restaurar emociones.

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—Hanma, no necesito ayuda. Esto es lo que escogí. —dijo sin apartar su mirada de él—.

—Ser una chica maliciosa no te hará para mejor. —sonrió—. Se muy bien cuál es tu debilidad, chica linda.~

—Vamos, mi única debilidad es el yakisoba. —___ se quedó en silencio y desvió su mirada por la reacción de Hanma—.

—Huh, interesante. —rió por lo bajo—. ¿___, qué es lo que sientes al verme? —preguntó directamente aún con sus manos en su rostro—.

—¿Eh? Haces preguntas estúpidas... 'no me sorprende que tú también lo seas'. —susurró mirando hacia otro lado—. Pues, veamos... Nada. —soltó sin mas—. ¿Por?

—Debes ocultar muchas cosas, quiero saberlo, 'quiero saber todo de Komatsu ___'. —susurró haciendo un ambiente tenso—.



___ se quedó bastante atónita por la presencia de Hanma, sobretodo si estaba tan cerca de ella.

___ observó aquellos orbes anaranjados que la observaban con suma sutileza. Pero ___ no necesitaba la ayuda de nadie, así que se separó rápidamente de él y se levantó.




—Chico astuto. —rió ___—. ¿Por qué me buscas siempre? —se dió media vuelta dispuesta a irse del lugar—.


—Eres interesante, la única chica en Tōman, de seguro vuelves locos a los chicos allí ¿No? ___-chan... __ sabes que seguiré buscandote, eres linda. —finalizó—.


—No me es convincente, Shuji. —___ giró un poco su cabeza para ver de reojo a Hanma—. Si Kisaki te envío aquí, dile que... Ambos son realmente imbéciles. —sonrió y se retiró del lugar—.




(. . .)




___ se encontraba en su casa observando su reflejo en el espejo de su cuarto, preguntándose como llegó hasta esos puntos, subió un poco su camisa y observó la cicatriz, la cual estaba cubierta por una venda.

Asimismo, observó su rostro, el cual traía el parche, su rostro malherido indicaba que no había sido un buen día, así que saco vendas y suero para curar lo que más pudo.




(. . .)




—Mierda... Quien toca el jodido timbre a estas horas... —___ observó su celular, el cual indicaba que ya eran las doce de la tarde—.




Bajó las escaleras y tomó la sudadera de Mikey que había dejado en su cama anteriormente.

Abrió la puerta y se encontró con Mikey en la entrada.

—¡Hah, Mikey! —exclamó para tapar su rostro y darse vuelta, dándole la espalda al contrario—.





Ho... La. —Mikey notó una actitud extraña en ella—. ¿Hm...? ¿Puedes mirarme, al menos?

𝗦𝗶𝗺𝗽𝗹𝗲𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲, 𝗘𝗹𝗹𝗮...╰─►Mikey y tú ;;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora