ¿Ya vienen al coliseo? Amalia los está esperando y esta vez no está de tan buen humor.

SOS, estudiante [Primera parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora