𝗦𝗶𝗺𝗽𝗹𝗲𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲, 𝗘𝗹𝗹𝗮...╰─►Mikey y tú ;;

promesas rotas.

“Debemos terminar, ___.”

El eco de sus palabras en su cabeza la hicieron estremecer.

Ella pensó que era un lindo día para que ambos estuvieran juntos como solían hacerlo, así que aquella bolsa con dorayakis cayó al suelo, seguido de la mirada perdida de ___.

—¿Estás bromeando, verdad? —le preguntó tratando de controlar su voz—.

—Mikey negó con la cabeza, al compás que trataba de decir algo—. Yo... No estoy bromeando.

—¿Por qué... Tan de repente...? —preguntó observando débilmente al contrario—.

—Hay u... Una razón. —Mikey apartó su mirada, se le hacía difícil verla—.

—¿R-razón...? ¡¿RAZÓN, MIKEY?! —___ empujó al contrario hacia el árbol, haciendo que sus hojas cayeran lentamente—. ¡¿QUÉ RAZÓN?!

Ella seguía golpeando su pecho, mientras sus ojos se humedecían, y sus lágrimas caían frenéticamente.

Mikey no hizo nada para detenerla, solo siguió resistiendo aquellos golpes llenos de ira y tristeza.

—¡¿Y QUE FUE LO QUE PASO?! ¡¡MALDITA SEA, DIME QUE PASO ENTRE NOSOTROS!! —exclamó bajando la intensidad de los golpes—. ¿Que... Fue lo que pasó entre nosotros...? Si... Todo estaba perfectamente bien. —finalmente dejó de golpearlo y su mirada se dirigió hacia el suelo—.

—Es todo. —Mikey tragó en seco dejando un silencio entre los dos—.

Habían muchas cosas por explicar, habían muchas dudas, muchas respuestas. Pero solo una razón por la cual Mikey decidió terminar todo.

—¿Eso fue todo...? —preguntó ___ para disponerse a ir hacia otro lado—. Realmente eso fue todo...

___ abandonó el lugar dejándolo a él en el mismo lugar, mientras el atardecer se convertía en la noche.

Lo extraño del asunto, es que Mikey no se quitó su anillo de compromiso, ___ tampoco lo hizo. Un resentimiento llegó hacia él, haciendo que los nervios lo volvieran a invadir, unas pequeñas lágrimas resbalaron por sus mejillas observando como la contraria se alejaba a paso rápido.

Debía hacerlo por su bien.

Año 2018, presente.

—Takemicchi, apresurate, Hina-chan está esperando. ¡Yo estoy esperando! —habló una mujer de cabellos(c)—.

Ahí se encontraba ___. Ya con veintisiete años, en la boda de Pah-chin.

Su cabello color(c) resplandecía bajo el sol reflejado en los cristales de la iglesia. Su sonrisa constante y aquel atuendo formal para el evento.